Un romance secreto de hace medio siglo de un empresario de Gipuzkoa mantiene en el aire una herencia de 14 millones
Un empresario de Gipuzkoa reclama un legado multimillonario a su padre biológico, un magnate de León que nunca lo reconoció como descendiente y lo dejó fuera de su testamento


Los juzgados tienen bloqueada una herencia millonaria. Se calcula en unos 14 millones de euros y es el resultado de un suculento patrimonio amasado en vida por el empresario leonés A. F. D., fallecido en 2021. Una mansión lujosa de 400 metros cuadrados en Madrid, fondos en cuentas bancarias, acciones en empresas, una finca cinegética en León… Un ciudadano de 51 años de edad, natural de Eibar (Gipuzkoa), reclama una parte de esta fortuna tras acreditarse en los tribunales que es su hijo biológico, fruto de una relación extramatrimonial nunca reconocida por el progenitor. La prueba de ADN determinó que es así con una probabilidad del 99,9999%. El Tribunal Supremo lo ratificó en una sentencia en 2022. El reparto de la suculenta herencia está en el aire porque su padre lo desheredó, pero los tribunales tienen que resolver ahora a quién corresponde recibir semejante riqueza.
Todo arranca con un amor secreto a mediados de los 70 del siglo pasado. Un millonario originario de León, siempre soltero, mantuvo entonces un romance clandestino con una mujer vasca. Fueron padres de un niño que nunca fue reconocido por su verdadero progenitor, quien trató por todos los medios de mantener oculto el idilio y dejar al descendiente fuera de su amparo familiar y económico. Pero mucho después de aquello, la madre decidió descubrir el pastel. Confesó a su hijo que su padre no es quien le dio los apellidos, sino un potentado empresario leonés con quien mantuvo al menos un encuentro amoroso íntimo.
Hace unos 10 años, el afectado puso su caso en manos del abogado sevillano Fernando Osuna para demostrar la filiación y parentesco directo con su padre. La Audiencia Provincial de Madrid y un juzgado de la capital fallaron a su favor. Declararon que A. F. D. “es padre del demandante”, quien no quiere dar su identidad, “con todos los efectos legales inherentes a dicha declaración”. Fue determinante el resultado de la prueba biológica, a la que inicialmente se negó el demandado, pero a la que finalmente accedió cuando el juez le advirtió de que iba a ordenar la exhumación del abuelo para verificar si existía un parentesco entre ambos. El análisis de ADN arrojó un resultado concluyente.
Una vez demostrada la paternidad, el único hijo del acaudalado leonés decidió iniciar una batalla legal para figurar como principal beneficiario de la herencia de su padre biológico, fallecido con 90 años de edad. Este lo dejó fuera del testamento y utilizó una artimaña legal para desheredarle: “De mala fe, de forma fraudulenta, se empadronó en Pamplona para fingir que residía allí. Alquiló una vivienda de 60 metros cuadrados, un piso de mala muerte en un barrio marginal de Pamplona, mientras él residía en una casa enorme de todo lujo de Madrid”, afirma el abogado Osuna, quien ha logrado en los tribunales victorias sonadas contra el cantante Julio Iglesias y el torero Manuel Benítez, El Cordobés, contra Rafael Ruiz (del grupo Los del Río) o del fallecido aristócrata José Leoncio González de Gregorio y Martí, marido de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, más conocida como la duquesa roja.
“Hemos conseguido desbaratar esa pantomima cuyo único fin era acogerse al régimen civil foral de Navarra, que permite designar libremente a los herederos y excluir a un hijo de la herencia”, añade el letrado. Su equipo contrató detectives para demostrar que el piso de Pamplona era una tapadera. Nunca residió en esa vivienda, según las pesquisas que han puesto en manos de un juzgado de Madrid. “Este señor nunca tuvo relaciones mercantiles, ni comerciales, ni familiares, ni sociales ni de ningún otro tipo en Navarra. A pesar de ello, sin explicación alguna, decidió adquirir la vecindad civil navarra”, afirma el abogado. Este apoya la teoría de que utilizó esa “artimaña” legal para lograr su finalidad de desheredar a su hijo no matrimonial.
Después de varios aplazamientos, está previsto que el juicio por la herencia se vea en abril de 2026. Está en juego una fortuna que el magnate quiso legar a un oculista de Oviedo, dos instituciones religiosas de León y Zamora y un albacea al que, según el abogado sevillano, en el testamento “se le asignó una mensualidad de 10.000 euros”.
El primogénito —el magnate no tuvo ningún otro hijo reconocido— reclama a la justicia que sea declarado “único heredero”, para lo cual tiene que convencer al juzgado de que el empresario leonés urdió un plan para “escabullirse” de sus obligaciones hereditarias con la finalidad de mantener fuera del testamento a su hijo: “Esta persona siempre ha vivido en Madrid y no ha pisado Pamplona. La lógica es aplastante. De buenas a primeras, finge vivir en un piso de 60 metros cuadrados de Pamplona con la única finalidad de dejar a su hijo fuera del testamento. Está acreditado que intentó eludir sus responsabilidades hereditarias”, afirma el abogado Osuna.
Hasta ahora, todo el procedimiento judicial ha sonreído al empresario guipuzcoano. Solo resta que los tribunales también le den la razón en su demanda por la herencia multimillonaria. Está en juego una fortuna económica que incluye una privilegiada residencia de 400 metros cuadrados en Madrid, un caudal económico en cuentas suizas y españolas y una finca en León con un coto de caza que se encuentra desatendido y ha motivado la inspección del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, donde podrían encontrarse animales abandonados, además de colecciones de armas, porcelanas de alto valor y obras de arte, según apunta el abogado que defiende la causa del empresario guipuzcoano.
El demandante, según relata su abogado a EL PAÍS, ha sabido que su padre biológico pudo “desviar importantes sumas de dinero a Suiza” con el fin de ocultar su patrimonio y negárselo a su hijo. Esta sospecha ha llevado a barajar la posibilidad de “emprender acciones judiciales para comprobar este extremo”, señala Osuna.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
