El urbanismo táctico llega a la calle de Pelai de Barcelona para sacar coches y ganar espacio de acera
El Ayuntamiento de Colau eliminará dos carriles de circulación para ceder espacio a los peatones
El urbanismo táctico y la reducción de la velocidad del tráfico llegan a la calle de Pelai de Barcelona. Una vía corta pero muy céntrica y comercial que une las plazas de la Universitat y Catalunya. El Ayuntamiento de Barcelona ha informado este lunes que la intervención se hará con urbanismo táctico, provisional, pintando carriles que ahora son de circulación y cediendo el asfalto a los peatones. Eso sí, del color amarillo de los carriles creados durante la emergencia sanitaria de la primavera de 2020, ahora se pasa a un tono verde. El espacio se delimitará con pilonas.
Entre Universitat y Balmes los dos carriles para coches pasarán a uno, y de Balmes a la plaza, de cuatro para coches se eliminarán dos. Lo que se mantendrá igual a lo largo de toda la calle será el carril bus. Los carriles de la circulación tendrán una velocidad máxima permitida de 30 por hora como máximo y el de la derecha será compartido entre coches y bicicletas.
El colectivo ciclista ha lamentado que la reforma no incluya un carril exclusivo para bicis y ha alertado de que su ausencia incrementará los conflictos con peatones si acaban circulando por los carriles ganados al tráfico. Con los grupos de whatsapp y telegram de ciclistas urbanos encendidos, no han tardado en lamentar la ausencia de carril bici el BACC (Bicicleta Club de Catalunya), y también lo ha criticado el grupo municipal de ERC, en la voz de su concejal Max Zañartu: “Una vez más se amplía la acera y se relega la bici a un carril 30 con pocas perspectivas de que sea efectivamente de 30 kilómetros por hora”. Tanto el edil como el BACC han apuntado a la posibilidad de que los ciclistas acaben bajando por el espacio pintado para los peatones, como ocurre en la Via Laietana (aunque allí el espacio de acera ensanchada es mucho más estrecha).
El plan también contempla, en verano, la creación de un nuevo paso de peatones para mejorar la conexión entre los dos lados de la calle, a la altura de Balmes. Las obras han comenzado el pasado fin de semana y está previsto que terminen en abril. El presupuesto es de 37.500 euros en total.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Ecología y Movilidad, Janet Sanz, ha explicado que la actuación permitirá doblar el espacio de los peatones en el lado mar de la calle. Inicialmente se hará con pintura, que en este caso reproducirá el pavimento de las aceras de la ciudad, el panot barcelonés, en color azul. Sanz ha detallado que si se apuesta por una intervención táctica es porque “permite una mayor rapidez y es más económico, además de que, si fuera necesario, permite corregir”.
La actuación ya ha comenzado y Sanz ha celebrado que ha sido consensuada con los comerciantes. “Está pensado para ayudar al comercio y plantea dar respuesta a los retos de la ciudad, como son la revitalización de la actividad económica de la ciudad y garantizar la movilidad en condiciones de seguridad en tiempos de pandemia”. Se trata, ha defendido, de “reequilibrar” el uso del espacio público, donde ahora el coche tenía el máximo de protagonismo.
Desde la entidad Barcelona Oberta, que agrupa al comercio del centro de Barcelona, Gabriel Jené ha aplaudido la idea de “recuperar las aceras anchas de la calle de Pelai, que antes ya eran anchas y fueron reducidas”. Jené ha confiado en que las mejoras en esta vía “sirvan también para mejorar la accesibilidad y las visitas en una zona de la ciudad muy golpeada por la pandemia, porque buena parte de sus clientes son de fuera de Barcelona”.
La intervención de Jené y de representantes de la asociación de comerciantes de la calle ha tenido un punto confuso y sorprendente. Mientras por un lado han instado al Ayuntamiento a que siga permitiendo llegar al centro en coche, por otra han insinuado que celebrarían una calle de Pelai completamente peatonal.
Sin carril bici en la plaza de Catalunya
La plaza de Catalunya y las calles de acceso o salida al céntrico espacio siguen sin tener carril bici propio. La idea de que el carril de la derecha de la calle de Pelai sea compartido entre vehículos (con un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora) y bicicletas no ha gustado nada al colectivo ciclista, que ve la intervención como una oportunidad perdida para tener un carril de acceso, porque en la ronda Sant Pere tampoco lo hay. Para salir de la plaza, ni rambla de Catalunya, ni paseo de Gràcia ni Fontanella lo tienen tampoco. Y para llegar desde el lado mar, Rambla no tiene y la circulación en bici en portal de l’Àngel está restringida, al ser un espacio peatonal.
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