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Illa tiende la mano al Govern para pactar los Presupuestos ante las duras críticas de la CUP

Los anticapitalistas exigen a ERC y Junts “un giro de 180 grados” y otro referéndum para seguir apoyándoles

Salvador Illa, líder del PSC, en un debate del pasado mes de julio en el Parlament.
Salvador Illa, líder del PSC, en un debate del pasado mes de julio en el Parlament.Massimiliano Minocri

La CUP ha optado por convertir el debate de política general del Parlament en un gran escenario de presión para el Govern que comparten ERC y Junts. Los anticapitalistas han sido este miércoles muy duros en sus críticas al Ejecutivo que ayudaron a poner en marcha y han pedido “un giro de 180 grados” a las políticas “conservadoras” contenidas en la hoja de ruta expuesta este martes por el president Pere Aragonès. De eso depende, ha dicho el diputado Carles Riera (CUP), la negociación de los Presupuestos de la Generalitat, aunque pese a ello el jefe del Govern ha considerado que no es momento de ponerse “plazos”. La CUP ha pedido directamente al líder del Govern que “ponga una fecha” para un nuevo referéndum y se suba “al tren de Escocia”, que celebrará una votación similar posiblemente en 2023. Antes de ello, los socialistas se han vuelto a ofrecer para pactar unas cuentas que de momento parecen muy complicadas de saca adelante.

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Los anticapitalistas han considerado que la mesa de diálogo es un “fracaso” y una “vergüenza” y han pedido a Aragonès que utilice su propuesta de resolución en favor del referéndum esta legislatura como un instrumento para presionar al Gobierno. Carles Riera, diputado de la CUP, ha acusado al Govern de realizar “políticas autonomistas”. “Qué lejos está presidente, del cambio verde, feminista de izquierdas e independentista de su investidura”, ha lamentado el diputado anticapitalista. Y ha lanzado una advertencia de cara a la negociación de las cuentas que comenzará a mediados de octubre. “Si quiere hablar de Presupuestos, póngase al día con el cumplimiento de los acuerdos de la investidura”, ha dicho al consejero de Economía sentado en el hemiciclo, Jaume Giró.

La CUP ha criticado que aún los antidisturbios de los Mossos participen en los desahucios, que haya una apuesta por un proyecto como los Juegos Olímpicos de Invierno (lo ven insostenible a nivel ambiental) o que se “negocien las migajas”, en referencia a la frustrada ampliación de El Prat. Pero Riera ha ido más allá y ha insistido en la necesidad de “una nueva confrontación democrática” con el Estado. “Gracias a Escocia, la autodeterminación volverá a estar en el centro del debate en Europa. No podemos desaprovechar esta oportunidad. President, ponga fecha y no deje pasar el tren de Escocia. Ponga una fecha antes de 2025”, ha dicho el diputado.

Los anticapitalistas respondían así a Aragonès, que en su discurso del martes advirtió del peligro de los “atajos y las vías mágicas” para lograr la secesión y abogó por que el independentismo se subiera “al tren del diálogo”. En Junts, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, aceptó en Catalunya Ràdio que no hay condiciones para ejercer un referéndum acordado, la única fórmula que considera puede reemplazar “el mandato del 1-O”. En su réplica este miércoles, el president ha enfriado la posibilidad de la votación y ha instado a la CUP a cumplir los acuerdos, que no hablan de ningún calendario.

El Govern quiere pactar los Presupuestos con la mayoría secesionista pero la CUP ha dejado claro que no será fácil. Pero hay otros que se han ofrecido. Salvador Illa, presidente del grupo socialista en el Parlament, le ha tendido la mano recordando que le ofreció “cambiar de rumbo” con cuatro grandes pactos. “Que quede constancia de mi oferta y de su rechazo obstinado. Si no lo consigue, el de los Presupuestos, lo podemos hablar. Por encima de tácticas, están los intereses de Cataluña”, ha dicho, recordando que apoyan proyectos como el de la candidatura olímpica o el de la F-1, que generan un rechazo frontal en la CUP.

En un tono sosegado, Illa ha advertido a Aragonès de que el referéndum de autodeterminación y la amnistía, que reivindica en la mesa de diálogo, son “objetivos irreales” e “imposibles” de asumir. El socialista ha calificado al president de ser “reincidente” por dirigirse solo “a la mitad de catalanes” y le ha instado a dialogar con todos los partidos. “Es un país dividido, no fracturado. Estamos asumiendo un fracaso colectivo. No son los únicos responsables. Todos tenemos algo que ver, pero ustedes son los principales responsables”, ha afirmado. El socialista ha instado a convocar la mesa catalana de partidos tal y como figura en el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez entre el PSOE y ERC. “El acuerdo prevé que la mesa de diálogo irá acompañada de la comisión bilateral pero también de la mesa de partidos catalanes. Lo firmamos y cúmplalo”, le ha instado.

El socialista ha sostenido que el Govern ha perdido en 100 días credibilidad con dos episodios: la crisis de la ampliación de El Prat, cuando Aragonès desautorizó al vicepresidente Jordi Puigneró, de Junts, por pactar con el Gobierno y la crisis por la mesa de diálogo. “La orientación es irreal; las políticas tímidas, los instrumentos inexistentes y no están a la altura”, ha afirmado. En un tono constructivo, Illa ha evitado “hacer sangre” con las vacunas caducadas, ha expuesto el fiasco de que 20.000 alumnos se hayan quedado sin plaza en la FP, y que Aragonès no asuma sus responsabilidades en orden público como en el caso de los graves altercados durante los botellones.

“La tentación de culpar a Junts es máxima pero ERC tiene la máxima responsabilidad y la presidencia”, ha afirmado Jéssica Albiach, de los comunes

Los comunes han cambiado en este debate de guion y han puesto la lupa en Esquerra en lugar de criticar en tromba a Junts. “La tentación de culpar a Junts es máxima pero ERC tiene la máxima responsabilidad y la presidencia”, ha afirmado Jessica Albiach, líder de En Comú Podem. La diputada ha señalado la vacuidad de los planes de emergencia social del Govern, su fracaso en dejar a 20.000 alumnos sin plaza de FP y su apuesta por grandes macroproyectos como el Hard Rock Café o la ampliación del aeropuerto o los Juegos de Invierno. Sin tender la mano para negociar y aprobar las cuentas, Albiach ha reclamado un plan para diversificar el ocio juvenil. Los comunes han defendido la mesa del diálogo en la que ya no reivindican el referéndum. “Queremos desjudicializar conflicto, Cataluña es una nación, más autogobierno, más financiación y acuerdo votado por los catalanes. Pero”, ha recalcado Albiach, “esto no nos aleja del horizonte: nos acerca al horizonte del referéndum pactado y la república plurinacional”.

Críticas de Junts

El líder de Junts en la Cámara, Albert Batet, ha cargado contra el intento de detención de Puigdemont en Italia, la semana pasada, y ha asegurado que “no se dejará anestesiar con el mientras tanto”, en referencia a la gestión de la Generalitat que propone ERC a la espera de poder culminar su plan independentista. Pese a ello, ha hecho un llamamiento a la unidad del independentismo y la lealtad entre socios.

Ha interpelado directamente a Illa para criticar al Gobierno: “Dejen de hacer el ridículo y no usen más la cantarina de la separación de poderes. El presidente lo sabía”, ha denunciado Batet. “Exilio 6, Estado español, 0″, ha insistido el diputado neoconvergente, en referencia a la decisión de la justicia italiana dejar en libertad al expresident huido de la justicia española, pese a la euroorden.

Batet ha calificado de“cínico” al Gobierno central por “mantener la represión” y al mismo tiempo mantener la mesa de diálogo. “Quién puede negociar con un Estado que vulnera e intenta engañar a la Unión Europea”, ha dicho respecto a la discrepancia en el Tribunal de Luxemburgo sobre si la euroorden contra Puigdemont estaba vigente o no.

En su turno de intervención, tanto Ciudadanos como el PP cargaron contra la inestabilidad del Ejecutivo. “Ustedes, solo en cuatro meses, ya están en guerra, como antes de las elecciones. En la legislatura de 2017 de Puigdemont, ERC apretó hasta que Junts saltó al vacío, y ahora se la quieren devolver”, les ha espetado el líder de Cs, Carlos Carrizosa. El popular Alejandro Fernández ha alertado de lo que considera un cambio de planes del independentismo: “Ya no apuesta por las movilizaciones, ahora quiere desprestigiar España como un Estado fascista”.


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