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La concejal de Junts que señaló por acoso sexual al exdiputado Eduard Pujol será juzgada por injurias

La edil procesada admitió ante el juez que mantuvo una relación con el exportavoz y quiso alargarla

Eduard Pujol acusacion
El exdiputado de Junts per Catalunya Eduard Pujol.Joan Sanchez (EL PAÍS)
Jesús García Bueno

Cuando Noemí Ll. y Eva R. acudieron de la mano a la sede de Junts per Catalunya para denunciar por acoso sexual a quien entonces era portavoz parlamentario del partido, Eduard Pujol, poco podían imaginar que la historia se giraría en su contra y que acabarían en el banquillo de los acusados. Una jueza de Barcelona ha concluido la investigación abierta contra Noemí Ll., concejal y portavoz de Junts en Pineda de Mar (Barcelona) por un delito de injurias y calumnias. La declaración de los testigos -en especial, de la presidenta del Instituto Catalán de las Mujeres- ha revelado que no hubo tal acoso y que la edil mantuvo una relación amorosa con Pujol que no quiso que acabara. Hace dos meses, otro juez envió a juicio a la segunda mujer, Eva R., por amenazar al exdiputado con divulgar fotos íntimas y acosarle en redes sociales para continuar su idilio.

El culebrón sentimental que acabó con la carrera política de Pujol se remonta al verano de 2018. En pleno proceso de separación, conoció por Instagram a Eva R., una vecina de Vilafranca con la que mantuvo encuentros sexuales hasta que decidió ponerles fin. A lo largo de 2019, la mujer publicó mensajes en Twitter acusando falsamente a Pujol de agresiones sexuales -concluye el juez- y le envió más de 3.000 mensajes por WhatsApp amenazándole con airear públicamente sus intimidades. La estrategia le funcionó y “logró su propósito de nuevos encuentros” esporádicos con Pujol, que no pudo o no supo reaccionar.

La mala experiencia con Eva R. no impidió al exdiputado entablar, en octubre de 2019, una nueva relación. Conocía a Noemí Ll. por su vínculo común con Junts. Se intercambiaron mensajes de contenido erótico por WhatsApp y mantuvieron un único encuentro sexual, hasta que la relación se diluyó y, un mes después, dejaron de hablar. Pujol pensó que la relación había terminado de forma amistosa. Por eso le sorprendió que, un año después -en octubre de 2020- Noemí Ll. acudiera a la sede de Junts para contar que ella y Eva R. habían sido víctimas de acoso sexual.

El partido, recién formado y sin protocolo aún para ese tipo de conductas, suspendió a Pujol de militancia. Aunque negó los hechos de forma vehemente, éste abandonó sus cargos públicos y orgánicos. Desde entonces, se ha esmerado en defenderse, aunque en realidad las mujeres nunca llevaron sus denuncias al juez, la fiscalía o los Mossos. Esa falta de concreción llevó a Junts a rehabilitar a Pujol en junio de 2021: le devolvió el carné de militante y le pidió disculpas. La abogada de Pujol, Judit Gené, ya había presentado querellas contra las dos mujeres. La investigación dirigida por el juzgado de instrucción número 1 de Barcelona contra Noemí Ll., a la que ha accedido EL PAÍS, ilustra el paso de Pujol de presunto acosador a víctima de injurias.

La declaración como testigo de quien era directora del Institut Català de les Dones es reveladora. Cuatro meses antes de acudir al partido, Noemí fue a verla. “Me contó que Pujol le había mandado mensajes muy fuertes de contenido sexual. Me puse en alerta. Pero cuando empecé a hacerle preguntas, vi que ella respondía positivamente a esos mensajes. Me dejó leerlos. Era una relación sexual entre adultos, un coqueteo mutuo”, explicó ante el juez. La directora explicó que no vio ningún rastro de acoso. “Noemí estuvo incómoda cuando dejó de recibir esos mensajes”, detalló.

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Sin el respaldo del organismo del Govern que impulsa la igualdad de género, Noemí se reunió con el secretario de organización de Junts, David Saldoni, que también testificó ante el juez. “Me dijo que había sufrido acoso sexual y que lo tenía documentado. Me enseñó mensajes de citas, de quedar… No quise ver mucho”, afirmó. Noemí fue rotunda: “Dijo que aparecerían más mujeres en la misma situación, que iría adelante y lo llevaría a la prensa”. La concejal de Pineda de Mar le habló ya de Eva R. y le especificó qué esperaban del partido: “Me dijo: ‘Queremos verle sin nada, que lo pierda todo”. El anuncio fue una “bomba” para Saldoni, que puso los hechos en conocimiento de la cúpula, ofreció a la concejal el apoyo del partido para denunciar el caso ante la justicia y le pidió que contactara con la responsable de feminismos de Junts, Aurora Madaula.

Así se gestó la cita de octubre de 2020 en la sede de Junts, la que provocó la caída en desgracia de Pujol. Unos días antes, según consta en la instrucción del caso, las dos mujeres se hicieron una selfie dentro de un coche: “¡Cuánto me ha costado encontrarte, Eva!”, escribió Noemí en su cuenta de Instagram. De lo que ocurrió en ese encuentro solo se conocen las consecuencias -Elsa Artadi anunció que se le suspendía de militancia a la espera de la justicia- y la versión que Noemí dio en su declaración como investigada. Ante el juez, dijo que habló de acoso sexual pero que no le contó “ningún detalle” ni le enseñó “ningún pantallazo”. “[Madaula] dijo que ya tomarían una decisión solamente con mi palabra y otra información que ya debían tener”.

La estrategia de defensa de Noemí, que se enfrenta a un juicio por injurias y calumnias, pasa por minimizar las acusaciones de acoso. Su declaración, en la que contestó solo a su abogada, no fue sencilla. El juez Joaquín Aguirre le dio a entender que, a la vista de los mensajes eróticos que ella misma había escrito, difícilmente podía hablarse de acoso. “Tuvimos una relación afectiva, sí. Y sexual. Las conversaciones por WhatsApp eran muy intensas, había inteligencia. Íbamos de “qué guapa eres” a “qué me harías”. Él es periodista y sabe usar las palabras. Yo intentaba gustarle”. Noemí acabó admitiendo que, una vez se acostaron, Pujol perdió interés en ella. “A la que la relación fue física, desapareció todo el interés. Yo intenté seguir, tener una relación seria. Fui a buscarle un día al Parlament. Fue el último día que hablamos”.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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