La oposición acorrala a Aragonès en el Parlament por la huelga sanitaria, educativa y de taxis

Presión en la calle y presión en el hemiciclo. El presidente catalán, Pere Aragonès, se ha sometido este miércoles a la primera sesión de control parlamentario tras la pausa navideña y el cara a cara con los líderes de las bancadas de la oposición le ha servido para certificar su soledad y minoría. El republicano ha blandido los Presupuestos como una de las condiciones necesarias para mejorar el descontento en los sectores sanitario y de la educación, cuyas huelgas han coincidido a las puertas del Parlament. Pero la respuesta de los posibles socios (PSC y Junts) ha sido la misma: la responsabilidad de que no haya ya unas cuentas en vigor es del Ejecutivo monocolor de ERC y no de ellos. Los comunes, por su parte, han llamado a Aragonès a la acción y a ir aprobando vía decreto ley algunas de las mejoras que ya se habían pactado.

El líder republicano se ha esmerado en achacar gran parte del malestar social entre médicos y maestros a “problemas estructurales” que se arrastran desde hace décadas pero también ha dicho que es “claro” el beneficio que implicaría de cara a mejorar esa situación la aprobación de las cuentas. “Hay oportunidades”, ha dicho, para recordar la propuesta de más de 1.200 millones adicionales para Sanidad o los 650 millones para Enseñanza que prevé el borrador de las cuentas.

Aragonès incluso le ha mostrado al líder de la oposición y del PSC, Salvador Illa, el supuesto documento de los Presupuestos, que según él está prácticamente listo. “Si ponemos por delante los intereses de país, podemos tener un acuerdo de Presupuestos que será bueno para la ciudadanía y para los servicios públicos”, le ha instado, en un esfuerzo por volcar en el socialista la responsabilidad de que aún no haya acuerdo. Illa ha invitado al president a aceptar su propuesta “de mínimos” o a buscar otros socios y, de manera velada, ha criticado las maniobras de los republicanos ante el presidente Pedro Sánchez, de cara a forzar al PSC. “Hablar por hablar no es bueno. Hablar en nombre de otros es arriesgado. Y a menudo más vale hablar de menos que no de más”, le ha dicho el jefe de la oposición.

Precisamente, Junts, el otro posible socio, tampoco ha mostrado mucho interés en facilitar las cuentas. El presidente de esa bancada, Albert Batet, ha desempolvado su tono más agrio para criticar lo que considera el fracaso del Govern monocolor de ERC en todos los campos: el institucional, el de la lucha por la independencia y el de la gestión, que ha considerado queda retratado con las huelgas de este miércoles. “Sus habilidades negociadoras ya vemos que no funcionan ni aquí ni en Madrid”, le ha dicho Batet a Aragonès. El president se ha limitado a tenderles la mano para la negociación, aunque ha vuelto a criticar que Junts, según él, esté instalado en la crítica constante y no haga una propuesta alternativa “concreta, realista y viable”.

Los Presupuestos de la Generalitat, de momento, solo cuentan con el respaldo de los comunes (ERC y En Comú Podem suman 71 diputados, de un total de 135) y es necesaria, al menos, la abstención de Junts y el PSC o el voto favorable de uno de los dos). Los acercamientos de ERC al PSC generan cierto recelo dentro de los liderados por Jéssica Albiach y por ello la líder de los comunes ha instado a Aragonès a actuar ya, ante lo que considera una deriva electoralista del PSC. “Acaben con el chantaje a todo el país por una carretera [en referencia a la condición socialista de desatascar un tramo de la B-40] y empiecen a ejecutar y poner en marcha el acuerdo en salud”, ha pedido Albiach.

Los comunes quieren que sus acuerdos con el Govern se comiencen a implementar ya, a través de decretos ley o de modificaciones de crédito, pero Aragonès ha descartado de momento esa posibilidad e insiste en que su idea es aprobar las cuentas en bloque. Albiach, que ha comenzado su intervención mostrando su apoyo a taxistas, maestros y médicos en huelga, le ha recordado que con el actual calendario, las cuentas entrarían en vigencia en abril. La CUP, por su parte, ha abandonado el hemiciclo para apoyar las manifestaciones.

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