Los Mossos activan un plan específico para bares y restaurantes después de la petición de Salud de aumentar los controles

La jefatura de los Mossos d’Esquadra ha elaborado un plan específico para controlar que bares y restaurantes cumplen con las medidas impuestas para contener la expansión del coronavirus desde su reapertura el pasado 23 de noviembre. En un documento, fechado el 16 de diciembre, se sistematiza una forma de trabajo que, según fuentes policiales, ordena y permite trazar un trabajo que ya se estaba haciendo. El plan da respuesta a las peticiones del Departamento de Salud de un mayor seguimiento de las medidas que aplica la restauración, obligada a mantener un aforo del 30%, mesas de un máximo de cuatro personas, si no se forma parte de la misma burbuja de convivencia, y distancia de dos metros entre mesas, entre otros requisitos.

El documento, que se ha hecho llegar a todas las regiones policiales, específica que, con carácter general, debe dedicarse dos días por semana una patrulla de cada comisaría a estos controles, que ya llevan a cabo las unidades de seguridad ciudadana en su trabajo diario. También lo harán de manera específica las unidades de policía administrativa, que se dedican a la inspección de locales. El plan especifica todos los criterios que deben controlar los agentes: los horarios, que acaba de limitar el Gobierno catalán, la ocupación, la distribución de las mesas en terraza e interior, la ocupación de las mismas, el consumo de tabaco (que no se puede hacer si no hay menos de dos metros de distancia interpersonal) y la ventilación, entre otros.

En un comunicado interno, el mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, pone contexto a ese plan específico y remarca que las acciones deben ser “inicialmente, de carácter informativo y concienciador”. E indica que hay que “reservar las acciones sancionadoras para los casos más graves o de reiterado incumplimiento y que, de manera intencionada, estén poniendo en riesgo la salud de la ciudadanía”. De esa forma, indican fuentes policiales, no se castiga más aún a la hostelería, un sector muy afectado por la crisis del coronavirus.

Tanto la Guardia Urbana de Barcelona como los Mossos d’Esquadra insisten en que en los patrullajes diarios se controla que los restaurantes y los bares y las personas que acuden a ellos cumplan con las restricciones impuestas por el Gobierno. Y que siempre el criterio es avisar antes de sancionar, como ocurre con el uso de las mascarillas. Algunas cuestiones, aseguran desde la Guardia Urbana, son muy complicadas como comprobar si una persona está sin mascarilla en una terraza porque quiere o porque se está acabando un café. Durante toda la pandemia, los responsables políticos apelan a la responsabilidad individual para evitar la expansión del virus.