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El repunte de la pandemia amenaza la reapertura navideña en Cataluña

El índice de crecimiento potencial de la pandemia, que llevaba bajando desde el 23 de octubre, ha alcanzado este martes los 201 puntos, cinco más que la víspera

Terraza de un bar de Barcelona, el pasado 26 de noviembre.
Terraza de un bar de Barcelona, el pasado 26 de noviembre.Albert Garcia

El plan de desescalada de la Generalitat prevé que el próximo lunes se avance en el relajamiento de las medidas de control de la pandemia, pero los repuntes en la velocidad de contagio (Rt) y el riesgo de rebrote pueden poner en peligro el cambio de fase. Este último indicador iba bajando desde el 23 de octubre, pero según los datos oficiales, ayer se incrementó. El Govern volvió a mandar mensajes contradictorios. Mientras que la portavoz Meritxell Budó alertó de la posibilidad de no pasar de fase si no se cumple con las condiciones, la consejera de Salud Alba Vergés cree que los indicadores están bajo control.

”Si vemos que hacia el jueves esta Rt se nos ha disparado y continúa esta tendencia, con mucha probabilidad no se pasará de fase”, alertó Budó en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Ejecutivo catalán. “Eso nos puede indicar que la tendencia comienza a girar otra vez”, agregó la portavoz, que recordó que el plan diseñado por el Procicat implica cumplir ciertos baremos epidemiológicos para seguir avanzando en el plan de desescalada.

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Horas después, sin embargo, la titular de Salud, la republicana Alba Vergès, intentó alejar cualquier sombra de duda sobre el avance de fases y defendió que los datos actuales “no ponen en peligro” el guión previsto. “Estamos según lo previsto, seguimos con la bajada, posiblemente menos intensa, prevemos que pueda ralentizarse en los próximos días”, dijo durante una visita a un centro de cribaje masivo en el Recinto Modernista de Sant Pau de Barcelona.

Los papeles se han intercambiado entre los dos socios del Govern. Esquerra se quejaba sistemáticamente que desde Junts se hicieran propuestas de reapertura sin tener en cuenta los datos y sin estar evaluadas por el Procicat. Ahora es desde la formación que preside Carles Puigdemont donde se hacen planteamientos más conservadores y los republicanos los enmiendan.

Repunte

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Las cifras, sin embargo, sí muestran un repunte, aunque los próximos días serán determinantes de cara a confirmar si la tendencia al alza se consolida. La estadística recoge datos que se corresponden con el momento anterior a la flexibilización de las restricciones en la restauración. Por primera vez desde el 23 de octubre, el riesgo de rebrote (EPG), el índice de crecimiento potencial de la pandemia, repuntó ayer, superando de nuevo los 200 puntos, con 201, cinco más que el pasado lunes. La Rt también ha crecido 6 centésimas, hasta el 0,84. Para pasar de fase, según los protocolos, este indicador no puede ser mayor a 0,9. El margen es muy estrecho.

El número de personas hospitalizadas por covid-19 es de 1.718, un total de 34 menos que el pasado lunes. La caída de los ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos es casi testimonial. Ayer había 454 pacientes, solo cuatro menos que la víspera. Sí ha disminuido la Incidencia Acumulada de casos en los últimos 14 días (IA14), que es de 259,79; 11 diagnósticos menos que la víspera. El porcentaje de positividad de todas las pruebas hechas, tanto PCR como de test de antígenos, baja al 4,87 %, cuando el pasado lunes era del 5,10%.

El paso a la fase dos de la desescalada, que el Procicat tendrá que evaluar este viernes, implica el fin del confinamiento de fin de semana a nivel municipal y se pasaría a uno de carácter comarcal. El aforo en recintos culturales, por ejemplo, se incrementaría hasta el 70 % y la capacidad máxima sería de 500 espectadores. Budó recordó que los ciudadanos que decidan irse de puente este fin de semana —se tendrían que marchar el jueves para evitar las actuales restricciones— tendrían que permanecer todo el fin de semana en el municipio de destino.

Pese al momento delicado, la Generalitat no quiso posicionarse de manera tajante sobre la conveniencia o no de viajar por el puente. “Lo que hagamos este puente puede tener consecuencias en Navidad. Necesitamos restringir la movilidad ahora y así garantizar poder reunirnos con las personas que queremos en Navidad. No es necesario anular una reserva o cancelar la visita a la segunda residencia, pero hay que ir con cautela”, defendió la portavoz.

La diferencia de posiciones dentro del Govern, una polifonía que teóricamente se quería eliminar, tampoco deja muy claro qué sucederá con el plan de Navidad si no se pasa a la fase dos el próximo lunes. “Estamos en riesgo de que los datos se nos disparen y no podamos preservar la Navidad”, alertó Budó. Lo cierto es que el plan para las fiestas de Navidad que tiene la Generalitat se desarrolla en la idea de que ya se esté en la fase tres, lo que implicaría poder tener reuniones de diez personas o quitar las restricciones para la movilidad en todo el territorio catalán.

En lo que sí coincidieron ambos socios del Govern es en apelar una vez más a la responsabilidad ciudadana para garantizar que se avance en el relajamiento de las restricciones. “No podemos poner un médico, un enfermero o un policía al lado de cada ciudadano. Es una tarea colectiva de todos y de esto depende que lleguemos a Navidad con la pandemia bajo control, con le mínimo número de ingresados posible y, de esta forma, poder encarar un año que tiene que ser el del control definitivo de la pandemia”, pidió ayer el president en funciones, Pere Aragonès, que acompañó a Vergès en la visita a Sant Pau.

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