Así logró Las Setas de Sevilla ser el segundo lugar más buscado del año en Google

Ibrahim llegó hace poco más de un mes a Sevilla procedente de Marruecos para estudiar Arqueología e Historia y hasta ahora no había tenido tiempo para hacer turismo. Se encuentra esperando en las escalinatas del edificio Las Setas para hacerse una foto detrás de las letras I love Sevilla que presiden su plaza. “Al salir de la Universidad he puesto en Google ‘edificios Sevilla’ y lo primero que me ha salido en el listado de búsquedas son fotos de aquí y por eso he venido. Es lo primero que visito de la ciudad”, reconoce. Quien le hace la foto es Lim, una surcoreana que está en luna de miel y que acaba de hacer el mismo posado que ahora practica Ibrahim. “Las Setas es uno de los lugares de Sevilla más conocidos en Corea”, explica su nuevo marido, Lee. Los tres son un ejemplo de por qué este edificio, el más grande del mundo construido en madera, se ha convertido en el segundo “lugar pintoresco” que más búsquedas ha generado en Google en este 2022, por detrás del Sky Garden de Londres.

“El valor arquitectónico de Las Setas siempre ha existido, pero los sevillanos poco a poco lo han ido asimilando como algo suyo, hasta convertirlo en un icono de la Sevilla contemporánea”, señala el alcalde de la ciudad, el socialista Antonio Muñoz, una valoración que comparte el director gerente de la instalación, Pedro Parrilla: “Nuestro eslogan es Setas de Sevilla, espacio vivo y eso es porque queremos que sea un punto neurálgico no solo para el visitante, sino para los vecinos. Esa es la imagen que queremos dar, no solo es un espacio turístico, sino un espacio integrador de la ciudad”, explica, tras reconocer que le ha sorprendido el lugar tan alto que ocupa el edificio en el listado de Google. Desde la compañía aclaran que la métrica se establece en relación con las búsquedas de 2021. “Por lo que sea este año las consultas de Las Setas se han disparado y por eso sube tanto”, indica una portavoz que también puntualiza que el ranking se realiza a partir de las búsquedas en Google Maps a nivel global.

Desde su inauguración, el 27 de marzo de 2011, Las Setas, el nombre con el que popularmente se conoce al Metropol Parasol, se ha convertido en un icono de la ciudad, salvando las primeras reticencias de buena parte de los sevillanos que cuestionaban su impacto urbanístico, la adaptación de los materiales al clima de la capital y, sobre todo, su elevado coste, casi 100 millones de euros. Su estructura vanguardista no solo atrae al visitante sino que se ha integrado en el día a día de los sevillanos, que se mezclan con los turistas y utilizan su espacio como punto de encuentro y zona recreativa y de ocio.

Las Setas de Sevilla es propiedad del Ayuntamiento y está gestionada por Sacyr a través de una concesión. El Metropol Parasol —el nombre original del proyecto― es una estructura de 3.500 piezas de madera engarzadas por 3.000 nudos y 16 millones de tornillos y tuercas y que fue ideada por el arquitecto alemán Jürgen Mayer. Su cúpula ondulante —que imita los ficus centenarios de la ciudad y las bóvedas de la Catedral― se contorsiona a más de 28 metros de altura, atravesando la plaza de la Encarnación por la calle Imagen con una pasarela de 250 metros. El edificio no solo es único por su armazón de madera. Sus raíces cobijan los restos romanos de la ciudad —que aparecieron durante las obras de construcción y que forman parte de otro de los atractivos históricos y turísticos de Sevilla a través del espacio Antiquarium―; su superficie alberga el mercado de abastos más antiguo de la ciudad, de 1842, y su mirador regala una de las mejores vistas de la capital. La vanguardia y la tradición se dan la mano en el corazón de Sevilla de manera literal, porque Las Setas se levanta a escasos metros del kilómetro cero. “Queremos que cuando la gente venga, vea el pasado, el futuro, pero que a la vez sea un espacio de presente, que no existe en ningún otro lugar del mundo, un sitio no solo en el que estar, visitar y contemplar, sino para disfrutar”, abunda Parrilla.

Emblema y dinamizador económico

“Las Setas se ha convertido en un ámbito de referencia para los sevillanos”, recalca el arquitecto Juan Ruesga. “El atrevimiento de su diseño ha permitido hacer algo rompedor y convertirlo en un emblema que como dinamizador urbano ha sido un éxito”, añade, en referencia al impulso que el edificio ha dado a la hostelería y al comercio de la zona. “Ha sido maravilloso, ha habido un antes y un después”, certifica Antonio Luque, presidente de la Asociación de Hostelería de Sevilla y Provincia. “En la misma plaza convive la taberna tradicional con los bares gourmet, se han abierto hoteles con barras de coctelería y cocina de vanguardia”, añade. Algo que corrobora Carmen Rico, tercera generación del puesto de fruta Posada en el mercado de la Encarnación. “No tiene nada que ver, esto era un cajón y ahora además también se pasan a comprar los turistas”, explica.

Hasta la llegada de la pandemia, la zona se había situado entre las más cotizadas de la ciudad, donde el metro cuadrado superaba los 3.000 euros. “Solo en los primeros años de concesión abrieron 65 locales”, indica Parrilla. “Si el edificio se hubiera situado en La Cartuja se habría perdido el valor añadido que ha supuesto ser elemento tractor de una parte que estaba muy deprimida”, abunda el alcalde. En los próximos meses, desde Las Setas darán a conocer un estudio realizado en colaboración con la Universidad de Sevilla y que certifican la influencia que ha tenido el Metropol Parasol en el barrio.

El número dos en el listado de Google —que además es el único lugar de España que aparece entre los 10 parajes icónicos más buscados― certifica una consolidación entre los gustos de los turistas que ya empezó a atisbarse en 2018. En el informe del segundo trimestre elaborado por el Consorcio de Turismo del Ayuntamiento, Las Setas rompía con el binomio Alcázar-Catedral de los monumentos más visitados y se colaba en segundo lugar por detrás de la fortaleza hispalense. Sus nuevas apuestas, como las experiencias inmersivas Aurora —un espectáculo de luz y sonido que ilumina su cúpula desde el atardecer― y Feeling Sevilla —una proyección que invita a disfrutar de Sevilla a través de la imagen, el sonido, el olfato y el tacto― han conseguido incrementar, además, el interés de los sevillanos. “Aquí decimos que la Catedral y el Alcázar nos llevan mil años de ventaja”, bromea Parrilla.

Escenario de anuncios y set de rodaje internacional

Si al sevillano le costó un poco más asimilar una estructura que rompía con la estética tradicional de una zona inmersa en la abulia, en el exterior rápidamente se supo reconocer la pujanza del proyecto. “El éxito del edificio fuera de Sevilla fue inmediato y absoluto”, recalca Ruesga. La prensa extranjera, de la mano de The New York Times o The Guardian, consagró su atractivo desde su inauguración. Sus formas rápidamente llamaron la atención de marcas internacionales como Mercedes, British Airways, Jeep, BMW, Decathlon, Renault, Red Bull, Sony, Samsonite…, que eligieron el espacio como escenario para sus anuncios —hasta Apple lo incluyó en el spot publicitario que conmemoraba el 30º aniversario de su Macintosh―. Sus parasoles también han servido de set de rodaje para productoras como Disney, Netflix, MTV, BBC, para largometrajes de Bollywood, además de protagonizar innumerables documentales. Unos elementos todos ellos que también impulsan la máquina de búsquedas de Google y que explican su puesto en la cumbre de uno de sus listados anuales.

Pero Parrilla quiere más. Al hotel que levantaron en plena pandemia en unas viejas oficinas del Ayuntamiento y que formaban parte de la concesión municipal se suman muchos más proyectos para afianzar a Las Setas como enclave de referencia internacional de la nueva Sevilla: “Nuestra misión es que este espacio sea conocido en todo el mundo y que el sevillano y la ciudad estén orgullosos”, zanja. Cuando regresa a su despacho en el interior del edificio, suben las escaleras un grupo de turistas alemanes. “Nos han dicho que no podemos perdérnoslo”, dice Cedric, de 23 años, mientras esquiva a una niña de seis que corre para deslizarse por una de las bases de la estructura que se ha convertido en el tobogán preferido para los más pequeños, otro ejemplo más de cómo el monumento se ha sabido integrar en el día a día de los sevillanos.

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