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Barcelona asume que no habrá recogida puerta a puerta de basura orgánica

Sant Andreu despliega contenedores inteligentes que solo pueden abrir los vecinos

Huelga de basuras Barcelona
Una vecina de Sant Andreu abre uno de los nuevos contenedores inteligentes para basura orgánica.CRISTÓBAL CASTRO
Clara Blanchar

Barcelona no tendrá recogida de basura orgánica puerta a puerta. El gobierno intentará avanzar en la recogida a domicilio de fracciones fáciles, como son el plástico, el cartón o el resto. Pero la basura orgánica, la que pesa, se multiplica en verano por la fruta, huele mal, gotea... Los restos orgánicos se seguirán tirando en contenedores, aunque solo los podrán abrir los vecinos con un llavero.

Porque la experiencia de una sola fase de despliegue en la mitad del casco antiguo de Sant Andreu --calles estrechas con edificios y unifamiliares, quejas de vecinos, oposición frotándose las manos al verlas y el PSC, socio del gobierno de la alcaldesa Ada Colau diciendo que basta de ruido-- ha provocado que el Ayuntamiento renuncie a un cambio de hábitos que exige que los vecinos bajar los restos orgánicos a la calle, solo tres días a la semana, con un cestito que deben recoger por la mañana.

La basura es uno de los temas más sensibles para cualquier alcalde y ante la envergadura que estaban alcanzando las quejas a finales de 2021, Colau respondió a un año y medio de las elecciones con un millonario plan de choque.

“[Lo que ha ocurrido en Sant Andreu] demuestra que en una gran ciudad la fracción orgánica merecía hacerlo de otra forma”, ha admitido el director de limpieza y recogida de residuos del consistorio, Carlos Vázquez. Después de meses en los que cualquier novedad sobre la recogida de basuras la anunciaba el concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, este lunes Vázquez ha comparecido solo, sin el político, para dar cuenta del despliegue de los contenedores inteligentes (solo los pueden abrir los vecinos) en Sant Andreu. “Sabemos que en otros municipios pequeños bajar el cesto por la noche y recuperarlo por la noche es factible, aquí costó. Demuestra que el Ayuntamiento ha escuchado”, ha manifestado Vázquez.

El técnico ha comparecido para presentar la implantación de 15 contenedores inteligentes que se suman a 70 buzones (cajas que solo pueden utilizar los vecinos de 70 edificios de más de 20 pisos) y que entierran el puerta a puerta de orgánica. Los nuevos contenedores con apertura solo permitida a vecinos cuestan 1.400 euros (los normales, mil euros). El barrio sí mantendrá el sistema puerta a puerta para recoger cartón (en bolsas de papel), plástico y envases (en bolsas que distribuye el consistorio) y resto (uno solo día a la semana). Para el vidrio sigue habiendo contenedores de color verde.

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A la reculada el consistorio le llama “flexibilización de la gestión en la fracción orgánica”. Y subraya dos novedades positivas. La primera, que los vecinos que tiren basura en estos contenedores, con las bolsas que les identifican, más de 40 veces al año serán bonificados con un 30% en la tasa de basura. Y que, desde que se implantó en mayo el puerta a puerta, la recogida selectiva alcanza el 80% de la basura que se tira la zona de la primera prueba en Sant Andreu. “En el resto de la ciudad la recogida selectiva es de la mitad”, ha señalado Vázquez.

El director del área ha señalado que los buzones han dado buen resultado: están bien integrados en el espacio público y no hay basura a su alrededor. “La gente no los interpreta como un espacio de basura”.

Mientras, en Sarrià, en el casco antiguo, los vecinos seguirán tirando la orgánica sin cesto: “La gente opta por utilizar la bolsa compostable al suelo, no ha acabado de implantarse el cesto”, ha admitido. Y ha anunciado que sus vecinos también tendrán bonificación en la tasa de basura en el futuro.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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