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Anna Gener : “No hay proyecto a largo plazo para Barcelona”

La CEO de Savills Aguirre Newman Barcelona apoya la iniciativa del Hermitage en la capital catalana. “Podemos discutir la ubicación” pero no que se realicen inversiones culturales con la “voluntad de ganar dinero”.

Ana Pantaleoni

Anna Gener (Barcelona, 1974) es la consejera delegada de Savills Aguirre Newman Barcelona. Gener considera que el problema de la vivienda pasa por la colaboración entre lo público y lo privado. “La solución en el caso de Barcelona y su área metropolitana es hacer más vivienda tanto de alquiler como de compra. Y para eso necesitamos mejorar la movilidad y políticas coordinadas entre ayuntamientos”. Nadie puede quedarse al margen y el sector privado, dice Gener, tiene una responsabilidad.

Pregunta. ¿Le gusta el urbanismo táctico de Barcelona?

Respuesta. Barcelona viene de unas décadas de transformaciones urbanísticas muy importantes. Ahora el tipo de urbanismo que se hace tiene un poco de aversión a los grandes proyectos, se están tomando decisiones que son mucho de microcirugía. Las veo poco coordinadas, poco ambiciosas y poco transformacionales.

P. El Gobierno de Colau ha recibido muchas críticas. ¿Se la juzga más duramente por ser la alcaldesa una mujer?

R. Nuestra alcaldesa es una mujer con una personalidad arrolladora, desprende mucha autoridad y a la vez con formas muy femeninas en el sentido que es una persona que acostumbra a sonreír, que escucha y tiene una actitud respetuosa. La veo un ejemplo de liderazgo femenino buenísimo, al margen de las decisiones urbanísticas que se tomen en su equipo. Pienso que en términos generales a las mujeres se nos juzga a veces por cosas que no son estrictamente profesionales y es muy injusto. Colau ha sabido moverse bien en entornos que no son amables en ningún caso.

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P. ¿Cuál es el estado de salud de la marca Barcelona?

R. La marca Barcelona continúa teniendo un magnetismo muy especial por sus características inherentes como puede ser su identidad, la cultura, también una tradición arquitectónica y urbanística excelente y un discurso de abanderar corrientes de pensamiento muy avanzados, esos son los activos, pero es cierto que también ahora mismo planean sobre Barcelona una serie de cuestiones negativas. Por ejemplo, somos la ciudad del no, hay poca flexibilidad en Barcelona para ver cómo las iniciativas de los emprendedores, que la legislación no contempla, pueden tener cabida si aportan cosas positivas. Esto contrasta con una personalidad de Barcelona de abrazar las novedades e incluso liderarlas.

P. ¿Puede poner ejemplos?

R. En términos de movilidad, la legislación de los patinetes. En energía, las placas solares. En cuestiones inmobiliarias, ahora surgen nuevos conceptos que contemplan cambios de usos o usos urbanísticos mixtos y la normativa no lo permite. Estas iniciativas se deberían estudiar seriamente. En otras ciudades análogas, sí que se pueden desarrollar. El problema es que no acabamos de tener un proyecto de ciudad a largo plazo. Me temo que se está gestionando el día a día y se dice no por sistema a cualquier iniciativa privada.

P. Algo bueno también hay.

R. La capacidad de Barcelona para atraer talento internacional es espectacular. El 26% de los barceloneses ha nacido fuera de España, es un colectivo con un nivel educativo superior al local. Eso es muy relevante. En Madrid el punto fuerte ahora mismo es saber dar cabida a iniciativas del mundo empresarial y de los emprendedores.

P. En 2019 explicaba que tenía decenas de peticiones de empresas para instalarse en Barcelona. ¿Sigue así?

R. La crisis pandémica lo que ha hecho es que el nivel de contratación de oficinas baje en todas las ciudades pero Barcelona se está consolidando como hub digital y tecnológico. Estas empresas digitales continúan activas buscando oficinas y nos estamos recuperando de esta situación tan dura.

P. ¿El teletrabajo se queda?

R. La experiencia de teletrabajo fue exitosa al principio, pero ahora hay agotamiento. Las empresas nos trasladan que la gente joven no está formada adecuadamente, que la vinculación con la empresa se debilita, que la relación con el equipo no es la misma, los procesos de creación no son lo mismo… Los psicólogos hablan de la magia de lo inesperado. El mundo físico es importante por la interacción social que en determinados negocios es imprescindible. Muchos de nuestros clientes que trabajan por turnos tienen la voluntad de hacer volver a sus equipos porque detectan una cierta bajada en la productividad pero también una cierta infelicidad.

P. ¿Qué recomienda, alquiler o compra?

R. Es muy diferente asesorar una inversión o un proyecto vital. Si tuviéramos un mercado de alquiler sano, a una pareja joven le recomendaría alquilar porque es bueno que tenga flexibilidad. El gran problema de España es que nuestro mercado es eminentemente de compraventa, pero los salarios medios no están correlacionados con el esfuerzo de comprar un piso cuando eres joven, y ya no digamos si no tienes pareja. La obligación que tenemos como sociedad es construir un parque de vivienda de alquiler suficiente y si es posible a precios asequibles. Y para ello la fórmula es la colaboración público-privada. El sector público debe poner el suelo, ya que ha demostrado que no tiene ni el dinero ni la voluntad —lo que se ha hecho hasta ahora es misérrimo— y el privado aportar el dinero, la experiencia y la gestión de un parque de alquiler.

P. ¿El ejemplo es la compra del Gimnasio Sant Pau entre el Ayuntamiento y la empresa de Jaume Roures?

R. Que se haya salvado el gimnasio por su implicación social seguramente es una buena noticia pero cuando se hacen operaciones inmobiliarias con alguien que no es inmobiliario pero que tiene otros intereses en la ciudad, que recibe contrataciones del Ayuntamiento de otras cuestiones, me parece que no se puede poner de ejemplo. Aquí hay una industria inmobiliaria, con la que no se genera un puente de confianza, y eso es lo que hace que no tengamos un parque de vivienda en colaboración pública-privada suficiente. ¿Buscamos mecenas o a gente de la industria? No resolveremos el problema de la vivienda perdiendo dinero y la empresa de Roures entra perdiendo dinero. Lo ha dicho. Es una solución puntual para salvar el gimnasio.

P. ¿Quiere el museo Hermitage en Barcelona?

R. Yo sí que quiero que el Hermitage venga a Barcelona. Podemos discutir la ubicación, pero veo correctísimo que el mundo de la inversión quiera poner en marcha proyectos culturales con voluntad de ganar dinero. Si tuviéramos que entrar a analizar cualquier proyecto y censurarlo por el hecho de que se quiera ganar dinero, esta ciudad no habría evolucionado. Hay que buscar el punto de equilibrio.

P. ¿Entrará en política?

R. No. Mucha gente me lo pregunta porque ven que tengo voluntad de impacto en la sociedad. Siempre procuro que mis opiniones no estén politizadas, sino que sean técnicas. Gobierne quien gobierne, siempre estoy a disposición.

P. ¿Queda mucho camino para la igualdad?

R. Hemos recorrido camino, pero queda. La foto del poder económico todavía es muy masculino. Lo que le diría a las mujeres jóvenes: os esperamos y os necesitamos.



Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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