Así queda el reparto de poder en Cataluña: Junts controlará los presupuestos y las relaciones exteriores del Govern
La formación liderada por Puigdemont se queda la gestión de las cárceles catalanas al asumir Justicia, tras el pacto alcanzado con ERC
Relevante intercambio de cromos el que consigue Junts con el preacuerdo alcanzado con ERC para reeditar su actual Govern. Pere Aragonès logrará la presidencia de la Generalitat, pero la formación liderada por Carles Puigdemont desde Bruselas ha logrado equilibrar la gestión de recursos al asumir la Consejería de Salud, controlar la caja y el liderazgo en la confección de los presupuestos al quedarse con la cartera de Economía y, a la vez, coger las riendas de la política exterior de la Administración catalana, así como de la de prisiones, al quedarse el Departamento de Justicia. Todas esas áreas se encuentran ahora, antes del cambio de Gobierno, bajo el paraguas de los republicanos.
LAS CARTERAS DE ERC
2. Feminismo e Igualdad
3. Educación
4. Empresa y Trabajo
5. Acción climática, Agricultura y Alimentación
6. Interior
7. Cultura
LAS CARTERAS DE JUNTS
2. Salud
3. Políticas digitales e Infraestructuras
4. Acción Exterior y Transparencia
5. Investigación y Universidades
6. Justicia
7. Derechos Sociales
Empresarios y sindicatos llevan semanas advirtiendo de dos prioridades que urgían la formación del Gobierno y evitar a toda costa la convocatoria de unas nuevas elecciones. La primera es la elaboración de unos nuevos presupuestos, que actualicen los del 2020 ―elaborados ya sin tener en cuenta el efecto de la pandemia― y marquen unas nuevas prioridades del Ejecutivo cuando toca afrontar la recuperación del golpe de la crisis sanitaria, que ha situado la economía catalana en recesión técnica.
Vinculada a esa gestión de recursos económicos, llegaba la segunda prioridad: el manguerazo de recursos económicos procedentes del fondo Next Generation EU, con el que España quiere restañar las heridas de la covid y aprovechar para reconvertir actividades económicas de futuro. Hasta ahora ha sido el Departamento de Economía, pilotado por Pere Aragonès, el coordinador interdepartamental para intentar controlar esos recursos que, antes de llegar a Cataluña, pasarán por La Moncloa, por lo que es necesaria una fuerte negociación con el Gobierno central. Aragonès ha anunciado que se creará una comisión interdepartamental para la gestión de los fondos europeos con todos los miembros del Govern y algunos altos cargo.
Junts también asume las relaciones exteriores, cartera que siempre ha estado gobernada por ERC en todos los últimos Gobiernos de coalición. Los de Puigdemont consiguen así la estrategia exterior del Govern en pleno desafío institucional, cuando tanto Puigdemont como Toni Comín siguen fugados de la justicia española en Bruselas. Y suman asimismo otra política directamente vinculada al juicio del procés, el control de las prisiones catalanas, en las que siguen sus condenas Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Turull, Joaquim Forn, Raül Romeva, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart, Dolors Bassa y Carme Forcadell.
Junts ya ha dejado de manifiesto que quiere aflorar las posibles carencias sanitarias en el control de la pandemia, que han estado bajo el mando de la republicana Alba Vergés. En Salud también hay cambios. Junts asume la gestión, que supone asumirla con la vacunación ya encarrilada y controlar casi un tercio de los presupuestos de la Generalitat. El encargado previsiblemente será el actual secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, el único cargo que la cabeza de cartel de Junts, Laura Borràs, desveló en la pasada campaña electoral.
Como contrapunto a las pérdidas de esas consejerías, ERC asumirá el Departamento de Empresa, que en los últimos años ha tenido que lidiar con la crisis industrial en Cataluña con apenas recursos presupuestarios. Tiene sobre la mesa el cierre, entre otros, de Nissan y la reconversión de la industria de la automoción. Pero también bajo su influencia quedarán las áreas de comercio y de turismo, las dos que más tocadas ha dejado la pandemia. Controlar Empresa le permite a los republicanos asegurar parte del control de la interlocución económica y, sobre todo, el control de la empresa pública, a la que en los últimos dos años ha fiscalizado con fuerza desde la Intervención de la Generalitat, aflorando deficiencias, cuando no irregularidades, en la gestión de estaciones de esquí o el circuito de Montmeló.
Los republicanos también controlarán Interior y, dependiendo de ese departamento, los Mossos d’Esquadra. No es tarea fácil ante la presión que impone la CUP por las actuaciones que ha tenido la policía autonómica en las últimas manifestaciones.
ERC retiene los departamentos de Educación y el de Empresa y Trabajo, uno de los más controvertidos durante la crisis por su ineficacia para gestionar las ayudas a los trabajadores autónomos. Será la consejería que tendrá que lidiar con la abultada lista del paro dejada por el coronavirus. Asimismo asume los nuevos departamentos de Feminismos e Igualdad, de Acción Climática, Agricultura y Alimentación y el de Cultura.
Junts, por su parte, seguirá controlando Políticas Digitales, consejería a la que se le añade el área de Infraestructuras justo cuando la inversión en obra pública repuntará. A no ser que haya cambios, desde ese gabinete controlará la relación con los funcionarios. Y los de Puigdemont también asumen Investigación y Universidades y el Departamento de Derechos Sociales, de nueva creación.
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