Patronales y sindicatos se preparan para una avalancha de ERTEs
Las centrales temen que una inicial suspensión de empleos acabe derivando en despido
Los hoteleros y los restauradores padecen cancelaciones de reservas. Los centros culturales y turísticos han cerrado. La industria empieza a sufrir el colapso producido por la falta de suministros y unas expectativas más bien bajas respecto a la posibilidad de que el mercado se recupere en breve. Con ese escenario, patronales y sindicatos esperan a la próxima semana convencidos de la llegada de una avalancha de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). La duda, y el temor, es si las consecuencias pueden ser aún más traumáticas al convertirse en definitivos los despidos.
Los sindicatos prevén que en las próximas semanas las empresas anuncien un importante número de expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE). El secretario general de CC OO, Javier Pacheco, explica que el escenario menos agresivo es el de la flexibilidad laboral y las fórmulas que, como el teletrabajo, permiten al empleado seguir manteniendo empleo y sueldo. “Pero si no funcionan estas medidas, solo aceptaremos que haya vías como la suspensión temporal del contrato. Esta opción será muy grande y recurrente en los próximos días”, avisa Pacheco.
Sin embargo, el sindicalista destaca que “en ningún caso” los trabajadores aceptarán la extinción de sus puestos de trabajo. “No están justificados los despidos, porque son medidas estructurales que no se sustentan en causas objetivas en esta crisis sanitaria, que es coyuntural”, argumenta. Jordi Carmona, de la federación de Industria de UGT, teme, sin embargo, que las empresas puedan intentar una segunda oleada de expedientes de regulación, pero en ese caso de extinción de contrato, si la coyuntura económica no remonta.
“Esta situación están comportando momentos muy complicadas para muchas empresas por la caída de las ventas”, advierte el presidente de Pimec, Josep González. La patronal de pymes ha recibido esta semana un aluvión de peticiones de asesoramiento sobre la presentación de regulaciones de empleo para intentar sortear una compleja situación. La afectación económica en las empresas se comporta como la propagación del coronavirus, con una punta muy pronunciada de reducción de ingresos, pero con el agravante de que no se sabe cómo se prolongará la situación.
“Es como si hubiera caído un meteorito”, intenta describir gráficamente el Catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, José García Montalvo. “La industria está lista para ponerse en marcha pero otra cosa es el mercado. En lo que respecta al turismo [emplea el 13% de la población ocupada catalana] no sabemos cuando va a volver a viajar. Eso va a tardar mucho más”, explica.
“Tendremos ERTEs y EREs [de despido] y tendremos muchos”, avisa González, que ilustra su teoría con dos casos de empresas que le han explicado su situación. Una, una compañía de catering que ha visto como su facturación mensual de 200.000 euros caía a 65.000 y se veía obligada a quedarse existencias ya pagadas y un restaurante de alta gama que ha sufrido más de 1.000 cancelaciones para los próximos meses. “El país tendría que haber tomado medidas más drásticas antes”, se lamenta. Si el impacto se extiende más allá de las dos o tres semanas podría dejar en una situación muy complicada a las empresas. González opina de la misma forma el secretario general adjunto de Foment del Treball, Salvador Guillermo, aunque él cree que el problema será a partir de la quinta semana. Entonces, los problemas de liquidez pasarán a ser de solvencia.
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