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La CUP avisa de que los macroproyectos del Govern dificultan votar los presupuestos catalanes

La diputada Eulàlia Reguant fija como prioridades la inversión de 1.000 millones en vivienda, internalizar servicios sanitarios y desestimar los Juegos de Invierno o la ampliación de El Prat

Carles Riera y Eulàlia Reguant, diputados de la CUP en el Parlamento catalán, en una rueda de prensa en marzo.
Carles Riera y Eulàlia Reguant, diputados de la CUP en el Parlamento catalán, en una rueda de prensa en marzo.
Àngels Piñol

El Govern de Pere Aragonès saldó este martes su estruendosa crisis por la mesa de diálogo presentando un plan de legislatura suscrito por ERC y Junts. El documento recoge las principales reivindicaciones que la CUP pactó en marzo con Esquerra para investir a Aragonès: 5.000 millones de euros más en sanidad o 1.000 millones en vivienda pública y un parque de 5.000 pisos cada año. La hoja de ruta parecía que debía satisfacer a los anticapitalistas, pero estos han arrojado agua al vino: avisan que está llena de “contradicciones” al combinar políticas contra la emergencia climática con la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno. O que no despeja la “ambigüedad” del Govern respecto a la ampliación del aeropuerto de El Prat. “Esos macroproyectos dificultan; les hemos dicho que hacen que estemos muy lejos de aprobar los Presupuestos”, sostiene Eulàlia Reguant, portavoz parlamentaria de la CUP.

Jaume Giró, consejero de Economía del Govern, de Junts, aspira a cumplir, dice, el mandato parlamentario de aprobar unos Presupuestos sustentados con la mayoría independentista, esto es, con Esquerra (33 diputados), Junts (32) y la CUP (9). Juntos suman 74 escaños, seis por encima de la mayoría absoluta. El PSC y En Comú Podem, que ya permitió con su abstención aprobar las cuentas de 2020, ya se han ofrecido a negociar. El consejero se ha reunido varias veces con la CUP, pero los anticapitalistas matizan que son encuentros preliminares porque no tienen sobre la mesa el proyecto. La previsión es que el consejero lo presente en el Parlament a mediados de octubre y aprobarlo antes de final de año.

Los anticapitalistas aún no han visto, por tanto, los números y no se atreven a aventurar cómo se sufragarán esas políticas sociales. Pero, de entrada, avisan que el plan solo recoge lo pactado en marzo y que falta ver que estará escrito en los presupuestos y en la ley de acompañamiento. Pero avisan que una cosa son los números y otra las políticas concretas que no son cuantificables económicamente. Y eso lo observan en los ámbitos de la vivienda y la sanidad. Según Reguant, “han pasado cuatro meses y no han hecho nada sobre el nuevo protocolo para actuar en los desahucios ahora que decaerá el que está en vigor durante la covid”, afirma Reguant. No solo eso: la CUP ve que el Govern no ha dado pasos todavía para internalizar tanto el servicio del 061 -acaba en marzo- como el del transporte sanitario. Reguant alega que el tiempo apremia y que el Govern o actúa rápido o se arriesga de nuevo a prorrogar esos servicios con empresas como Ferrovial como pasó hace un año. El plan del Govern apunta que ese modelo debe revisarse y el documento firmado entre ERC y la CUP apuntaba a“avanzar” en la titularidad y la gestión pública.

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Con la mesa de diálogo orillada en esta negociación, la cuestión es que la CUP avisa de que los Presupuestos consolidan y avalan políticas concretas en las que no están de acuerdo. Sus líneas rojas serán los 1.000 millones para la vivienda pública, inversión que consideran urgente porque su efecto se verá en años, la inversión y el modelo sanitario y los intangibles, esos proyectos que no se ven y que no tienen por qué estar en el proyecto de Presupuestos. Reguant ha esgrimido que se trata de “abordar el modelo de país. Y es un intangible. Hay políticas contradictorias como combatir la emergencia climática y apostar con proyectos especulativos como los Juegos. O el de meter dinero en el deficitario circuito de la fórmula 1 de Montmeló”. La diputada anticapitalista ha señalado que el Govern no ha sido claro en su posición sobre el aeropuerto al centrarse solo en la defensa de la laguna de La Ricarda y no en el modelo de sostenibilidad. “El debate va mucho más allá de La Ricarda”, ha afirmado la portavoz parlamentaria de la CUP. “No está claro qué pasará con el aeropuerto en el futuro. No se sabe cómo acabará”.

El Parlament celebrará la próxima semana el debate de política general, donde se verá el grado real de distancia entre la CUP y el Govern. Los anticapitalistas sostienen que esos grandes macroproyectos son operaciones para reavivar el autonomismo. Tras difundir el plan del Govern, Xavier Pellicer, diputado de la CUP, afirmó que desprendía “aroma de desarrollismo”. Reguant admite que es una posibilidad que el Govern elija a otro socio presupuestario. “Sería muy mala noticia. Hay una triple estabilidad entre Ayuntamiento, Generalitat y Estado. Pero no avalemos una cosa que no nos creamos y que no hayamos visto”, afirma la diputada.

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