Aragonès se compromete en la investidura a culminar la independencia con un referéndum acordado
El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat reivindica la mesa de diálogo pero evita entrar en detalles
Casi cien días después de las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero, el Parlament se dispone a elegir a Pere Aragonès, de Esquerra Republicana, como presidente de la Generalitat. Este jueves ha comenzado la primera sesión de un debate de investidura con la intervención del candidato. La votación será este viernes. Aragonès ha asegurado en su discurso que quiere ser presidente “para culminar la independencia de Cataluña” y se ha comprometido para trabajar por hacer “inevitable” el ejercicio del “derecho a decidir” y la “amnistía” de los condenados por el proceso independentista. También ha recordado algunas de las medidas sociales ambiciosas que quiere poner en marcha, como la universalización de la educación de las guarderías y un plan de choque de 700 millones de euros contra el desempleo juvenil.
La legislatura echará a andar gracias a los votos de Junts y de la CUP. Consciente de la necesidad de esos apoyos, Aragonès se ha limitado a esbozar los principios fundamentales de su plan independentista pero sin entrar en detalles que pusieran de relieve las diferentes sensibilidades. “Quiero ser como Escocia y me gustaría que el Estado español supiera ser como el Reino Unido en 2014”, ha asegurado el candidato a presidir la Generalitat. “Sé que Escocia lo logrará y volverá a votar [en un referéndum de independencia]. Y sé que el Reino Unido volverá a hacer todo lo posible para seducir a los escoceses y evitar democráticamente la independencia”, ha continuado con el símil.
Aragonès, sin embargo, ha defendido la mesa de diálogo con el Gobierno, donde pretende plantear tanto el referéndum como la amnistía. De cara a llegar a ese foro con una posición reforzada, el republicano se ha prometido a poner en marcha el Acuerdo Nacional por la Autodeterminación y la Amnistía, que aglutinará partidos y entidades y a donde también quiere que estén los comunes. “Y así la Generalitat, como un solo pueblo, irá a la mesa de negociación para resolver el conflicto político con España de una vez por todas”, ha asegurado.
Salvador Illa, presidente del grupo parlamentario del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), ha tildado la estrategia de ERC y de Junts en la mesa de diálogo como un “chantaje”: “Decir que en dos años, si no obtienen los resultados que quieren, se levantan y se van, esto no es diálogo, esto se parece más a un chantaje”.
Pese a que el acuerdo de Gobierno contiene la idea de un nuevo “embate democrático”, Aragonès ha preferido descartar el término en su intervención inicial. No hay ninguna mención a la posibilidad de una vía unilateral. El coordinador nacional de los republicanos sí ha insistido, sin especificar, en la necesidad de “una confrontación cívica y pacífica para forzar al Estado a asumir una realidad hasta ahora negada”. Illa ha criticado que el futuro Ejecutivo tenga como objetivo la confrontación con el Estado cuando, en su opinión, la recuperación durante la pandemia de la covid-19 requiere de la colaboración con todas las instituciones.
Illa ha sido especialmente crítico con la voluntad de diálogo que esgrime ERC, y que considera una falsedad mientras los republicanos mantengan el veto a negociar cualquier alternativa de gobierno con el PSC, el primer partido en votos de Cataluña. El exministro de Sanidad y futuro líder de la oposición, ha avisado que “la Generalitat republicana” que ha presentado Aragonès es un proyecto solo para la mitad de la población catalana, y ha metido el dedo en la llaga de la desconfianza que han demostrado Junts y ERC durante los tres meses de negociaciones para revalidar su coalición: “De los ocho presidentes de la Generalitat en democracia, usted [Aragonès] será el único que necesitará tres sesiones de investidura. Que haya necesitado tres sesiones de investidura no es un buen presagio. Como escribió Lord Byron, el mejor profeta del futuro es el pasado”.
Aragonès ha insistido en pedir apoyos más allá del independentismo, aunque lo ha limitado a quienes defienden la necesidad de un referéndum y piden la amnistía de los presos, algo que limita el radio de búsqueda a los diputados de En Comú Podem. La líder de filas de los comunes, Jéssica Albiach, le ha respondido en una breve rueda de prensa en la pausa del debate. “El orden de los factores sí altera el producto”, ha dicho, recordando que en menos de una semana ERC enterró su plan de gobernar en solitario para volver a pactar con Junts y además, ha asegurado, darle las carteras sociales, que administran más del 60% del Presupuesto de la Generalitat.
La intervención ha sido mucho más breve que la de los dos plenos anteriores fallidos, aunque ha concretado algunos puntos. Por ejemplo, una lista de 11 leyes importantes que espera aprobar durante el mandato y para las que ha pedido el apoyo de todas las fuerzas. Entre las mencionadas están la ley de gobierno local (empantanada desde hace años), la de biodiversidad, la de transición energética o la antidesahucios (con riego de terminar en un debate competencial con el Ejecutivo central).
Con Aragonès habrá un presidente de la Generalitat de ERC por primera vez desde la recuperación de la democracia. A pesar de todo, se mantienen las dudas sobre la cohesión de un Govern en el que convivirán dos partidos que han demostrado mantener unas pésimas relaciones en los últimos meses. También hay incógnitas sobre la composición del mismo, especialmente por la falta de un liderazgo claro en las filas de Junts tras la renuncia de Elsa Artadi a entrar en el Govern.
Aragonès abre el pleno después de que este miércoles fuera propuesto candidato formalmente por la presidenta del Parlament, Laura Borràs. Lo ha hecho detallando su programa, que ha tenido que acordar por separado con la CUP en primer lugar y con Junts posteriormente. Aunque los primeros no estarán en el Govern, su apoyo se prevé clave no solo para la investidura, sino también para los principales retos del nuevo Ejecutivo, algo que inquieta no solo a la oposición sino también a amplios sectores sociales y económicos en Cataluña.
El Gobierno que Aragonès, que tendrá que acabar de conformar tras la investidura, tendrá 14 consejerías, siete para ERC y otras siete para Junts. Los republicanos asumen competencias inéditas para su partido, como es el departamento de Interior, del que dependen los Mossos d’Esquadra. Junts ha ganado peso en el área social, asumiendo la cartera de Sanidad, y tendrá el departamento de Economía.
En el terreno político, Junts tiene que acabar de decidir quién asumirá la vicepresidencia del Govern, después de que Elsa Artadi haya decidido renunciar a formar parte del Ejecutivo. Algunas voces internas lo atribuyen al desacuerdo de fondo que existe en algunos sectores de Junts sobre la viabilidad del Govern. En este sentido, destaca el silencio que ha mantenido hasta ahora el presidente de Junts, Carles Puigdemont, huido de la justicia española en Bélgica desde 2017.
Los comunes piden a Aragonès que pida perdón por el retraso en las negociaciones
En Comú Podem ha aprovechado el parón en la sesión de investidura para recriminar a Aragonès que no haya pedido perdón a la ciudadanía por el retraso en las negociaciones de investidura. Jéssica Albiach, líder de los comunes, ha acusado al republicano de utilizar un tono “triunfalista” cuando 500.000 ciudadanos están en el paro. “Hay una distancia entre lo que pasa dentro de estas paredes y la calle”, ha afirmado la diputada que ha vuelto a calificar al Govern como el de “la resignación”. La fórmula la utiliza desde que los comunes rompieron las negociaciones de investidura con ERC. “Ese Gobierno no lo quería Aragonès hace días y ni siquiera tampoco una parte de Junts”, ha recalcado para deplorar que ese partido controlará una serie de departamentos que manejarán el 60% del presupuesto.
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