Moreno Bonilla exprime su doble estrategia
El presidente de la Junta de Andalucía apuesta por el diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez al tiempo que aplaude la línea dura de Feijóo
El reciente acuerdo sellado con el Gobierno central sobre el parque nacional de Doñana no sólo ha permitido al presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), resolver un entuerto que él mismo creó. También le ha dado pie a poner en marcha un nuevo eslogan publicitario cuando está a punto de cumplir cinco años al frente de la Junta de Andalucía, la mayor empresa de la comunidad (285.021 trabajadores) y con el mayor presupuesto (46.753 millones de euros) de España tras el del Estado. Proclama el barón popular: “Que las legítimas ideas de cada cual no sean nunca un obstáculo, queremos tender puentes, no levantar muros. Queremos esa vía andaluza de diálogo, consenso y moderación, que consigue acuerdos, que es lo que distingue a las sociedades avanzadas, felices y prósperas”.
“Vía andaluza” es el nuevo santo y seña de los consejeros y dirigentes del PP, quienes, al mismo tiempo, aplauden el discurso duro que sale de los despachos de Génova, la sede nacional del partido, contra las políticas de Gobierno de Pedro Sánchez y sus pactos con formaciones independentistas. En realidad, Moreno da un nuevo revestimiento a la estrategia que ya puso en marcha en la anterior legislatura, cuando gobernaba en coalición con Ciudadanos y dependía de Vox en el Parlamento: mantener un pie fijo en el suelo y pivotar con el otro a lo que más le interese. En definitiva, ensanchar su base social —en una región en la que el PSOE encandenó mayorías durante décadas— y consolidar aún más la mayoría absoluta de la que goza desde las elecciones de junio de 2022.
Moreno ha hecho de la moderación y las buenas formas una manera de estar y ser en política. No es algo reciente, lo traía de casa, pero ahora quiere renovar esa imagen frente a tanto ruido e hipérbole de la política nacional. “Nosotros no somos Óscar Puente, eso no nos sale”, dice un dirigente del PP andaluz en alusión a las impulsivas reacciones del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible. También dejan claro que no siguen la estela vehemente de la madrileña Isabel Díaz Ayuso, con la que el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, comparte escenario cada día más. Al respecto, un destacado dirigente señala: “Ayuso no está con nadie. Va a la suya. A su bola”. De camino, la vía andaluza quiere mantener a la oposición regional (las izquierdas y la extrema derecha) adormilada, aunque el discurso de la “herencia recibida” del PSOE para justificar sus fallos o la falta de gestión no da ya más de sí.
Desde el entorno del presidente andaluz se describe la vía andaluza como la del pragmatismo, “una tercera vía descargada de ideología que apuesta por el entendimiento”. La Junta ha puesto el foco en la necesidad de un nuevo sistema de financiación autonómica, y al socaire de la quita de deuda comprometida por el PSOE con ERC para la Generalitat de Cataluña, reclama un fondo de compensación mientras se reforma el modelo. El agravio es una mecha que prende rápido en Andalucía sin necesidad de fricción ni de explicación, como bien aprendió el PP tras casi 37 años de mandatos socialistas. El PSOE dejó como legado que Andalucía no quiere ser ni más ni menos que nadie. Y esa enseña la ondea ahora el PP. “Si hay posibilidad de llegar a un acuerdo, llegaremos. Con margen propio y no conflictivo, y sin tapar lo de Cataluña. Eso no es incompatible con un discurso duro. Queremos hacer compatible la defensa nacional con la de los intereses de la comunidad”, aseguran en el Ejecutivo andaluz.
Ningún reproche sale del palacio de San Telmo hacia la oposición de Alberto Núñez Feijóo, al que ayudarán “hasta las últimas consecuencias a que sea presidente del Gobierno”. Pero en Andalucía no creen que eso se vaya a producir pronto. Al contrario, calculan que Pedro Sánchez puede permanecer en La Moncloa al menos tres años. “Nos parece bien la oposición que hace Feijóo, pero tenemos que resolver problemas y no podemos esperar. Hay que apelar al espíritu de Doñana y sumarnos a las mesas de diálogo con las líneas rojas de lo que marca la Constitución y el Estatuto de Autonomía”, insisten las mismas fuentes.
En el PP andaluz destacan que esa apuesta por el diálogo no es nueva y que Moreno la aplica desde que llegó a la Junta en 2019, como demuestra, sostienen, la reunión periódica con los portavoces de los grupos parlamentarios, los acuerdos de concertación con los agentes sociales y las reuniones con los alcaldes “de todo color” y presidentes de las Diputaciones, todas en manos del PP salvo dos. Claro que también el PP usa su mayoría absoluta a su antojo: sólo el 1,6% de las enmiendas presentadas por la oposición a los presupuestos de la comunidad, aprobados esta semana, han sido aceptadas. Tampoco ven contradicción con encabezar manifestaciones contra las “barbaridades” del Gobierno o con su apoyo a vetar el techo de gasto del Presupuesto del Estado en el Senado pese a que esa decisión implicaría un recorte de 200 millones de euros en las cuentas andaluzas para 2024, ya que no dispondría de un déficit del 0,1% del PIB.
“No sé cuál es la vía andaluza”, afirma la secretaria general de Comisiones Obreras de Andalucía, Nuria López. “El presidente cree que llegar a un acuerdo es un fin en sí mismo y no: lo que tiene que hacer es cumplirlo. Si le quitas el envoltorio dulce, luego es un poco amargo para los trabajadores. Hace política de escaparate y, aunque en las formas no se parece a Ayuso, en las políticas sí. Solo se queda en las palabras y no en los hechos. La vía andaluza no existe, aunque a lo mejor sí en relación a su partido, para llegar a Madrid más rápido. Tengo ya mis dudas”, afirma.
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