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La nueva norma estatal restringe la circulación de los patinetes eléctricos en Barcelona

Los vehículos de movilidad personal no podrán circular por las zonas peatonales

Dos chicas circulando en patinete por el portal de l'Àngel de Barcelona, este lunes.
Dos chicas circulando en patinete por el portal de l'Àngel de Barcelona, este lunes.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)
Clara Blanchar

Barcelona fue pionera al aprobar, en 2017, una modificación de la Ordenanza de Circulación de Vehículos que incluía a patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal (como las ruedas eléctricas o los llamados segway). Esa norma ya fijaba que los patinetes deben circular por carriles bici (o calles de poca velocidad) y no pueden hacerlo por las aceras y contemplaba multas de entre 100 y 500 euros. Pero el real decreto del Gobierno que entró en vigor el sábado 2 de enero, y que modifica el reglamento de vehículos y circulación en entorno urbano, restringe todavía más la circulación de los patinetes y es de obligado cumplimiento en Barcelona y cualquier ciudad española, por ser de rango superior. La norma tiene aspectos por detallar, pero contempla que de su cumplimiento se ocupen las policías locales.

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Ahora, con el real decreto, los patinetes ya no pueden circular ni por aceras ni tampoco por zonas peatonales. En la capital catalana todavía podían hacerlo los patinetes de tamaño más pequeño (de tipo A), los más utilizados. Y de hecho este lunes seguían haciéndolo en zonas peatonales tan concurridas y populares como el Portal de l’Àngel, hasta los topes por las compras de Reyes. Con la nueva norma del Gobierno los patinetes pasan a tener consideración de vehículos, lo que obliga a sus usuarios a cumplir con las normas de circulación, como otros conductores. A partir de ahora, las personas que circulen en patinete pueden ser incluso sometidas a la prueba de alcoholemia.

El Ayuntamiento de Barcelona no ha previsto todavía ningún dispositivo específico de la Guardia Urbana, que ya lleva años multando a usuarios de patinetes que no cumplen la ordenanza. Solo en 2018, cuando comenzaron las multas, se impusieron 3.000 sanciones. Fuentes municipales recuerdan que Barcelona fue la primera ciudad española, durante el primer mandato de la alcaldesa, Ada Colau, en 2017, en regular la circulación de los vehículos de movilidad personal. “Ahora habrá que adaptar algunas cuestiones que prevé el nuevo reglamento”, indican las mismas fuentes, aunque señalan que “una gran parte [de la nueva norma] está recogida en la ordenanza municipal”, aunque el área de Movilidad estudia los supuestos que deberán ser modificados.

Dando una vuelta por la ciudad se podía observar este lunes que los usuarios de patinetes cumplen mayoritariamente con la obligación de no circular por las aceras y hacerlo por carriles bici. Pero siguen circulando por zonas peatonales, tanto en ejes de barrio (rambla del Poblenou o calles del barrio del Clot), como en grandes plazas como la de les Glòries, el entorno del mercado de los Encants o en las calles comerciales del centro.

“¿Cómo no se puede circular por aquí si justo la gracia del patinete es ir por todas partes?”, se preguntaba Paula, cargando bolsas en el manillar, en Portal de l’Àngel. No conocía la nueva normativa. Como tampoco parecen conocerla los que circulan dos personas sobre un patinete. “Son unipersonales, ya lo dice su nombre. Vehículo de mo-vi-li-dad personal”, explicaba un agente de la Guardia Urbana de patrulla por la zona. Daniel, unos minutos después, pasaba caminando y con el patinete en las manos, conocedor de la nueva normativa. “A veces si pudiera yo mismo denunciaría a algunos propietarios de patinete por cómo circulan”.

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Delante de los Encants, Lucas y Kim, de 16 años, explicaban que conocen también la norma que impide circular por las aceras (porque les multaron el año pasado), pero desconocían que tampoco se pueda circular por las zonas peatonales. “El problema es cuando ponen una norma, pero no hay suficientes carriles bici para cumplirla”, se quejaba Lucas.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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