Junts da tres semanas a Aragonès para que “enderece” el rumbo independentista del Govern

Ultimátum de Junts per Catalunya a sus socios en el Govern, ERC. La ejecutiva del partido que preside Laura Borràs se ha reunido este lunes en Girona para comenzar el curso político y se ha evaluado el análisis de cumplimiento del pacto de Gobierno que habían encargado hace meses. El resultado es positivo en los temas sectoriales pero es lo diametralmente opuesto en lo que tiene que ver con avanzar hacia la independencia, ha asegurado el número dos de la formación, el exconsejero Jordi Turull. La mala valoración en este punto ha llevado a que, por unanimidad, los miembros de la dirección aprobaran dar un margen de tres semanas a los republicanos (lo que queda antes del Debate de Política General en el Parlament, a finales de septiembre) para que “enderece el rumbo” hacia el camino a la secesión. Si no ven cambios, han coincidido Turull y Borràs, la continuidad en el Ejecutivo será decida por la militancia, tal y como se había aprobado en la ponencia política que se votó en el congreso del mes de julio. Por otra parte, ERC ha anunciado que adelanta su congreso a este otoño y tanto Oriol Junqueras como Marta Rovira intentarán revalidar sus cargos en la dirección.

“Así no se puede seguir”, ha asegurado Turull. La auditoría fue anunciada antes del verano, cuando se cumplió el aniversario de la llegada de Pere Aragonès al Palau de la Generalitat, pero no ha visto la luz sino hasta ahora, después de alguna revisión y profundización en algunos temas por parte de los diferentes departamentos del Govern. El exconsejero de la Presidencia en el Ejecutivo de Carles Puigdemont reconoció que el acuerdo con ERC, en el campo sectorial, avanza bien y “están encaminadas cosas muy positivas para los ciudadanos”. Fue más detallado al desglosar los puntos del eje nacional que no funcionan y que, a su parecer “hacen parte de una dinámica que nos aleja más de lo que nos acerca [a conseguir la independencia]”.

Según la auditoria, hay problemas en la mesa de diálogo con el Gobierno “tanto en las materias que se tratan como en su constitución [Junts quiso enviar al propio Turull y ERC lo rechazó, explicando que los delegados tenían que ser miembros del Ejecutivo]”; “no existe el espacio de dirección estratégica del independentismo” que debería preparar el plan B si no funciona la vía de la negociación y la coordinación estratégica en Madrid es inexistente. “Sentimos que cada pleno que pasa salimos peor parados”, ha explicado el secretario general, recordando por ejemplo la convalidación del decreto ley sobre incendios, donde ERC y Junts votaron diferente. El texto entra en conflictos competenciales con la Generalitat, algo que Junts considera inaceptable y por eso no apoyó el articulado mientras que ERC se abstuvo, pero con el compromiso de que el Gobierno corrija el texto en donde, por ejemplo, no se tiene en cuenta el papel del Servei Meteorològic de Catalunya frente a la agencia estatal.

Turull ha querido evitar plantear la situación como un ultimátum y enfocarlo desde un punto de vista constructivo. “Démonos una oportunidad para reconducir, concentremos los esfuerzos para revertir esta situación”, ha pedido. Junts espera pues que en el Debate de Política General, que comienza el 27 de septiembre, ERC corrija el rumbo y eso se concrete, por ejemplo, con las propuestas de resolución que se voten en el Parlament. En el debate del año pasado, no pactaron conjuntamente ninguna. Si no se da ese cambio, la dirección cumpliría su promesa de trasladar la decisión sobre si continuar o no en el Govern a las bases. El formato, sin embargo, nunca ha sido explicado y su mención en la ponencia política que se aprobó en julio es vaga.

ERC adelanta su congreso

Antes de conocerse la decisión de Junts, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, había abogado en la mañana de este martes por “apartar el ruido” partidista en el Govern para dejar que “brillara la obra de Govern. “Que esas discrepancias o debates internos que pueda tener Junts no traspasen a las instituciones, porque sería hacer un flaco favor”, ha pedido. Justo coincidiendo con el anuncio de Junts, los republicanos han anunciado que se adelantará el congreso para elegir una nueva cúpula al mes de noviembre (estaba previsto para el 2023) y, mediante una carta, su presidente, Oriol Junqueras y su secretaria general, Marta Rovira, huida de la justicia en Bélgica, han expresado su voluntad de continuar en el cargo. Por lo pronto se renovará la dirección pero el cambio en la hoja de ruta se hará posteriormente.

Ni el secretario general ni la propia Borràs han querido ahondar sobre cómo se debatió en la Ejecutiva la nueva situación de la presidenta suspendida del Parlament. En sus respectivas ejecutivas, los partidos de la oposición, y también ERC, han intensificado la presión para acabar con la situación de interinidad en la Mesa de la Cámara. El PSC ha emplazado a los grupos independentistas que auparon a Borràs a la presidencia del Parlament a buscar una solución para desbloquear la situación. Salvador Illa, primer secretario del PSC, ha recordado, en una entrevista a Nació Digital, que no la votó y ha reclamado “altura de miras” y una presidencia en “plenitud de funciones”. El también líder de la oposición ha considerado conveniente buscar una salida antes del 15 de setiembre. “Tienen que dejar de exportar al Parlament su conflicto crónico”, ha afirmado la portavoz del partido, Elia Tortolero, aludiendo sin aclarar los mecanismos que existen para forzar el relevo.

Joan Mena, portavoz de los comunes, ha centrado su análisis en Esquerra y le ha instado a ser valiente y acabar “con el culebrón Borràs” al sostener que tiene la llave de la solución. “El pacto (con Junts) está muerto. Tienen que decidir si quieren abrir un nuevo ciclo o bien si quiere seguir atrapada en las peleas con Junts”. Manu Reyes, presidente del PP de Barcelona, ha acusado a Borràs de “atrincherarse” como presidenta y ha lamentado que el Parlament sea prisionero de los pactos entre ERC y Junts.

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