Imma Colomer: “Inaugurar el Grec es como un sortilegio contra la pandemia”
La veterana y popular intérprete tiene una intervención esencial en 'A tocar!', el espectáculo de Baró d'Evel que abre el festival en el anfiteatro
Imma Colomer es una de las artistas invitadas por la compañía Baró d’Evel para actuar en el espectáculo A tocar! con el que abrirán el festival Grec el martes 30 en el anfiteatro de Montjuïc. Colomer, cofundadora de Comediants y del Teatre Lliure y uno de los rostros más populares de nuestra escena (con personajes inolvidables como la Venus cabaretera de La Bella Helena o la Olga de Les tres germanes, sin olvidar sus papeles en las series de TV3), protagonizará un momento especialmente emotivo del montaje interpretando un texto de la filósofa Marina Garcés escrito con motivo de la pandemia. “Es un monólogo de seis minutos en el que diré las palabras que querría decir mucha gente”, explica la actriz y directora de teatro en un bar de Gràcia, su barrio de siempre. “Palabras sobre conjurar el miedo con la cultura, esa fina y precaria línea en la arena que nos ayuda. Algo que tiene que ver con aquello que decía Lorca de que lo primero es lo primero, sí, pero que si le dieran dinero para comer gastaría la mitad en comida y la otra mitad en hacer teatro. La cultura, el teatro, como alimento del alma. Lo que nos hace ser humanos es contarnos cosas unos a otros”.
La actriz se muestra en plena forma. El trastorno neurológico que padece desde hace más de 10 años (temblor esencial, TE, y no Parkinson, como algunos, como quien firma estas líneas, han dicho con imperdonable ligereza) no le impide en absoluto llevar vida normal y actuar. “Mucha gente lo tiene en las manos, yo en la cabeza y los labios. No se me nota cuando hablo. Es un trastorno que lo que hace es hacerte la vida más difícil y que, como no te mueres de eso, no hay una urgencia para investigarlo y tratarlo. Se prefiere, y lo entiendo, luchar contra enfermedades mortales como la ELA o el cáncer”. Colomer recuerda que entre los que tienen TE están Xavier Trias o Siri Hustvedt, y que también lo tuvo Katherine Hepburn. “Es en parte genético y en parte emocional. A mí lo de la boca me comenzó al ver morir a mi madre”. La actriz dice que ella ha desestimado medicarse porque los efectos secundarios (alteración del equilibrio y la memoria, sueño) son especialmente perjudiciales para su profesión “y no me los quiero ni me los puedo permitir”. Se muestra resignada: “Dentro de todo lo que a uno le puede pasar, pues mira. Pero a veces cuando me veo, lloro”.
Imma Colomer ha actuado varias veces en el Teatre Grec desde la primera vez con Numancia, de Cervantes, dirigida por Miguel Narros, en 1974. “Estudiaba en el Institut del Teatre y toda la promoción, en la que estaba gente como Joan Lluis Bozzo o Anna Rosa Cisquella, actuamos haciendo de pueblo, fue muy divertido”, rememora. Esta será sin embargo su primera inauguración del festival. “Es muy bonito, y con esta compañía, a la que admiro, un regalazo, una pasada”. El espectáculo, apunta, es un “collage” de diferentes géneros y artistas, cada uno desde su estilo y personalidad, que “potencian la misma idea de que no hay que tener miedo y de que la cultura tiene un sentido y una utilidad en nuestras vidas”. Inaugurar este año, recalca, cobra un sentido especial. “Es como participar en un sortilegio para desembrujar la oscuridad de la pandemia, sembrar ilusión por el teatro y recibir la energía de los ojos ávidos del público que tanto necesitamos”.
Tercera edad y pandemia
Su texto lo dice ella sola, aunque cada parte del espectáculo se va encabalgando sobre las otras y mientras actúa hay una bailarina también y músicos en escena. La actriz asiente cuando se le señala que trabajar con Baró d’Evel tiene mucho de vuelta a sus raíces con Comediants, el circo, el payaso, aunque su registro en el espectáculo no vaya por ahí. “Es muy poético. Y mi aportación tiene que ver con que pensaron en incorporar todas las franjas de edad, desde la hija de los directores Camille Decourtye y Blaï Mateu, Rita, de seis años, hasta mí, que tengo 73, con la idea de que esté representada toda la humanidad sobre el escenario”. Colomer observa que “la tercera edad ha sido muy protagonista desgraciadamente de esta pandemia, que parece pensada para liquidarnos”. No tiene reparo en usar el término “tercera edad” con ella misma. “Considero que formo parte, y que hoy hay ya una cuarta edad. La verdad, si te cuidas y te mueves puedes tener una vida muy chula”.
Colomer ha pasado el confinamiento “en una especie de sensación de irrealidad”, pensando “no puede ser” y trabajando por Zoom. Entre sus proyectos próximos está llevar de bolos la comedia de Oriol Tarrasón Un día qualsevol (en la que interpreta a Solange, una mujer que ingresa en una residencia de mayores) a partir de septiembre, recuperar Solitud a Stromboli, que dirige ella, en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) donde no pudo estrenarse por el coronavirus, y el estreno de Escapada solitaria en el Lliure en diciembre, con dirección de Magda Puyo. A tocar!, paradójicamente visto el título, lo han preparado por separado. “El primer día que ensayaremos todos juntos en el escenario será el 28”.
“El Lliure era un bombazo”, recuerda con una sonrisa nostálgica. “Vitalidad, inconsciencia por un tubo, genio. Mucho tuvo que ver con que se juntó gente extraordinaria y todo el mundo abocó allí lo que tenía, sin reservas. La interacción humana de aquellos tiempos es irrepetible”. Hablar del Lliure lleva a recordar a Quim Lecina, recientemente fallecido. “Tenía un lado un poco salvaje, como yo. Era muy crítico pero optimista, un gran amigo, su mundo era el teatro”. Al pedirle que recuerde una función propia en el Lliure (Camí de nit, Hedda Gabler, el Titus, Operació Ubú, Advertència per a embarcacions petites… ), Colomer dice que fueron diez años inolvidables. “Fue mi formación, mi aprendizaje sobre de qué iba el mundo. Las ideas del Lliure eran también mis ideas. La vida en grupo no me resultaba difícil, vengo de una familia de 11 hermanos. Luego me he vuelto más individual. ¿Un papel? La Olga de Les tres germanes”. Imma Colomer suspira y dice las frases de arranque de su personaje y de la obra, como si la hubiera interpretado ayer mismo. “Avui fa un any que el nostre pare és mort, exactamente un any”. Olga, con un vestido azul. “I ja ho veieu, ara ens recordem de tot això, com de tantes altres coses”.
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