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El número dos de Gürtel y ex alto cargo del PP, en el último juicio: “Ahora soy un apestado social”

Pablo Crespo confiesa los movimientos de dinero de la trama corrupta: “Yo manejaba todos los fondos de Correa en Suiza”

Pablo Crespo, antiguo número dos de Gürtel, a su llegada a la Audiencia Nacional, este lunes.Foto: Alberto Ortega (Europa Press) | Vídeo: EPV
J. J. Gálvez

Pablo Crespo, antiguo número dos de Gürtel y ex secretario de Organización del PP gallego, ha tomado la palabra este martes en el último juicio sobre la red de corrupción que anidó en el partido conservador. Tras confesar los delitos que le imputa la Fiscalía y siguiendo la línea marcada el lunes por su exjefe Francisco Correa, el ex alto cargo popular ha ofrecido durante casi cuatro horas más detalles sobre las estructuras societarias urdidas para defraudar a la Agencia Tributaria y para blanquear el dinero procedente de las actividades ilícitas del grupo criminal. “A nivel de estructura, yo manejaba todos los fondos de Correa en Europa, en Suiza...”, ha comentado Crespo, que ha hablado de movimientos sospechosos de fondos, testaferros, empresas pantallas... Toda una operativa ilícita que funcionó en las sombras durante cerca de dos décadas, mientras los cabecillas de la trama se movían por las altas esferas y penetraban en Administraciones gobernadas por el PP: “Ahora soy un apestado social (porque es la consecuencia de nuestros actos), pero entonces yo no lo era y no íbamos confesando que el señor Correa había obtenido su patrimonio de actividades ilícitas, como era la percepción de comisiones por obras públicas o el fraude a la Hacienda Pública”.

La confesión de la mayoría de procesados (20 de los 25 que se sientan en el banquillo) está marcando el desarrollo de la vista oral y de los interrogatorios. Atadas las acusaciones contra los arrepentidos, la Fiscalía Anticorrupción dirige buena parte de sus preguntas a cercar a los cinco que no han pactado con el ministerio público en busca de una rebaja de penas, a cambio de reconocer su implicación —todos ellos, presuntos colaboradores de la trama: Jesús Calvo Soria, Guillermo Martínez Lluch, Carmen Leonor Hallax, José Antonio López Rubal y Antoine Sánchez—.

En primer lugar, la declaración de Pablo Crespo se ha centrado en las estructuras societarias opacas creadas para ocultar el patrimonio de Correa. El líder de Gürtel se encontraba detrás de una telaraña de empresas pantalla con ramificaciones en paraísos fiscales. Y según ha recordado su antiguo número dos, tras un registro en 2008 en el despacho del asesor fiscal José Ramón Blanco Balín, se dispararon las alarmas. Los cabecillas estaban preocupados ante la posibilidad de que la Agencia Tributaria descubriera que Correa nunca había declarado en España (“al menos desde 1999”), pese a sus enormes ingresos (buena parte, procedentes de los negocios con el PP). Para tratar de evitarlo, comenzaron a barajar “estrategias”, como interponer nuevos testaferros o “falsificar” la residencia fiscal del jefe de la trama.

“Nosotros no le encargamos a Carmen Leonor Hallax [que gestionase] una residencia legal [en Panamá], le encargamos una gestión que es claramente ilícita. Y nosotros lo sabíamos. Por eso, el señor Correa accedió a pagar 250.000 dólares. Son honorarios que no se pagan por cualquier gestión”, ha disparado Crespo contra una de las procesadas que no ha pactado con la Fiscalía.

En un escrito de confesión enviado a la Audiencia Nacional antes del comienzo de este juicio, Crespo ya abundó en esa “complicada estructura patrimonial y accionarial”: “[El objetivo] era obtener el máximo de opacidad con relación a su propietario, Francisco Correa. En algunos casos, yo mismo participaba —también de forma opaca— en el accionariado”. Aunque, según ha reconocido el ex número dos de Gürtel, su principal labor consistía en “supervisar el día a día la actividad contable y financiera” de las empresas de eventos de la trama: “Para lo cual, impartía instrucciones al resto de integrantes de dichas empresas, siendo el último responsable de las decisiones que en ellas se tomaban”. “Con el fin de rebajar el importe de los impuestos que por ley procedía soportar, he ordenado la emisión y pago de facturas compensatorias, de tal manera que se buscaba el equilibrio —de forma ilícita— entre las pérdidas de algunas sociedades y los beneficios de otras, dando lugar a una defraudación tributaria, así como a la generación de dinero en efectivo ajeno al circuito legal”, subrayó el acusado.

Crespo ha rememorado igualmente las medidas de seguridad que adoptaba. “Yo utilizaba cuatro teléfonos porque sospechaba que nos estaban escuchando, aunque Correa me decía que era un paranoico”, ha explicado este martes, durante su declaración ante el tribunal. “También porque era consciente de las ilicitudes que estábamos cometiendo”, ha incidido. “He sido, junto al señor Correa, el máximo responsable de cuantos delitos aquí se han relatado”, ha remachado.

Este último juicio del caso Gürtel se centra en la “compleja” telaraña societaria urdida por el grupo criminal para lavar dinero y eludir los pagos a Hacienda, de forma forma “masiva”, “permanente” y a escala “industrial” (según las palabras que usó el juez instructor José de la Mata al dar por concluida esta parte de las pesquisas). Gran parte de los beneficios blanqueados procedían de los negocios que se hicieron con el PP, que ya se dieron por probados en otros juicios anteriores. Según el sumario, Correa percibió, al menos, casi 31 millones de euros por “su intermediación” en la concesión de adjudicaciones irregulares; que, junto a otros ingresos, ocultó a la Agencia Tributaria.

La vista oral continuará este miércoles con los interrogatorios de más acusados. Hasta ahora, durante las sesiones del lunes y martes, han declarado 16 procesados (todos ellos, del grupo de 20 confesos). Entre los que faltan por comparecer se encuentra José Ramón Blanco Balín, otra pieza clave del grupo criminal.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.
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