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Moreno se da un homenaje el día de Andalucía

El presidente andaluz explora su perfil mas emotivo y defiende la vía del diálogo con el Gobierno central

El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, junto al presidente del Parlamento autonómico, Jesús Aguirre, tras entregar al cantaor José Mercé la distinción de Hijo Predilecto de Andalucía, durante el acto institucional con motivo del Día de Andalucía, este miércoles en Sevilla.
El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, junto al presidente del Parlamento autonómico, Jesús Aguirre, tras entregar al cantaor José Mercé la distinción de Hijo Predilecto de Andalucía, durante el acto institucional con motivo del Día de Andalucía, este miércoles en Sevilla.José Manuel Vidal (EFE)
Lourdes Lucio

“Somos líderes en alegría”. Esta frase pronunciada esta tarde por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, resume no solo la campaña publicitaria sobre el 28 de febrero, Día de Andalucía, sino también el principal argumento que ha esgrimido en los actos institucionales el dirigente popular. Con un mensaje autocomplaciente, ausente de la más mínima autocrítica, y con un discurso propio de un aspirante a juglar, Moreno se ha dado un homenaje el mismo día en que la comunidad reconocía con sus títulos de hijos predilectos y medallas a 20 personas y colectivos.

El presidente andaluz acaba de cumplir cinco años en el cargo y en ese tiempo no solo ha conseguido difuminar el pasado vergonzante de la derecha andaluza que abogó por la abstención en el referéndum que permitió hace 44 años que la comunidad más poblada de España accediera por la vía rápida a su autogobierno. También ha logrado que al PP se le vea como el partido que más se parece a Andalucía, sustituyendo en ese podio al PSOE. En ese quinquenio, los socialistas y el resto de la oposición a izquierda y derecha apenas sí han arañado su proyección. En el PSOE tienen testado que por ahora la gestión de Moreno no sufre desgaste y sin esa grieta tampoco hay ambiente de cambio de ciclo político.

La casualidad ha querido que dos días antes del 28-F, la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2023, señalara que el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión creció en Andalucía en 2023 hasta el 37,5%, 11 puntos más que la media nacional y 1,7 más que el año anterior. Hace apenas dos meses, los datos de Contabilidad Regional del INE también contaban que Andalucía fue en 2022 la comunidad autónoma con menor Producto Interior Bruto (PIB) per cápita, ocupando el último lugar de la lista. Creció lo mismo que la media de España, un 9,2%, pero sigue sin recortar, sin converger.

Ni de refilón ha tocado Moreno esas cifras. A lo más a lo que llegó a acercarse ha sido cuando ha asegurado: “Tenemos muchas cosas que mejorar, soy muy consciente”. El presidente andaluz no ha cargado las tintas en los mensajes reivindicativos, aunque ha dejado dicho lo que se repite siempre en estos actos: la defensa de la igualdad “entre españoles sin privilegios de nadie”. En lo que más ha incidido ha sido en su capacidad de llegar a acuerdos con el Gobierno central tras los pactos con la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, sobre Doñana y la sequía. “Habrá quien lo critique y lo respeto. Pero os aseguro que me pondré de acuerdo con quien me tenga que poner para proteger el bienestar, el futuro y el interés general de los andaluces, porque Andalucía está por encima de todas las ideologías y de cualquier sigla política”. Él lo llama “vía andaluza”. En el PSOE las fotos con Ribera, en el parque nacional primero y en el palacio de San Temo después, no han sentado bien y hubieran preferido que la polémica sobre el entorno protegido hubiera durado más.

Antes del acto celebrado en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, Moreno ha coincidido con la vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, en la sede del Parlamento andaluz, donde se ha desarrollado una izada de bandera. Ambos han intercambiado palabras corteses y afectuosas, aunque Moreno ha aprovechado para emplazarla a hablar de la financiación y de los “1.400 millones de euros” que estableció el Parlamento. La conversación fue recogida en parte por los micrófonos de Canal Sur. “Te veo muy roja”, le ha dicho el presidente de la Junta a la sevillana enfundada en un vestido de ese color.

Moreno ha pintado una Andalucía que, según él, “alcanza hoy récords impensables”. Prácticamente en todo: en turismo, en número de autónomos, en personas trabajando, en sanitarios, en hospitales y centros de salud, en educación, en recaudación, en exportaciones y en inversión extranjera. Su conclusión es que todo es posible por “la estabilidad política e institucional”, la simplificación administrativa (acaba de aprobar por decreto ley el cambio de sopetón de 176 normas autonómicas, cambio que la oposición recurrirá al Tribunal Constitucional) y “las bajadas de impuestos”. Según sus datos, Andalucía acaba de “superar a Madrid en número de empresas activas”.

Asesores del presidente andaluz advertían días atrás de que poco a poco Moreno irá acentuando su perfil más humano para acercarse más a la gente. Explotar más la emotividad positiva. Tal vez por eso en esta ocasión ha desempeñado el papel de rapsoda. “Andalucía es lo que te acelera el pulso, el paisaje de nuestros besos, risas y llantos. Andalucía es comprender de qué va la vida”, ha dicho. Hasta ha emulado a Manuel Machado en su poema Andalucía. Dice así: “Andalucía es que Jaén te robe el corazón. Perderte para enamorarte a casa paso en Huelva. Respirar la bruma blanca del aire de Almería. Es el misterio de Córdoba, la magia de Granada, el genio de Cádiz, la luz de Málaga o la poesía de Sevilla”.

Como viene siendo habitual desde que Moreno es presidente, el acto de entrega de medallas ha derivado en una gala televisiva, donde más que nunca ha sonado la música. Empezó la banda de cornetas y tambores de Nuestra Señora del Rosario Coronada (Cádiz), le siguió Danza Invisible, uno de los premiados; una soleá de José Mercé, nuevo hijo predilecto: el Libertad sin ira del grupo Jarcha, medalla Manuel Clavero Arévalo; y Pablo López, también distinguido, quien cantó al piano el himno andaluz. A todos ellos y al resto de galardonados, el también hijo predilecto y presidente de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, les advirtió: “Nada mejor nos va a ocurrir en nuestras vidas”. En el recuerdo también quedaron los nombres de los guardias civiles Miguel Ángel González y David Pérez, asesinados por los narcos en Barbate. Las 1.800 personas que ocupaban los asientos del Maestranza puestas en pie le rindieron un sentido homenaje.

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