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El Govern sopesa ampliar sus ayudas a los trabajadores en paro del turismo

62.000 empleados que son fijos discontinuos no han podido acogerse a los ERTE en toda la pandemia

Marta Madicu, trabajadora fija discontinua del sector de la hostelería que no puede acogerse a ERTE ni a ayudas.
Marta Madicu, trabajadora fija discontinua del sector de la hostelería que no puede acogerse a ERTE ni a ayudas.Joan Sanchez (EL PAÍS)
Josep Catà Figuls

El Govern estudia incluir en las ayudas a trabajadores en ERTE que no alcancen el salario mínimo de referencia a los empleados con contratos fijos discontinuos, que no tuvo en cuenta inicialmente. Se trata de un colectivo muy presente en el sector turístico, en el que se realizan contratos de temporada para cubrir los picos de actividad. A causa de esa especificidad, ni se encuentran incluidos en expedientes de regulación temporal de empleo ni pueden cobrar el subsidio de paro porque no han acumulado suficiente cotización.

La última nómina que cobró Marta Madicu como camarera de restaurante de un hotel en Malgrat de Mar fue en octubre de 2019. Se acababa la temporada, y como cada año de los 38 que lleva trabajando en el mismo sitio, tenía la certeza de que a finales de marzo volvería a tener su empleo. Pero llegó la pandemia, el cierre a cal y canto de todos los hoteles de la costa, la desesperación por quedarse sin trabajo y una noticia peor: al ser una trabajadora fija discontinua, una figura laboral muy común en la hostelería de la costa, no tendría derecho a acogerse a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Madicu, como más de 62.000 de estos trabajadores, ha pasado la pandemia con lo mínimo, sin ayudas y fundiendo los ahorros.

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El Govern anunció la semana pasada un paquete de ayudas para los trabajadores en ERTE con menos ingresos, que durante este primer trimestre recibirán 200 euros al mes. Pero se olvidó del colectivo de los fijos discontinuos, que no están en ERTE. Tras la presión de los sindicatos, ahora está estudiando incluirlos.

El del fijo discontinuo es un tipo de contrato laboral que está intrínsecamente ligado a la industria turística de la costa, que en la temporada de verano florece pero se apaga en los meses de invierno. En poblaciones muy turísticas como Lloret, Malgrat, Santa Susanna, Salou o Cambrils, miles de personas están acostumbrados a trabajar en hoteles de marzo a octubre, mientras que el resto de meses, con los hoteles cerrados, están en el paro. Para cobrar el paro, necesitan cotizar durante dos temporadas (un año en total). Así, cobran el paro una temporada de invierno, y otra no. Según el sindicato UGT, hay más de 62.000 personas que tienen estas condiciones. Y son estos los trabajadores que, con la pandemia, se han sentido olvidados por la administración.

El Govern también se olvidó de ellos en el anuncio de las ayudas a trabajadores en ERTE, a empresas pequeñas y a autónomos. Pero tras la presión de los sindicatos, está rectificando. Los detalles finales de las ayudas todavía no están cerrados, y el Govern, junto con los sindicatos y las patronales, está analizando cómo sumar estos 62.000 trabajadores a los 175.000 trabajadores en ERTE que cobran menos del salario mínimo de referencia catalán (1.239 euros) y que tendrían derecho a esta ayuda de 200 euros al mes en el primer trimestre del año.

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“Yo terminé de trabajar el 22 de octubre de 2019. Me tocaba cobrar el paro esta vez, y lo consumí hasta marzo de 2020. La empresa nos empezó a llamar para volver a trabajar, pero el 19 de marzo nos avisó de que cerraba el hotel, y nos quedábamos sin trabajo”, explica Madicu. La empresa en la que trabajaba, el hotel Maripins de Malgrat de Mar, de la cadena Alegria, aseguró a sus trabajadores que les harían un ERTE. “Pero pasaban los días y no nos decían nada. Hasta que nos comunicaron que no lo harían”, advierte, y lamenta, indignada, que el Gobierno no haya obligado a estas empresas a hacer un ERTE a sus trabajadores fijos discontinuos.

Al haber consumido ya la prestación por desempleo, solo le quedaba pedir el subsidio, que consiguió después de muchas semanas llamando al SEPE sin resultado. “430 euros con 28 céntimos”, enfatiza esta mujer de 59 años, a la que a ratos se le corta la voz por la indignación y el desespero al que le ha llevado la pandemia.

Un cambio para el sector

“Nunca imaginé que llegaría a esto. A mí que me expliquen cómo podemos sobrevivir con este dinero. Mis hijos ya son independientes, pero hay familias que tienen críos, y gastos… te lo montes como te lo montes, con este dinero, si pagas los gastos no comes, y si comes, no puedes pagar”, relata. Madicu ha pasado de cobrar, los meses de trabajo, 1.496 euros (que incluyen la parte proporcional de la paga extra, y los festivos trabajados, y que en el caso de nuevos trabajadores, es menos de 1.200 euros), a solo el subsidio de desempleo. “Estoy indignada, nunca lo había pasado tan mal. Nos sentimos como colillas que se tiran a una cuneta, estamos desprotegidos”, se queja.

Como presidenta del comité de empresa y delegada de UGT, Madicu tiene claro que este impacto de la pandemia cambiará el sector. “Lo que quieren los hoteleros no son fijos discontinuos, sino trabajadores rotativos, que cobren menos, que no supongan una responsabilidad de volverlos a contratar, y que no se puedan sindicar”, dice.

La situación ha llevado a Madicu a consumir todos los ahorros que tenía, y le afecta a los nervios. “Tengo mucha tensión, dolores de cabeza y muy mal rollo. Estoy muy indignada y decepcionada. Muchas noches no duermo y voy a pasear. Cuando se retrasan en el pago del subsidio, tiemblo”, explica. Pese a acudir a la ayuda de familiares, no ha pedido ayuda social. “He ido a ver la cola, y he visto que muchas personas lo necesitan más que yo, y me he ido con un nudo en el estómago. Me arreglo como sea, cocino mucho de lo mismo y lo congelo”, explica. En el hotel en el que trabajaba hay 28 personas en su situación.

Foment pide ayudas directas por 50.000 millones

La patronal Foment del Treball reiteró ayer su petición a las administraciones públicas, especialmente al Gobierno español, para que haga uso de su capacidad de endeudamiento y aplique con urgencia un plan de ayudas directas a la economía de 50.000 millones de euros.

Foment criticó en un comunicado que “las ayudas a través de garantías no se han utilizado desde el mes de septiembre”. Según la patronal catalana, el nivel de gasto público en España para ayudar a los sectores económicos y empresas más perjudicadas por la crisis económica derivada de la pandemia es “sustancialmente inferior” al de los principales países europeos.

Recoge Foment los datos publicados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), según los cuales “en España durante los últimos cuatro meses de 2020 las ayudas en relación al Producto Interior Bruto (PIB) han oscilado entre el 3% del mes de septiembre y el 3,7% de diciembre”. Lejos de Alemania (7,7%-9,8%), Francia (6%-6,9%) o Italia (4,5%-6,2%), señala.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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