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La fiebre de antígenos no atiende a los bolsillos

El precio del autotest, que no está regulado, cambia en función de la zona de Barcelona donde se compre

Gonzalo Moncloa Allison
Dos clientes en una farmacia de Barcelona.
Dos clientes en una farmacia de Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

“Los test de antígenos están volando”, reconoce Oscar Molino, trabajador en una farmacia en el barrio de Ciutat Meridiana, en Nou Barris (Barcelona). Ahora tienen 15 unidades de las 400 que compraron antes de Nochevieja. El precio, entre ocho y 10 euros, “depende del mayorista al que le compres”, explica. El inicio de la sexta ola expuso una diferencia de contagios clara entre los distritos de Barcelona con más o menos renta. Desde el 1 de noviembre hasta el 26 de diciembre el 41% de los positivos se detectaban en aquellas zonas con menos ingresos; mientras que el 57% tenía lugar donde las rentas son más altas, según datos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). El periodo de fiestas ha equilibrado el mapa de las infecciones, que ahora no atiende a los ingresos económicos. Sin embargo, el mercado de los test de antígenos, que no está regulado, a diferencia de las mascarillas, cambia en cada municipio, así como en demarcaciones más pequeñas como los barrios, y en ocasiones afecta a las zonas de menor renta.

Este método de diagnóstico es el mayoritario en la capital catalana desde mediados de diciembre, de acuerdo a los datos de la ASPB; y su precio oscila entre los cinco y los 10 euros en una veintena de farmacias de Barcelona. Entidades como el Consejo General de Enfermería y la asociación de consumidores Facua ya habían pedido al Ministerio de Sanidad que intervenga los precios, ante la expansión de su uso en España. También lo ha hecho este lunes el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós, que tildaba de “escandaloso” que no haya un precio fijo para estas pruebas, ni suministros asegurados.

Eduardo Benavides es farmacéutico en el Raval, en el distrito de Ciutat Vella, y ha pasado por esta falta de suministros. El jueves pasado lamentaba que llevaba dos días sin poder reponer el stock, según afirmó entonces a este diario. “Al final han llegado, el mismo viernes antes de Nochevieja”, explica. El precio actual de estas pruebas en su farmacia es de 8,50 euros; aunque, según afirma, ha cambiado de acuerdo con los precios que le pone el proveedor. Benavides tiene normalmente entre 20 y 40 unidades: “Hay quienes quieren 10 o 20, pero no vendemos todas, sino unos cuantos por unidad familiar”. Rodora Papio, una vecina que espera frente a su farmacia, afirma que en casa no han utilizado test de antígenos durante las fiestas, pero sí sus conocidos: “Conozco gente que los ha regalado por Navidad, como en el ambulatorio te dicen que si vienes solamente con mocos ya no te hacen test, ahora los regalan”, afirma.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña, Antoni Torres, ha defendido este martes en una entrevista en Aquí, amb Josep Cuní de la Cadena Ser que España parte de una situación “muy diferente” respecto a aquellos países que han apostado desde hace tiempo por estas pruebas. Por ello, los canales de distribución en estos lugares, ha señalado, han sido “capaces” de tener “una cantidad de test suficientes para dar respuesta a su población”: “Los [sistemas] que no tienen capacidad tienen que comprar los test por avión, lo cual encarece los precios de una manera exorbitada; de aquí que las farmacias compren [las pruebas] más caras”, ha afirmado.

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La administración catalana dio por bueno el uso de test de antígenos hace una semana para que los ciudadanos con síntomas más leves eviten ir a los Centros de Atención Primaria (CAP) y así “cortar la cadena de transmisión”. Aún así, Cataluña ha batido este martes el récord de visitas por covid a los ambulatorios con más 73.000 consultas presenciales en un día. Los test de antígenos, que según epidemiólogos pueden dar falsos negativos y generar una sensación errónea de seguridad, también sirven para solicitar la baja laboral y, desde este lunes, se pueden comunicar los positivos en las farmacias.

Ana Miró vive en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi y explica que “todavía” conservan algunas unidades de test de antígenos. En casa son seis: ella, su esposo y sus cuatro hijos; y durante las fiestas llegan a ser ocho. Compraron las pruebas antes de Navidad y Nochevieja. En esta zona, los precios de las pruebas en las farmacias oscilan entre los seis y ocho euros.

Lo mismo ocurre en el distrito de Horta-Guinardó, donde puedes encontrar una prueba por siete u ocho euros. Judit trabaja en una farmacia del mismo barrio, y dice que los test “se están vendiendo mucho”. Entre esta y otra farmacia que tienen afirma que el pasado miércoles se compraron cerca de 400 pruebas. El uso de test en este distrito ha crecido de forma exponencial. Ricard Contijoch, vecino de Horta, espera fuera de una farmacia a su esposa, que está comprando test de antígenos. En su casa son cuatro, en fiestas seis. Durante estos últimos días, cuando ellos o alguno de sus dos hijos mayores tienen reuniones fuera de su burbuja, afirma que “siempre” recurren al test de antígenos.

El suministro ya no es un problema en estos últimos casos: es habitual ver carteles que dicen “tenemos test de antígenos”. En el centro de la ciudad, cerca de Plaza Cataluña, donde muchas farmacias tienen estos anuncios, también se tiende a encontrar algunas de las pruebas más baratas. Aquí, en algunos casos, los carteles avanzan la tan ansiada respuesta: “Precio especial. 10 test de antígenos por 50 euros: 5 la unidad”.

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