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Limpio crímenes a domicilio

La escritora de novela negra Sandrine Destombes convierte en protagonista de su novela ‘Madame B’ a una mujer que hace desaparecer escenarios y cuerpos de asesinatos por encargo de los delincuentes

Carles Geli
Harvey Keitel como el Señor Lobo en la película 'Pulp Fiction'.
Harvey Keitel como el Señor Lobo en la película 'Pulp Fiction'.EL PAÍS

En la cinematográfica Pulp Fiction era el impertérrito Señor Lobo quien se encargaba; y en la televisiva Blacklist, el Señor Kaplan (aunque era una mujer) hacía lo propio. Su trabajo parece un auténtico delirio, hijo de una mente sádica y desquiciada o muy astuta y refinada: profesionales especializados en la limpieza de escenarios de crímenes… al servicio de los asesinos. “No sé entrar en la dark web, pero estoy convencida de que en la vida real existen”, asegura la francesa Sandrine Destombes, que ha colocado a una de esas limpiadoras, Blanche Barjac, como eje de su novela Madame B (Reservoir Books).

“He puesto un poco de imaginación y hasta alguna técnica de limpieza de las abuelas”, medio bromea la escritora francesa de 49 años, para convertir en una profesional reputada de este particular sector criminal a la protagonista de su ya séptima novela, premio Ligue de l’Imaginaire 2020, que la consolida en el pelotón de cabeza del prolífico polar francés. Tras 15 años de oficio y 92 misiones de limpieza, Madame B (solitaria, discreta, capaz de dejar impoluta desde una alfombra hasta el disco duro de un ordenador, pasando por un perfil en redes sociales o, lo más fácil, deshacerse de un cadáver) descubre entre las pertenencias a eliminar de su último trabajo un pañuelo blanco; una nimiedad, algo sin mayor dificultad para ella si no fuera porque es, precisamente, el que llevaba su madre cuando se suicidó 20 años atrás. Alguien, pues, le está limpiando también su vida.

“Quería salir del marco cerrado de la policía-justicia, muy transitado y con limitaciones ya hasta lingüísticas y para huir de esa lógica tampoco me apetecía usar el manido periodista investigador, por lo que busqué a alguien que no pudiera recurrir a la policía: una limpiadora abría muchas posibilidades; de entrada, que una mujer se ocupe de una labor así”, admite Destombes, una de las protagonistas virtuales de la jornada de ayer del Festival BCNegra.

En Madame B parece que cada acción que uno comete tiene una consecuencia, lo que no se antoja que concuerde con la vida real. “Pienso que es así; otra cosa es que un crimen no tenga quizá castigo; a lo mejor no tiene consecuencias legales, pero sin duda sí personales… Creo que era Sartre quien decía que somos lo que escogemos; lo que somos es lo que hemos decidido”, asegura. También como metáfora destila la novela que el olvido, borrar el pasado, es misión imposible. “Sería un error hacerlo porque construimos siempre el presente desde el pasado; uno de los problemas de hoy es que el mundo va demasiado deprisa y no analizamos el pasado, vamos demasiado rápido hacia un futuro del que tampoco sabemos nada”.

La escritora francesa Sandrine Destombes., autora de 'Madame B'.
La escritora francesa Sandrine Destombes., autora de 'Madame B'.M.Wendzinski (EL PAÍS)

Blanche arrastra un trauma antiguo que hace dudar, incluso, de su salud mental, y oscila en una zona gris por la que de algún modo también discurren Adrian, su padrastro y quien le enseñó el oficio, o El Sabueso, asesino a sueldo y uno de los clientes más metódicos de Blanche. “Soy reticente en mi obra a discernir demasiado entre el bien o el mal porque eso tiene que ver con la moral y lo que hoy lo es, mañana ya no; por eso no describo ni física ni moralmente a mis personajes, dejo que tengan muchos matices de gris porque quiero que el lector escoja y, de manera inconsciente, cree su personaje y le otorgue una moral; en eso, la literatura da más espacio al lector que el cine”.

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Madame B deja entrever cierto empoderamiento de la mujer ni que sea en el lado oscuro del crimen, posición que refuerza la presencia de una Madame C, delincuente poderosa en la que se intuye la famosa proxeneta francesa de los años 70 Madame Claude, con una cartera de clientes entre los que estaban políticos y grandes empresarios de medio mundo. “Queda mucho camino aún para la paridad: por ejemplo, en francés no existe el femenino de limpiador de asesino a sueldo”. Sí hay, en cambio, muchas autoras de polar en Francia. “Ocurre que tienen poca presencia en medios y están poco traducidas; lo curioso es que sus obras tienen un trasunto siempre muy oscuro y duro”, constata.

Destombes admite que prefiere “la gestión del enigma, la investigación más a la antigua, que el predominio de lo tecnológico”, en tramas que suele narrar “en imágenes, como un montaje cinematográfico”, fruto de sus orígenes en el sector audiovisual. Por ello pronto cita como referentes a Hitchcock, Truffaut, Kubrick y Scorsese y, en lo literario, a Agatha Christie, Henning Mankell (“me costó despedirme de un personaje como Wallander”), James Ellroy y Antonio Manzini.

A lo mejor “efecto del confinamiento” por la pandemia (“es un personaje que me ha hecho bien”), Destombes recupera estos días la figura de su comisaria Max Tellier, que ya protagonizó tres de sus primeras obras y a la que está enfrentando moralmente, avanza, “al reverso de las consecuencias y a si hay un castigo a la altura de los actos o no”. Quizá se cruce con un(a) limpiador(a), figura de la que, al menos en la vida criminal real catalana y española, se desconoce su existencia. O que nunca ha trascendido porque lo dejaron, como Madame B, todo tan limpio que nunca les pillaron.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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