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Puigdemont rompe el carnet y sella el cisma del PDeCAT

El partido soberanista admite que 800 de sus militantes se han dado de baja tras el conflicto con la formación del ’expresident’

Carles Puigdemont, el pasado mes de julio en Bruselas.
Carles Puigdemont, el pasado mes de julio en Bruselas.Albert Garcia
Àngels Piñol

Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, se ha dado este lunes de baja del PDeCAT tras el agrio pulso que mantiene por el control de la marca de Junts per Catalunya con el partido en el que ha militado durante años. El conflicto se dirimirá el día 25 en los tribunales y refrenda la atomización del espacio de la antigua Convergència. El PDeCAT admitió ayer que ha sufrido unas 800 bajas. Cinco de los ocho diputados en el Congreso no habían aclarado ayer si seguían a Puigdemont o no.

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Tras la reunión de la ejecutiva, Marc Solsona, portavoz del PDeCAT, intentó quitar hierro y justificar la demanda que su partido presentó el 6 de agosto en el juzgado sobre el control de la marca de Junts per Catalunya. El también alcalde de Mollerussa (Lleida) alegó que es una causa para impugnar acuerdos “societarios” y la ciñó a una cuestión administrativa y “garantista” porque de la noche a la mañana sus afiliados se han visto despojados de la marca. “Otra interpretación es mal intencionada”, afirmó abogando por la alianza de los dos partidos en el futuro.

El portavoz reveló entonces que Puigdemont no les había comunicado su intención de abandonar la militancia. “A día de hoy, no”, zanjó. Minutos después, la reacción del expresident fue fulminante. “Acabo de comunicar a David Bonvehí, presidente del PDeCAT, mi decisión de darme de baja del partido que preside. Continuaré trabajando, ahora como presidente de Junts per Catalunya, para mantener una relación formal entre las dos formaciones”, afirmó en la red.

La renuncia de Puigdemont desencadenó otro goteo de bajas. El fin de semana rompieron el carné los cinco senadores y los ediles del área metropolitana de Barcelona. Cuatro de los cinco consejeros del Govern —Meritxell Budó; Miquel Buch; Damià Calvet y Jordi Puigneró— firmaron ayer un comunicado en apoyo a Puigdemont. Àngels Chacón, consejera de Empresa, es la única que permanece en el PDeCAT.

La crisis culmina la atomización del espacio posconvergente en tres partidos, además de enconar la fractura del Govern. Convergència se ha diseminado en el PDeCAT, su heredero natural; el Partit Nacionalista Català, liderado por la excoordinadora Marta Pascal, que aspira a convertir su partido en una especie del PNV catalán, y ahora Junts per Catalunya. La ejecutiva del PDeCAT se ha resistido a diluirse y desaparecer en Junts y entregarle el poder al expresident. Miembros de la nueva formación lamentan que el partido se haya negado a dar el paso y que no haga una defensa mayor del “mandato” del referéndum del 1 de octubre.

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El PDeCAT calcula que un 7% de sus militantes han roto el carné. En total, unos 800 asociados. “Vamos a rehuir un debate estadístico sobre quien tiene más altas o no. Queremos hablar de proyectos y no de un contador constante”, afirmó Solsona. Por el momento, un tercio de la ejecutiva —ocho sobre 27— se han dado de baja. Los dos últimos Joan Pérez Gómez y Miriam Nogueras, diputada en el Congreso.

El cisma tendrá un impacto en los acuerdos de gobierno de diversas instituciones y en el Govern. Sobre el papel, el president Quim Torra se mantiene neutral —es independiente— y lamentó que el caso haya acabado en los tribunales. Esquerra pidió a su socio que se centre en la acción de gobierno y la oposición alegó que esa fractura debería ser razón suficiente para ir a elecciones. “Es un Gobierno en descomposición”, avisó Miquel Iceta, del PSC mientras Jéssica Albiach, de los comunes, ironizó apuntando que eran tres gobiernos “en uno”.

Queda por ver cómo afectará a los diputados de Junts per Catalunya en el Congreso: de los ocho solo Nogueras ha dado el paso. Laura Borràs y Jaume Alonso Cuevillas son independientes y alineados con Puigdemont. La incógnita es qué harán los otros cinco: Sergi Miquel y Mariona Illamola, diputados por Girona, la segunda independiente; Concepció Cañadell, por Lleida; Genis Boadella, por Barcelona y Ferran Bel, por Tarragona.

La causa se verá en el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Barcelona el día 25 después de que inicialmente estuviera señalada para hoy. Pese a la judicialización del conflicto, el PDeCAT asume de que son partidos diferentes y no descarta lograr acuerdos. Bonvehí mantiene la “voluntad” y el “canal abierto” con Junts per Catalunya, insistió Solsona. “Mi máximo reconocimiento y respeto del PDeCAT a Puigdemont, compañero y amigo. Continuaremos trabajando para, cada uno desde su visión, conseguir la independencia de Cataluña. Seguimos hablando”, dijo en la red. Jordi Turull, el exconsejero, ahora en prisión, se dio de baja también porque vio incompatible la doble militancia.


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