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La discoteca de Barcelona del vídeo viral con menores perreando no tiene licencia

El Ayuntamiento tiene un expediente abierto al local desde el pasado verano por no tener los permisos necesarios

Una captura del vídeo viral publicado por la discoteca Pampara de Barcelona la semana pasada.
Una captura del vídeo viral publicado por la discoteca Pampara de Barcelona la semana pasada.

La discoteca Pampara Tardes de Barcelona, que publicó el sábado pasado un vídeo viral con menores de edad realizando bailes con connotaciones sexuales con ritmos latinos, tiene un expediente abierto del Ayuntamiento de la ciudad desde el pasado junio por realizar actividades que no se corresponden con su licencia. El local, ubicado en la Avenida de Madrid, ha eliminado el vídeo que publicó en su propia cuenta de redes sociales. La patronal del ocio nocturno FECALON ya denunció en su perfil oficial que el establecimiento, ubicado en el barrio de Les Corts, nos dispone de la licencia correspondiente.

Fuentes del Consistorio indican que el local tiene “un expediente de cese de la actividad abierto” desde una inspección realizada por la Guardia Urbana en junio de 2022. Entre otros incumplimientos, el local realiza actividades “diferentes a las autorizadas” al disponer de una licencia de oficina “no abierta al público”.

Aunque ha borrado su contenido, la discoteca ha lanzado por redes varios mensajes con los lemas “Todos somos Pampara” y “No al cierre de Pampara”. La fiesta, denominada “Pampara Tardes+14″, estaba dirigida a jóvenes de entre 14 y 17 años con un acompañamiento musical basado en ritmos latinos como la bachata, el reggaeton o el dembow.

Fuentes de los Mossos d’Esquadra han indicado a El País que analizan si pueden emprender alguna actuación a nivel penal contra el establecimiento por la difusión de imágenes de menores de edad sin su consentimiento, pero señalan que, de momento, no han recibido denuncias de los familiares por el suceso. Hace dos semanas se viralizó un vídeo sin autorización de una menor de edad practicando una felación en la discoteca Waka de Sant Quirze del Vallès (Sabadell).

La difusión de fotografías sin el consentimiento de la persona que sale en ellas puede ser una intromisión ilegítima en el derecho a la propia imagen. Aunque en algunos casos no constituya un delito, puede implicar una sanción económica administrativa o una indemnización por lo civil según explica Borja Adsuara Varela, abogado experto en derecho digital. Se puede denunciar por ambas vías y acudir a la Agencia de Protección de Datos, que tiene un canal prioritario para obligar a las redes sociales a retirar imágenes sensibles con o sin contenido sexual. A partir de los 14 años, los menores tienen que dar su consentimiento para poder ser grabados según la normativa de protección de datos. La discoteca Pampara podría enfrentarse a una sanción económica si no demuestra que ha obtenido ese permiso “expreso, libre, informado y específico” de los titulares del derecho a la intimidad; por ejemplo, con la firma de un documento en la entrada del local.

El vídeo ha abierto un debate en redes sociales sobre la hipersexualización de los menores. “Con quién deberíamos hablar es con las propias chicas. Si lo hacen porque quieren y les apetece, o si se sienten incómodas y obligadas porque todas sus colegas lo hacen “, afirma Alba Alfageme, psicóloga especializada en violencia sexual y profesora de la Universidad de Girona, que atribuye la hipersexualización a la que son sometidos los jóvenes a la “falta de educación-afectivo sexual con perspectiva de género”. “Preguntemos más a las chicas y miremos más muchas situaciones que tenemos normalizadas y banalizadas como las campañas publicitarias, series, películas y programas de televisión que cosifican a las mujeres de una manera extrema”, sentencia la psicóloga.

Alfageme asegura que la educación afectivo-sexual debería empezar a edades tempranas para que los jóvenes tengan “una mirada crítica antes de decidir qué relación tienen con su cuerpo y con los demás”. “Estamos abocándonos al analfabetismo sexual que hemos tenido las generaciones anteriores. Los jóvenes consumen el mundo que estamos dejando los adultos. Naturalizamos programas donde ves hipersexualización pero a la vez les decimos que no pueden perrear en la discoteca. Es una sociedad hipócrita”, explica Alfageme. La psicóloga asegura, además, que hay mujeres que practican este perreo o twerk porque lo perciben como “una manera de empoderamiento femenino”.

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