El nuevo acuerdo de ERC con Sánchez certifica la fractura del Govern
Vilalta exige respeto de Junts per Catalunya y reivindica la reconstrucción de la mayoría de la investidura
La decisión de ERC de abstenerse en la votación de la sexta prórroga del estado de alarma tras su acuerdo con el PSOE y Unidas Podemos contra el criterio del presidente de la Generalitat, Quim Torra, de Junts per Catalunya, certifica las abismales divergencias en el Govern. La ejecutiva de ERC ha avalado este lunes el acuerdo con PSOE y Unidas Podemos y exigió a Junts que respete sus decisiones. Los republicanos sostienen que el pacto reconstruye la mayoría que invistió a Pedro Sánchez y relanza la mesa de diálogo sobre Cataluña.
Marta Vilalta, portavoz de ERC, ha dicho que la negociación fue “discreta” y que el propio Pere Aragonès, vicepresidente del Govern, informó a Torra del acuerdo. La ejecutiva lo aprobó por consenso sin necesidad de someterlo a votación. El documento comprende varios puntos: los Gobiernos autonómicos dirigirán la desescalada en la fase 3; se buscarán alternativas a los estados de alarma si hay un rebrote de la pandemia; el Govern gestionará las ayudas de los fondos europeos; se reconocerán los derechos laborales de los trabajadores de la Conca d’Òdena (Barcelona), especialmente golpeada por el coronavirus, y se retomará en julio la mesa de diálogo.
“La bunkerización no sirve de nada. Volver al ecosistema de la investidura es lo mejor”, sostuvo la portavoz, que recalcó que el pacto deja en la “irrelevancia” a Ciudadanos. “Ya no están en la ecuación. Son sinónimo de represión”, insistió. Esquerra ha temido ser desplazada por el partido de Inés Arrimadas como socio preferente del Gobierno y que acabara torpendeando la mesa de diálogo.
A Pedro Sánchez se le ha abierto la baraja por el centro y los republicanos no han querido tirar por la borda todos los acuerdos de la investidura y los que pueden llegar. Pese a que ERC considera que ese canal de diálogo se ha reabierto, la división entre los dos socios del Govern es tan profunda que la misma Meritxell Budó, de Junts per Catalunya y consejera de la Presidencia, minimizó el acuerdo. “Es un poco irresponsable”, le ha respondido Vilalta.. “Que vayan a Òdena y expliquen a sus empleados que no tienen derechos laborales o que no van a poder gestionar los fondos europeos”. Y añadió: “Queremos ser útiles. Rechazamos determinadas gesticulaciones”.
Con el episodio ha vuelto a aflorar la endémica fractura del Govern, que hoy celebra su sesión semanal. El Ejecutivo camina por el alambre desde que Torra acusó en enero a ERC de “desleal” y anunció que habría elecciones tras aprobar las cuentas. La pandemia lo ha congelado todo. Son dos mundos que conviven en un mismo Gobierno y que de forma cíclica reflejan sin rubor sus diferencias. Pero la situación ahora es especialmente grave cuando a la emergencia sanitaria se le suma el cierre de Nissan, que dejará en la calle a 3.000 empleados. Con una crisis de esa envergadura, el Govern actúa con un doble altavoz: Torra rechazó en la conferencia de presidentes la prórroga del estado de alarma; pidió recuperar competencias; avisó de que esos fondos europeos no llegarán hasta 2021 y reclamó subir el techo del déficit al 1% y no al 0,2%, lo que implicaría endeudarse en 2.200 millones y no en 440.
Esquerra instó a Torra a hablar del calendario electoral para que no sea el Tribunal Supremo el que desencadene la convocatoria de elecciones si ratifica la condena a Torra por desobediencia y lo inhabilita. Vilalta admitió que hay conversaciones sobre ese punto no concretadas. “Siempre hemos dicho que nos hará más fuertes llegar a esas elecciones así y no fruto de unas relaciones rotas”, argumentó.
Torra parece que no tiene prisa porque alega que la pandemia es lo primero y Budó reiteró que no es momento de hablar de elecciones. “La crisis demanda un Gobierno fuerte y no en funciones”, dijo. La portavoz minimizó el enfrentamiento y añadió que las diferencias son normales en un Gobierno de coalición —“no las negaré”—, apuntando que también las hay en el Gobierno de Sánchez. Jéssica Albiach, líder de los comunes, no lo ha visto así: ha celebrado que ERC no se haya dejado “marcar el paso” por Torra y pidió a este que cumpla su palabra y convoque elecciones.
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