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Torra rehúye la autocrítica y culpa al Gobierno de los errores en la pandemia

El 'president' insiste en que Sánchez se endeude y recurra al Mecanismo Europeo de Estabilidad

El 'president' Quim Torra, durante el pleno monográfico sobre el coronavirus
El 'president' Quim Torra, durante el pleno monográfico sobre el coronavirusJoan Valls (GTRES)

El Parlament ha celebrado este miércoles un pleno monográfico sobre la gestión del coronavirus y el balance hecho por el president Quim Torra no se alejó de su discurso durante la pandemia: el estado de alarma fue un “155 encubierto” y el Gobierno actuó a remolque de la Generalitat. Torra insistió en pedir más recursos, aunque la oposición le criticó que exija dinero sin definir cómo cambiará sus presupuestos. El Govern presentará el día 21 el retoque que prepara para sus cuentas.

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”Ni contentos ni satisfechos”, resumió Torra como balance ante un número mermado de diputados en el hemiciclo, resultado de una las medidas de protección contra la pandemia. El president alabó la gestión de los sanitarios y cuerpos de seguridad y la “entrega” de un Govern que, aseguró, siempre ha sido “sincero y transparente” y que comparó con un Ejecutivo central que cree actuó a “remolque” e insinuando que algunas de sus decisiones fueron tomadas sin tener en cuenta criterios científicos y con una recentralización de competencias que calificó de “fracaso”.

Torra exhibió poca autocrítica, más allá de asegurar que la ha hecho. “Seguro que hemos cometido algunos errores. Estamos dispuestos a revisar cómo hemos tomado cada decisión”, dijo. Todos los consejeros desfilaron posteriormente por el atril del hemiciclo e insistieron en que las decisiones se tomaron a tiempo, según la información que se tenía en cada momento. No hubo una reflexión profunda sobre cómo, según los datos del departamento de Salud, se llegó a tener 71.799 casos confirmados y 12.576 muertos.

”Nos hizo falta un Estado que fuese por delante, no a remolque. Necesitábamos un Estado que fuese ejecutivo, no que ejecutase nuestras competencias. Necesitábamos un estado propio”, lamentó Torra. El president aseguró que había que desconfiar los Gobiernos que dicen que lo hacen todo bien pero no ahorró tiempo para ejemplificar cómo se había adelantado a las decisiones que finalmente Sánchez terminó implantando. Por ejemplo, el confinamiento más duro (Torra recordó que lo pidió el 13 de marzo y el Gobierno lo adoptó el día 29); la salida por franjas horarias y el alargamiento de los ERTE. “Sánchez actuó tarde y mal”, resumió el presidente del grupo de Junts per Catalunya, Albert Batet.

El vicepresidente Pere Aragonès, como el propio Torra, pidió al PSC y a los comunes que aboguen en el Gobierno para obtener más recursos, mediante la relajación del déficit. “Sin ello no habrá más medidas”, aseguró el republicano. El Govern anunció el proyecto de presupuestos retocado para el día 21. Antes, se habrá celebrado el pleno específico sobre las residencias donde subirán los decibelios al proponerlo también Junts per Catalunya.

Torra no convenció a ninguno de los grupos en el largo debate. Ciudadanos impulsó el Pleno de la reconstrucción y constató su escaso éxito en su plan de tender la mano al Govern para superar la emergencia. La formación naranja ha cerrado acuerdos con el PSOE en mejoras para los autónomos pero no ha sellado pactos con el Govern. “Ha ignorado a la oposición. Y mire que se lo habíamos puesto fácil”, dijo la portavoz Lorena Roldán. La también candidata, que definió a su partido como de centro moderado, acusó a Torra de haber seguido con “el disco rayado” del proces y alterar la realidad de lo ocurrido. “No rehaga la historia”, dijo recordando que el Ejecutivo no aceptó la ayuda de la UME, que fue “incapaz” de computar las víctimas en Cataluña haciendo tambalear las de toda España o que firmó un contrato fallido con Ferrovial.

Carlos Carrizosa, líder de la oposición, pidió utilizar la crisis como una oportunidad de hacer un reset y olvidar el proces. No pidó elecciones como tampoco el PSC. Miquel Iceta, el jefe de filas socialistas, deploró que Torra no pusiera el énfasis en “la reclamación y no en la auto exigencia”. “A veces parecía que se quería usar esta crisis para avanzar en una agenda política propia de un proyecto independentista”, dijo, extendiendo la mano para un gran pacto sanitario, que parta del decálogo presentado por el sector. Iceta contrapuso la gestión del Govern con la la Generalitat Valenciana e instó a movilizar recursos propios y no pedir solo fondos.

Los socios chocan por el fondo europeo

El debate también sirvió para dejar en evidencia, de nuevo, la diferencia profunda de criterios en el seno del Govern. Esta vez, a cuenta de si la Generalitat debe endeudarse con Europa para poder acceder a recursos extra para atender la pandemia.

El presidente Quim Torra anunció ayer que enviará una carta a Pedro Sánchez pidiéndole que solicite al Mecanismo Europeo de Estabilidad, en nombre de Cataluña, un crédito de 5.000 millones de euros. El president explicó contactará con el director de esa entidad europea, Klaus Regling, para decirle que el Govern “acepta las condiciones” de los créditos (interés del 0,1%).

Torra aseguró que recurre a esta vía porque no puede esperar hasta las transferencias europeas, sin contrapartidas, que llegarán el próximo año. En ERC no comparten ese planteamiento. Su portavoz, Marta Vilalta, dijo que esa fórmula es “pan para hoy y hambre para mañana”.

Los comunes y el PP reclamaron a Torra que convoque ya las elecciones y sea fiel a su compromiso. Jessica Albiach, líder de los comunes, planteó que las urnas arrojarán este dilema: o seguir el proyecto de Carles Puigdemont y de Torra o el de una izquierda transformadora. Y ahí criticó las políticas sociales de ERC: el contrato de Ferrovial y pagar 43.000 euros por cama a la sanidad privada. Albiach y, pese a que su partido gobierna, pidió “ayuda” a los republicanos y al PSC ayuda para lograr la tasa Covid.

El popular Santi Rodríguez defendió que lo inteligente sería convocar elecciones y apuntó que Torra parece estar más ocupado en reconstruir el Govern que en otra cosa y Carles Riera, de la CUP, dijo que es “absurdo” reconstruir la vieja normalidad cuando estaba asentada en la desigualdad social. “Quieren rescatar un barco a la deriva”, dijo criticando que se pidan créditos a la UE y advirtiendo que la mesa de diálogo es una pista de aterrizaje basada en el pacto fiscal y el debate competencial.

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