Colau supera el primer trámite para modificar el presupuesto con el apoyo de todos los partidos menos ERC

El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este miércoles provisionalmente la modificación del presupuesto de la ciudad para adaptarlo a la caída de ingresos y afrontar la factura de la crisis del coronavirus. La votación ha contado con los votos favorables del gobierno (comunes y PSC), Junts per Catalunya, Ciutadans, el PP y Barcelona pel Canvi. El único grupo municipal que no ha votado sí ha sido ERC, que se ha abstenido, según ha argumentado, para presentar alegaciones que garanticen que no habrá recortes.

El de 2020 es el mayor presupuesto de la historia del consistorio, con 3.033 millones de euros, unas cuentas que en buena parte dependían de nuevos impuestos y subidas de los actuales, unos planes que se han ido al traste con la caída de la recaudación y el gasto social disparado. La caída de ingresos y el aumento de gasto ha provocado un déficit que según las primeras estimaciones asciende a 310 millones de euros, casi un 10% del presupuesto.

Para salvar las cuentas, el ejecutivo de la alcaldesa Ada Colau defiende que ha analizado “partida a partida” y ha buscado dinero “hasta en el último cajón”, en palabras del concejal de Presupuesto, Jordi Martí, y que ha conseguido reunir 90 millones, que ha llamado “fondo covid”. De estos, destinará 35 millones de forma extraordinaria a gasto social, 30 para reactivación económica, 15 a obras en el espacio público para facilitar la nueva movilidad y 10 a proyectos culturales.

La operación también pasa por que el Gobierno que le permita gastar el dinero que el Ayuntamiento tiene en la hucha, 160 millones procedentes de restos de tesorería, los superávit, de los últimos ejercicios. El consistorio también puede tirar de fondos de contingencia, un rincón de dinero no asignado que asciende a 60 millones. Y prevé que el parón de dos meses de la ciudad durante el confinamiento supondrá un ahorro de 65 millones. Si a todo esto se suma aplazar inversiones por valor de 90 millones porque no se podrán ejecutar este año y apretarse el cinturón para ahorrar 25 millones de gasto corriente, los responsables de los números de la ciudad calculan que dispondrán de 400 millones. De estos, destinarían 310 a déficit y 90 al citado “fondo covid”.

Martí ha señalado que durante la pandemia se ha “impuesto el discurso de la necesidad de tener unos servicios públicos fuertes: sanidad, educación, servicios sociales” y ha negado que lo que llaman “reprogramación de inversiones” sean recortes. “Las inversiones se harán”, ha asegurado, al tiempo que ha reconocido que para que los números salgan el consistorio “necesita la complicidad de la Generalitat y del Estado”.

Desde las filas de ERC, su líder en el Ayuntamiento, Ernest Maragall, ha afirmado: “No nos conformamos con tapar agujeros, sin modificar el marco legal vigente esta modificación es papel mojado” y ha defendido su abstención para garantizarse que “no habrá recortes”. Una circunstancia que ha asegurado que evitará pidiendo concreción a través de alegaciones. Desde Junts per Catalunya, Ciutadans, PP y Barcelona pel Canvi el mensaje ha sido que faltan concreciones pero que, tal y como ha sintetizado el líder del presidente del grupo municipal de los populares, Josep Bou, “ante condiciones extraordinarias son necesarias medidas extraordinarias”.

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