Pedro Sánchez ofrece a Pere Aragonès hablar de financiación, pero no de la autodeterminación
La “agenda para el reencuentro” tampoco menciona la amnistía a los políticos presos
El Ejecutivo de Pedro Sánchez avisó este jueves de que su punto de partida en la mesa de diálogo sobre Cataluña, para la que todavía no hay fecha, dista mucho del que tienen los independentistas. El Gobierno central se atendrá a lo que se recoge en la “agenda para el reencuentro” que entregó en 2020 Sánchez al entonces presidente, Quim Torra. Esa agenda plantea la posibilidad de negociar la financiación o un impulso a las infraestructuras, pero no menciona los dos requisitos del Govern de Pere Aragonès para el diálogo: el derecho a la autodeterminación y la amnistía.
Tras la investidura de Aragonès como presidente de la Generalitat y el cambio no solo de interlocutor sino de partido independentista al frente del otro lado de la mesa, el Gobierno quiere marcar las líneas maestras sobre las que se construirá el diálogo para encauzar el conflicto en Cataluña. Los partidos secesionistas siempre han sostenido que estos encuentros bilaterales tienen que servir para discutir sobre dos temas clave para ellos: el derecho a la autodeterminación y la amnistía de los condenados por el procés. También el nuevo president ha insistido en que estos son dos requisitos para mantener el diálogo con el Gobierno.
No obstante, este miércoles el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, afirmó que el temario “se fijó hace mucho tiempo, cuando el presidente Sánchez presentó la agenda para el reencuentro”. “Nos vamos a atener a esa propuesta, pero con la mayor de las disposiciones para escuchar el planteamiento de la Generalitat”, matizó Iceta en Bilbao, donde presidió el acto de inauguración de un nuevo edificio de la Administración del Estado. El ministro explicó que Sánchez y Aragonès se han emplazado a hablar y a verse “cuanto antes”, y que será a partir de esa entrevista cuando se tomarán “las decisiones que volverán a poner en marcha esa mesa para el diálogo”.
Al fijar su base para la negociación, el Gobierno no solo responde a Aragonès y su voluntad de discutir estos temas, sino que intenta acallar las voces críticas que recriminan a Sánchez plantear concesiones al independentismo, especialmente con la preparación de los indultos a los presos del procés. El Gobierno no quiere ceder la iniciativa al independentismo en la mesa de diálogo, y busca liderar y acotar el marco. Primero, con la restitución de la confianza entre ambas instituciones mediante una entrevista a solas con Aragonès, que se prevé para antes de julio. Y después, con la reanudación de la mesa de diálogo, un espacio que no se reúne desde febrero de 2020, y que ha enfrentado a Esquerra Republicana y Junts per Catalunya en varias ocasiones, sobre todo por la desconfianza que siente el partido de Carles Puigdemont hacia la efectividad de este mecanismo.
44 puntos de reencuentro
El documento de la “agenda para el reencuentro”, que Sánchez quiere usar como punto de partida, consta de 44 puntos que el Gobierno identificó como prioritarios para Cataluña tras sus primeros contactos con la Generalitat. Estos hacían referencia a ámbitos como el diálogo político y la regeneración institucional; mejoras en la financiación autonómica y en la cooperación entre instituciones; más política social y apoyo a los servicios públicos; impulso a las infraestructuras y apoyo ante catástrofes naturales. Este es el marco que el Gobierno ya fijó a la hora de abordar el diálogo con el Ejecutivo de Quim Torra y que no llegó a buen puerto tanto por la pandemia como por las exigencias del expresident, que acabó siendo inhabilitado el pasado septiembre.
El Gobierno también se pronunció sobre la composición de la mesa de diálogo con la Generalitat. Después de que Esquerra Republicana deslizase la posibilidad de que participara el líder del partido, Oriol Junqueras —algo que Aragonès planteó aunque admitió que se trataba de una reunión entre gobiernos—, ayer la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, lo descartó. “Esa es una mesa de gobiernos, así nos lo planteamos en su momento y así consideramos que tendrá que continuar”, afirmó. “Se trata de tener relaciones institucionales para sacar a Cataluña de una década de deterioro y frustración muy importante en la que la metió el independentismo”, añadió Calvo, que consideró importante reanudar este espacio de diálogo, aunque abogó por abordar los problemas “reales”. “Estar a ser posible en la realidad y no en otros lugares”, aclaró.
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