Junts agrega incertidumbre al pacto con ERC al convocar una consulta a la militancia
Los republicanos y los de Puigdemont polemizan sobre el avance del pacto, a 23 días de que venza el plazo
La última palabra sobre el papel de Junts en el futuro Govern de la Generalitat la tendrán sus militantes. Su portavoz, Elsa Artadi, ha anunciado este lunes que, una vez que la dirección del partido tome una decisión sobre la investidura, esta será sometida a una consulta a las bases. Eso agrega incertidumbre a una negociación que roza los 80 días de duración y por la que este lunes ambas partes volvieron a chocar. ERC asegura ahora que aparca la idea de gobernar en solitario ante los avances con Junts que, por su parte, niega que se les hubiera planteado un ultimátum.
Hasta ahora, Junts no había aclarado si la decisión sobre el Govern se sometería a algún mecanismo de validación por parte de las bases. Quedan 22 días para que se convoquen de manera automática unas nuevas elecciones si no hay acuerdo, y los nervios empiezan a ser evidentes en los defensores del pacto, que miran con inquietud el calendario. El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, ha dicho en varias ocasiones que no se plantea llegar al extremo de unos nuevos comicios. Para él, la investidura del republicano Pere Aragonès es cuestión de tiempo: el que tarden los representantes de cada partido en llegar a “un buen acuerdo”. Artadi no se ha aventurado a poner una fecha para ello. “No sé decir si son 3 o 23 días”, ha afirmado en rueda de prensa.
Aunque no hay detalles de cómo será la consulta y mucho menos de su contenido, el proceso interno sí permitirá conocer la correlación de fuerzas dentro del partido independentista respecto a la defensa del pacto y la apuesta por la ruptura, en pos de primar la contundencia en la confrontación. De hecho, el futuro de la hoja de ruta independentista y el papel que debe tener allí el expresident Carles Puigdemont, fugado en Bélgica para no responder ante el Tribunal Supremo, sigue siendo uno de los puntos más problemáticos del acuerdo. En otros aspectos sí se sigue avanzando de una manera más discreta. Junts trabaja sobre la propuesta de organización planteada por ERC y ayer se reunió un comité sobre economía. Este martes siguen las reuniones, confirman ambas partes.
En las filas de ERC llevan días pidiendo que no se juegue con un margen de tiempo tan estrecho. En Junts creen que los de Aragonès intentan dar por hecho un pacto aún lejano. “No hay todavía un acuerdo, seguimos trabajando”, ha insistido Artadi. Y, precisamente en ese intento por apurar el desenlace, los de Puigdemont inscriben el “ultimátum” lanzado hace una semana por varios pesos pesados de ERC, incluido Aragonès, de que si el pasado 1 de mayo no había ya un acuerdo se recogería el guante lanzado por Sànchez y se exploraría un Ejecutivo exclusivamente republicano. De acuerdo con Artadi, ese ultimátum no existe. Ha explicado que esa posibilidad nunca se ha puesto en la mesa negociadora y que, por tanto, no se pronunciaría al respecto. Algo que chirría, sin embargo, con declaraciones de otros líderes del partido que el fin de semana sí se refirieron al plazo fijado por los republicanos.
ERC cuenta la historia de una manera muy diferente. Según su portavoz, Marta Vilalta, la formación aparca ahora la exploración del Ejecutivo en solitario -que también dependería de los votos de Junts en la investidura- por “un cambio de tendencia” en Junts. “Podemos afirmar con una cierta prudencia que este fin de semana se ha producido un punto de inflexión. Junts necesita tiempo”, ha dicho Vilalta también en rueda de prensa.
“No tenemos la sensación de que haya pasado nada extraordinario. No sé si es una manera de justificar el ultimátum”, ha respondido Artadi cuando se le preguntaba sobre ese supuesto punto de inflexión, el sábado, con la segunda visita de Aragonès en una semana a la prisión de Lledoners. Allí se encuentra recluido Jordi Sànchez, condenado a nueve años por sedición, y por tanto cualquier reunión física debe hacerse allí. ERC tampoco aclara en qué consiste la supuesta inflexión y se escuda en la necesidad de discreción para el avance de las negociaciones.
Vilalta quiso explicitar cierto desatasco de las conversaciones pero tampoco detalló qué pasó entre el pasado martes y el sábado, los dos encuentros en prisión. El primer día, ambas formaciones firmaron un comunicado conjunto en el que valoraban “positivamente” el encuentro. Una vez, más el independentismo lo fía todo a su habilidad para pactarlo todo en el último minuto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.