Fomento, el RACC y la patronal del motor piden consensuar el plan del Eixample

El plan presentado esta semana por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para convertir el distrito del Eixample en una gran supermanzana ha puesto en guardia a las patronales y lobbies del motor. Ni 24 horas tardaron en emitir comunicados en los que piden “consenso” y “diálogo” para un plan, a una década vista, que tendrá una gran afectación en la movilidad, porque convertirá en un eje para peatones una de cada tres calles de la trama que ideó Ildefons Cerdà en el siglo XIX.

En el Ayuntamiento, el grupo municipal del PP pidió a Colau una consulta ciudadana al respecto. “Los barceloneses deben expresar si están de acuerdo con esta medida que puede hipotecar el futuro de la movilidad en la ciudad hasta 2030”, manifestó el portavoz del grupo, Oscar Ramírez.

Durante la presentación de un estudio sobre la movilidad en Barcelona, el presidente del RACC, Josep Mateu, se declaró partidario de una “movilidad segura y más limpia, pero también compatible con la actividad productiva”, e instó a que cualquier cambio se haga de forma consensuada con los actores económicos y sociales afectados.

La entidad pidió, además, al gobierno de Colau que retire la mayoría de las actuaciones de urbanismo táctico (obras provisionales con pintura y vallas) realizadas tras la primera crisis de la epidemia del coronavirus para ganar espacio para los peatones. El argumento es que los peatones apenas los utilizan.

El RACC observó el uso de las calles en las que se han eliminado coches (Girona, Rocafort, Consell de Cent, Girona y Via Laietana) y la conclusión a la que ha llegado es que solo se utiliza la de la calle de Girona (lo hacen el 48% de los peatones). “Hay que preguntarse para qué se utilizan y unos se utilizan y otros no”, manifestó Mateu, que añadió: “No escogemos a los gestores públicos para que tomen decisiones, sino también para que acierten en sus decisiones”. En el resto de espacios peatonalizados, el uso oscila entre irrisorio en Via Laietana (0,5% de los peatones) y el 16% de los que van a pie en la calle de Rocafort.

Fomento del Trabajo, que antes del verano arremetió con dureza contra las actuaciones de urbanismo provisional y llegó a cuantificar en 50.000 los empleos que perjudicaría —sin explicar cómo—, reclamó ayer al Ayuntamiento que dialogue y no ignore a los sectores empresariales de Barcelona en el diseño del plan del Eixample. En un comunicado la patronal pidió un “análisis riguroso sobre su impacto económico”.

El presidente de la entidad, Josep Sánchez Llibre, señaló que el plan “es de largo alcance y sería adecuado abordarlo en un amplio debate” y emplazó al consistorio a dejar atrás “las políticas de hechos consumados que innecesariamente un debate que debería ser sosegado y amplio, sin prisas ni apriorismos”.

Por parte de la Federación Catalana de Automoción (Fecavem) y el Gremio del Motor, pidieron a Colau “que rectifique o, por lo menos, que se siente, explique, escuche e informe”. En un comunicado las dos entidades aseguraron que la experiencia de la supermanzana en el Poblenou “está siendo un fracaso” y que “Colau lo defiende en nombre de nadie”, porque ha desplazado la movilidad y la congestión y ha perjudicado los negocios del entorno.