Cataluña frena la aplicación de los nuevos currículos escolares para apaciguar la huelga de profesores
El consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, se niega a retirar el nuevo calendario y descarta dimitir
Ante la alta incidencia de la primera de las cinco jornadas de huelga convocadas por los sindicatos educativos de Cataluña, el consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, ha decidido ceder parcialmente y frenar la aplicación de los nuevos currículos escolares, los contenidos que despliegan la nueva ley educativa estatal, la Lomloe. “Las escuelas e institutos que lo consideren oportuno podrán no hacer cambios del currículo el curso que viene”, ha anunciado Cambray en una comparecencia improvisada. El Ministerio de Educación recuerda que la Lomloe es de “obligado cumplimiento”. En cambio, el consejero ha vuelto a rechazar aparcar temporalmente el cambio en el calendario escolar. Los sindicatos ya han asegurado que esto no es suficiente para acabar con el conflicto y vuelven a pedir la mediación del presidente Pere Aragonès.
En la larga lista de reivindicaciones de los sindicatos aparecía la retirada de los nuevos currículos -que indican qué se va a estudiar y cómo- que a partir del curso que viene tienen que empezar a aplicarse -aunque ya estaba previsto que se hiciera progresivamente, y no en todos los cursos a la vez-, desde la etapa de infantil a Bachillerato. Los docentes critican aspectos de la nueva normativa -que despliega la nueva ley orgánica educativa, la Lomloe-, como la desaparición de la Filosofía como optativa en la ESO, la reducción de horas de materias como Tecnología o los cambios en la evaluación. La crítica más repetida entre las direcciones es que había que aplicar el nuevo currículo en un momento de gran cansancio entre el profesorado debido a los dos años de pandemia y a la sexta ola, que azotó con fuerza las escuelas, y coincidiendo con el adelanto del inicio de las clases, hecho que recortaba el tiempo para adaptarse y preparar los cambios. A los currículos se le suman otras peticiones como retirar temporalmente el nuevo calendario escolar para poder negociarlo y revertir los recortes que pesan sobre el colectivo educativo desde hace una década.
El descontento del profesorado se ha canalizado en cinco días de huelga -15, 16, 17, 29 y 30- en marzo. Este martes arrancó la protesta con un seguimiento desigual en los centros, pero con una manifestación masiva -que hacía casi 10 años que no se veía- y, especialmente, con el apoyo de colectivos, como los directores, que no acostumbran a movilizarse. Al final de la manifestación de este martes, los sindicatos se reunieron con Cambray durante cerca de 15 minutos y de pie, según los representantes de los profesores, sin que el consejero ofreciera ninguna propuesta. El Govern pidió negociación y los sindicatos, la mediación de Aragonès.
Pero este miércoles la situación ha cambiado y Cambray ha comparecido con una cesión: que los nuevos currículos, que suponen unos cambios de mucho calado para los centros, sean de aplicación optativa el curso que viene. “Les quitamos toda la presión de tomar decisiones precipitadas y hacer cambios de forma demasiado acelerada”, ha justificado el consejero, al mismo tiempo que ha lanzado que se trata de un currículo “impuesto por el Estado”. Pero lo cierto es que ERC participó activamente en la redacción de la Lomloe y la normativa estatal incorpora muchas aportaciones de los republicanos, como la generalización del modelo de enseñanza por competencias u otorgar gran autonomía a los centros.
Desde el Ministerio de Educación recuerdan que “las comunidades tienen la obligación de cumplir estrictamente lo que marca la Lomloe”, así que la propuesta de Cambray no tendría cabida en la normativa. Con todo, desde el Ministerio no valoran el anuncio catalán y esperan a ver cómo se concreta en el decreto de los currículos. Si entonces recogiera algún aspecto que entra en contradicción con la ley orgánico, el Ministerio enviaría un requerimiento y, en última instancia, interponer un contencioso.
El calendario de la implantación de los nuevos currículos solo había sido discutido hasta ahora por comunidades autónomas del PP, con el argumento de que el retraso del Gobierno en aprobar la parte de la normativa que le corresponde (las llamadas enseñanzas mínimas, que representan la mitad del currículo en las autonomías con lengua cooficial y un 60% en aquellas que no la tienen), les deja poco tiempo para elaborar la suya. Castilla y León y Madrid han reclamado retrasar un curso su implantación, pero ninguna ha llegado a decir que incumplirá el calendario establecido por la Lomloe. Fuentes del ministerio han descartado en ocasiones anteriores que vaya a retrasarse la implantación, porque consideran que los borradores de las enseñanzas mínimas son conocidos desde hace meses, así que las autonomías han tenido tiempo de preparar los cambios, informa Ignacio Zafra.
Cambray intenta así poner como foco de negociación un aspecto en que Cataluña tiene poco margen de decisión en cuanto a su calendario de aplicación, que viene determinado en la propia Lomloe. Así, la normativa estatal fija que a partir del próximo curso deben entrar en vigor las modificaciones del currículo en los cursos impares de primaria, de secundaria y de bachillerato. De hecho, antes del inicio de la huelga, Cambray envió una carta de tono propagandístico a las direcciones sacando pecho de las novedades del próximo curso y asegurando que tendrían tres años para aplicar los cambios curriculares.
Los sindicatos han reaccionado rápidamente al anuncio asegurando que “no es suficiente” y reprochando al consejero que no les dijera nada en la reunión de este martes. Iolanda Segura, la portavoz del sindicato Ustec, mayoritario en el sector, también ha puesto el acento en la contradicción de Educación. “Nos dijeron que no se podía aplazar el currículo porque era de obligado cumplimiento, y ahora sí se puede”. Desde CC OO también han criticado que Cambray pida a los sindicatos que se sienten a negociar, cuando él anuncia sus ofertas en rueda de prensa. “Estamos muy sorprendidos con el anuncio, creemos que estas maneras no son formas de trabajar, no se puede anunciar una cosa como esta, por enésima vez, en rueda de prensa. Lo que queremos es un debate sereno y tranquilo porque un currículo es muy importante”, ha incidido la portavoz del sector educativo del sindicato, Teresa Esparabé.
Sobre el nuevo calendario escolar, Cambray ha sido claro y ha asegurado que el adelanto del inicio de las clases una semana “no están en cuestión ni en debate”. “No veo ninguna razón objetiva, porque es una buena medida para el alumnado, para que se tenga que atrasar”, ha añadido, aunque ha asegurado que está abierto a modificaciones en otros aspectos. Sobre la huelga, el consejero ha admitido que el alto seguimiento de la primera jornada “muestra un cansancio de los maestros”, y que ello se tendrá en cuenta, pero ha vuelto a cargar las tintas contra los sindicatos acusándolos de no querer negociar. “Pido a los sindicatos que se vuelvan a sentar en la mesa de negociación. Diálogo, diálogo, diálogo. No es el Departamento el que se levanta de la mesa”, ha lanzado Cambray, quien ha descartado dimitir, tal y como le piden las organizaciones sindicales.
Los sindicatos han vuelto ha reclamar la mediación del president y descartan desconvocar la huelga, que este miércoles vive la segunda jornada. El día ha empezado con el boicot al acto de inauguración del Saló de l’Ensenyament, que tenía que presidir Cambray. Un grupo de cerca de un centenar de profesores han irrumpido en el recinto de Fira de Barcelona, evitando que se celebrara el acto protocolario en el que debían participar también la consejera de Universidades, Gemma Geis, varios rectores, diputados y cargos del Govern. Por su parte, el concejal de Enseñanza del Ayuntamiento de Barcelona, Pau González, ha decidido no asistir al acto en solidaridad con el profesorado en huelga.
Los manifestantes, coreando gritos de “Cambray dimisión”, han exhibido pancartas en favor de la inversión del 6% del PIB. La protesta supone el arranque del segundo día de huelga, de los cinco previstos, convocada por los sindicatos en contra de las formas del Departamento -por la falta de negociación en aspectos como el nuevo calendario escolar o la obligatoriedad del nivel de C2 de catalán- y pidiendo revertir los recortes que afectan al colectivo desde hace una década.
Con todo, la protesta educativa empieza a desinflarse. En el segundo de los cinco días de huelga, y según datos oficiales, el seguimiento en los centros ha bajado al 16% respecto al 33% del martes y la manifestación de Barcelona ha contado con unos 10.000 asistentes (22.000 el primer día). La pérdida de seguimiento era previsible, ya que era la primera jornada la que contaba con más colectivos que secundaban el paro, desde directores, a personal laboral, de apoyo educativo o trabajadores de los comedores. Además, este miércoles las marchas se han dispersado en otras cinco ciudades: Tarragona (2.000 asistentes), Tortosa (200), Girona (1.000), Lleida (700) y Manresa (300).
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