Hacia el nuevo Hospital Clínic de Barcelona
La decisión del cambio se va retrasando y las instituciones implicadas deberían resolver el año que viene, pero es posible que se retrasen otro año más, hasta 2024
El mejor centro para una visita médica es el de atención primaria (CAP), empiecen por él. Los grandes hospitales vienen luego, para la especialidad. El Hospital Clínic i Provincial de Barcelona, fundado en 1906, es excelente, acaso el primero de Catalunya. Ocupa el lugar 63º en el ranking de la revista Newsweek de los mejores hospitales del mundo (World´s Best Hospitals 2022), encabezado por la Mayo Clinic, de Rochester, EE UU.
En el Clínic trabajan seis mil profesionales dedicados a medio millón largo de pacientes de su zona, y es, este año, el segundo hospital mejor valorado entre los españoles -el primero es el Hospital Universitario La Paz, de Madrid, lugar 52º-. Aunque en el ranking los cambios de lugar son frecuentes entre año y año y un hospital puede subir o bajar puestos sin mayores consecuencias, hay que vigilar las tendencias: en el informe de 2020, el Clínic ocupaba el lugar 21º; en el de 2021, el 38; y en el de este año ya he dicho que está en el 63º. Entre los cien primeros también figuran el Gregorio Marañón de Madrid, la Clínica de la Universidad de Navarra y el Hospital Universitari Vall d’Hebron, también de Barcelona.
Y hay bastantes otros hospitales españoles -hasta once- similarmente buenos entre los doscientos primeros del ranking, pero no les quiero agobiar con tantas cifras: confíen en la sanidad de este país, están en buenas manos. El ranking de Newsweek cubre 2.200 hospitales de 27 países, la metodología de su elaboración es pública y, aunque naturalmente puede ser objeto de debate -no está China-, es un indicador formidable que permite una inducción razonable: en los países analizados hay buena atención médica, por eso los escogen.
Todo profesor de universidad tiene un sesgo favorable a los hospitales universitarios, pues en el fondo cuando nos hablan de una universidad por primera vez, los académicos viejos y viajados solemos preguntar: “¿Tiene esta universidad facultades de ciencias y de medicina?”, una pregunta que solo huelga en las universidades politécnicas, las de ingenierías. Y es que Medicina define la seriedad de un campus.
El Hospital Clínic forma a 370 médicos residentes cada año. Luego, la investigación, canalizada por IDIBAPS (Institut d’investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer) y la Fundació Clínic, genera un centenar de tesis doctorales anuales, surgidas de un número similar de grupos de investigación bien trabados y con mucha experiencia. Los resultados son notables y la verdadera excelencia reside en la continuidad: el Clínic es una institución centenaria, muy estable y regida por un consorcio integrado por la Generalitat de Cataluña (CatSalut) y la Universitat de Barcelona.
Como familiar de paciente, conozco desde hace años su servicio de Neurología, dirigido por Raquel Sánchez-Valle. Este servicio, que tiene medio siglo de existencia, ingresa 1.300 pacientes cada año a quienes atienden 121 profesionales. Uno no puede menos que estarles muy agradecido: todavía es muy cierto que la medicina, la enfermería y los servicios de todo tipo que presta un hospital dependen en buena medida de la calidad humana de sus gentes. Es grande, nunca me he encontrado un mal gesto, aunque como mi sentido de la orientación es legendariamente contenido y los servicios del hospital están esparcidos a su alrededor, uno ha de procurar no equivocarse cuando nos citan.
Y de ahí el gran reto del Hospital Clínic para lo que resta de década: su traslado, pendiente desde hace ya bastantes años. La decisión, desde luego difícil, se va retrasando y las instituciones implicadas -Generalitat, Ayuntamiento y Diputación, además del consorcio del hospital- deberían resolver el año que viene, pero es posible que se retrasen otro año más, hasta 2024, no es ideal. El destino preferido son las pistas deportivas de la Universitat de Barcelona, en la Diagonal, no muy lejos de la sede actual del Hospital y cerca de otras instituciones hospitalarias. En todo caso, habría que mantener uno o más equipamientos sanitarios en la sede actual entre las calles Casanova y Villarroel y, por supuesto, habrá que mejorar los accesos y el transporte público a la nueva instalación.
Los grandes hospitales pueden mantener su calidad y su perfil propio con varias sedes distintas: la Mayo Clinic, que encabeza el ranking de referencia, tiene tres campus principales en ciudades distintas, uno en Rochester, Minnesota, otro en Jacksonville, Florida, y un tercero en Phoenix/Scottsdale, Arizona. Y acaba de abrir otro en Londres. El traslado del Clínic no habrá de dejar un cráter hospitalario en la izquierda del Ensanche.
Pablo Salvador Coderch. Catedrático emérito de derecho civil de la UPF
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