Trabajar en un parque arqueológico a 45 grados: “Es imposible trabajar en el exterior, es inhumano”
Jaén y Córdoba reducen horarios de exposición exterior por encontrarse en aviso rojo en esta ola de calor
Los operarios que trabajan en el parque arqueológico de Marroquíes Bajos, un yacimiento de la época del Calcolítico ubicado en la zona norte de Jaén, se refugiaban, pasadas las 11.00, en la diminuta caseta para la limpieza de las últimas piezas cerámicas descubiertas. “Es imposible trabajar en el exterior, es inhumano”, señalaba Juan Luis Martínez, director de esta actividad. Justo enfrente de ese yacimiento, el termómetro exterior de una farmacia marcaba, a esa hora, 42 grados a la sombra, aunque la Aemet prevé que, a lo largo del día, se puede llegar a los 45 grados en Jaén y Córdoba, las dos únicas provincias en aviso rojo.
La primera ola de calor del verano ha alterado la rutina cotidiana en la provincia de Jaén, acostumbrada a soportar de forma habitual las temperaturas más altas del país, especialmente las nocturnas. De momento, las excavaciones arqueológicas en Marroquíes Bajos han modificado su horario: empiezan a las 7.00 y finalizan a las 12.00. Algo parecido ocurre en Cástulo, el yacimiento ibero-romano de Linares (Jaén), donde arqueólogos y otros operarios aprovechan las primeras horas del día para trabajar a campo descubierto sobre el yacimiento que más patrimonio ha sacado a la luz en los últimos años.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de Jaén ha puesto en marcha un dispositivo especial frente a la ola de calor para que transeúntes y personas sin hogar estén atendidas las 24 horas del día. Así, el centro municipal de acogida va a abrir sus puertas a “todas las personas que soliciten el acceso” de manera que puedan dormir, además, de seguir ofreciendo los servicios de desayuno, comida y cena. La concejala de Asuntos Sociales, María Segovia, explica que, aunque el tiempo máximo de estancia en el centro de acogida es de tres días, este plazo se ha ampliado de forma excepcional por la ola de calor.
Por su parte, el sindicato Comisiones Obreras ha decidido convertir su sede de la capital jiennense en un “refugio climático” para los trabajadores que necesiten resguardarse del calor extremo durante esta ola de calor. El sindicato quiere así proporcionar “un entorno seguro y fresco para los afectados por las altas temperaturas y proporcionar agua fresca para que puedan hidratarse”.
La Junta de Andalucía ha redoblado las atenciones desde el servicio de teleasistencia, especialmente a las personas mayores, personas con discapacidad y en situación de dependencia. La Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad ha reforzado el seguimiento de los más de 25.000 usuarios mayores de 65 años (259.000 en toda Andalucía) durante las alertas por calor y presta seguimiento especial a los más de 3.000 mayores de 90 años que viven solos en la provincia de Jaén.
Los farmacéuticos han pedido que se extremen las precauciones sobre los medicamentos que se toman y que pueden inducir al incremento de la temperatura corporal. Algunos de los que pueden ocasionar una hipertermia o desequilibrios térmicos, bien sea en condiciones normales de temperatura o bien en período de canícula, son los neurolépticos o antipsicóticos y los agonistas serotoninérgicos. “Ante las elevadas temperaturas es esencial extremar la precaución, especialmente en personas mayores, bebés y en general personas vulnerables”, informa la vocal de Plantas Medicinales y Autocuidados, María Teresa Ramírez-Sáenz.
Hay hasta 7.000 presentaciones autorizadas y dispensables en farmacia comunitaria —cerca del 50% de un total de 15.000— que requieren especial precaución durante una ola de calor, según los datos del Consejo General de Farmacéuticos.
Existen diferentes mecanismos por los cuales los fármacos pueden agravar los efectos de las altas temperaturas. Algunos favorecen la deshidratación o la pérdida de electrolitos, como los fármacos diuréticos. Otros afectan a la funcionalidad del riñón, como los antiinflamatorios, algunos antihipertensivos o algunos antidiabéticos.
Hay otros fármacos que interfieren con los mecanismos de pérdida de calor de nuestro cuerpo. Por ejemplo, los que reducen la sudoración, entre ellos los antihistamínicos, los antidepresivos o los destinados al Párkinson. Otros, por el contrario, van a disminuir la dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, mecanismo que favorece la pérdida de calor. En este grupo se encuentran los descongestionantes nasales o fármacos para la migraña. Finalmente, hay medicamentos que pueden aumentar de forma directa la temperatura corporal, como los antipsicóticos para esquizofrenia, ciertos antidepresivos o los antitusivos como dextrometorfano, o analgésicos como el tramadol.
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