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El fútbol sostenible gana al derroche con el césped de temporada

El Sevilla FC ha diseñado un plan estratégico pionero en la gestión del agua que permite un ahorro de hasta el 50 % de su consumo a partir de un sistema de almacenamiento y de céspedes especiales

Césped tipo 'ryegrass inglés', usado en Ciudad Deportiva del Sevilla FC durante el invierno.
Eva Saiz

Quedan pocas semanas para que el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán y la ciudad deportiva del Sevilla FC muden de piel, que, en el caso de las instalaciones deportivas de un equipo de fútbol, es lo mismo que decir de césped. Desde 2011 el club de Nervión cambia en mayo la hierba de invierno por una de verano y en octubre vuelve a plantar la de invierno. Esta renovación es una mínima parte del plan estratégico de sostenibilidad, pionero en España y diseñado la entidad, donde el ahorro energético, en concreto, de agua, es clave, y que se ha presentado en la Climate Action Sevilla Summit Green & Blue Economy, un congreso internacional que acoge esta semana la capital hispalense bajo la premisa: Cambio climático: una oportunidad para el desarrollo del mundo y las economías verde y azul.

El césped de temporada puede parecer una excentricidad caprichosa o baladí, pero es sumamente importante a efectos de mantenimiento y sostenibilidad, tal y como explica Carlos Venegas, director de Operaciones de la Ciudad Deportiva del Sevilla y responsable de céspedes deportivos del club y uno de los diseñadores del plan estratégico: “La hierba de invierno, o la del norte, consume un 40%, un 50% e incluso hasta un 60% más de agua y es muy frágil, la de verano es, además, muy resistente a las plagas y a las enfermedades y necesita muchos menos productos químicos para su mantenimiento”.

También el asunto de los abonos y fertilizantes está contemplado dentro del plan. Porque, conscientes de que en 2030 no podrán utilizarse elementos químicos en la mayoría de ese tipo de productos, en el club blanquirrojo se han anticipado y han apostado por un programa de nutrición del suelo con abonos orgánicos y bioinsecticidas y biopesticidas que elabora una empresa sevillana. “También estamos usando un sustrato que retiene más la humedad para no tener que regar tanto”, abunda Venegas.

Este licenciado en Céspedes Deportivos por la Universidad de Essex, en Reino Unido, lleva desde 2006 trabajando con Santiago Balbontin, arquitecto y director de Instalaciones, y con José Viñas, responsable de Sostenibilidad del club, en este proyecto, que cada vez ha ido creciendo en contenido y en ambición. “Nuestra gestión hídrica ya nos ha convertido en un referente. El agua es el componente principal de nuestra estrategia, porque nos dedicamos al rendimiento deportivo en el fútbol y ello requiere de campos en óptimas condiciones”, explica José María del Nido Carrasco, vicepresidente del Sevilla FC.

Además de apostar por un césped que se adapte a las condiciones climatológicas de las estaciones del año, en este tiempo han diseñado y construido una cubierta en todas las instalaciones de la Ciudad Deportiva que recoge el agua de lluvia y la de escorrentía y que, a través de un sistema de bombeo, permite reciclarla para regar los campos de fútbol. Para calentar el agua se utilizan sistemas aerotécnicos, que explotan la energía del aire, y han renovado todas las farolas con luces LED.

“Esto nos permite ahorrar un 50% de agua”, explica Venegas. El sistema de control del agua y el de la iluminación está digitalizado tanto en la ciudad deportiva como en el Ramón Sánchez-Pizjuán. “A través del móvil podemos subir o bajar el porcentaje de luz en función de las necesidades, porque no es lo mismo un entrenamiento que una retransmisión deportiva”, señala. En cuanto al sistema de reciclaje, en el estadio del primer equipo aún hay que hacer ajustes. “Estamos trabajando en una fórmula que nos permita filtrar el agua de la grada que baja muy sucia. Esto hace que en lugar del 50% solo podamos aprovechar el 30 o el 40% del agua reciclada”. A este ahorro hídrico, esencial en una ciudad con escasa pluviometría y temperaturas muy altas, hay que sumar otro 30 o 40% que se consigue economizando la luz eléctrica, lo que supone para el club un ahorro total aproximado del 75% en consumo energético.

Más vías para potenciar la eficiencia energética

En esa estrategia de lucha integrada para el mantenimiento del césped del club, también cobra protagonismo el nuevo aljibe que se está levantando en la ciudad deportiva, una construcción de mil metros cúbicos con cámara de decantación para aprovechar toda el agua de lluvia, que se suma a la que ya se acumula en las arquetas aéreas, y la maquinaria para el cuidado de la hierba, que también es eléctrica, “El 100 de los equipos que se utilizan en el Sánchez-Pizjuán son eléctricos lo que garantiza no solo cero emisiones, sino también una disminución de la contaminación acústica, porque las normales hacen mucho ruido”, explica Venegas.

“Nuestro objetivo en este bloque es alcanzar el 100% de la reutilización del agua de riego”, señala Del Nido, que explica que el plan de actuación del club está dividido en seis bloques y que el relativo a la gestión hídrica es el que está más desarrollado. “Queremos ir más allá, queremos disponer de una depuradora que nos permita reutilizar el agua de los aseos y convertirla en servible”, añade el directivo. En otras vertientes, la entidad también tiene previsto incorporar una fuente autónoma de energía renovable a través de la instalación de placas fotovoltaicas para autoconsumo para compartir la energía con otras entidades y comunidades cercanas a la ciudad deportiva. “En el bloque de residuos, tenemos en mente optimizar lo obtenido en la siega de nuestros terrenos, de tal manera que ya estamos convirtiendo todos los residuos de la siega de los campos de césped en abono natural para esos mismos campos. Todo siempre dirigido a potenciar aún más nuestra eficiencia energética y la economía circular”, apunta Del Nido.

El plan en el que trabaja no solamente es original y pionero como estrategia de economía circular, sino que está sirviendo de ejemplo a otros equipos de Primera División de LaLiga de ciudades con condiciones climáticas adversas. “El Betis, el Valencia, el Levante o el Mallorca llevan unos años usando césped de verano y de invierno”, puntualiza el director de Operaciones de la ciudad deportiva del Sevilla. Un cambio que, según indica, apenas perciben los jugadores. “A alguno que viene de algún país nórdico le sorprende, pero están acostumbrados. La clave es poder cuidarlo bien para que noten la diferencia lo menos posible”. Algo en lo que Venegas es experto.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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