El hijo de Obiang torturó a los opositores secuestrados después de que el juez Pedraz renunciara a detenerlo
EL PAÍS accede a la declaración de un expreso en la que relata su encuentro con los desaparecidos en una cárcel de Guinea Ecuatorial
Los opositores españoles a Teodoro Obiang Nguema secuestrados por el régimen del dictador fueron conducidos en enero de 2023 a celdas de castigo y torturados durante tres meses poco después de que Carmelo Ovono Obiang, hijo del sátrapa y principal investigado por delitos de terrorismo, regresara desde Madrid a Malabo al renunciar el juez Santiago Pedraz a detenerlo pese a estar rodeado por la Policía.
Así consta en una reciente declaración a la Policía española, refrendada en la Audiencia Nacional, del expreso y opositor Francisco Micha Obama que coincidió con los secuestrados en la cárcel de Oveng Azem, en la ciudad oriental de Mongomo. Durante las torturas se les conminó a que renunciaran a las querellas que tras su desaparición habían presentado sus familias en España, según su testimonio al que ha tenido acceso este diario.
Micha, un veterano opositor de 72 años, y asilado político en España desde 1993, había corrido la misma suerte que las cuatro víctimas. Él fue secuestrado en Lomé (Togo) en 2018, junto con Fulgencio Obiang, otro disidente que vivía en Roma, y conducido a uno de los aviones presidenciales de Teodoro Obiang. Trasladados a la siniestra prisión guineana de Black Beach fueron torturados, juzgados y condenados a penas de 54 y 59 años de prisión.
Un año más tarde, se produjo su cambio a la prisión de Oveng Azem, una cárcel que el testigo describe como un penal destinado a los presos políticos. Un centro que controlan los miembros de seguridad de Presidencia a las órdenes de Carmelo Ovono Obiang, alias Didi, secretario de Estado y viceministro de Seguridad Exterior de la antigua colonia española. Y allí tuvo lugar el encuentro con los cuatro secuestrados cuya desaparición investiga desde hace cuatro años la Audiencia Nacional por terrorismo, torturas y delitos de lesa humanidad. Desde hace casi tres años Exteriores no ha logrado visitar a los presos.
Un año en un sótano
Micha afirma que durante más de un año los secuestrados Feliciano Efa, Martin Obiang Ondo y Bienvenido Ndong permanecieron recluidos en Antorsión, una zona del sótano de la prisión donde se practicaban las torturas que dirigía Carmelo Ovono Obiang.
Lo describe como un lugar húmedo y frío, con cuatro celdas aisladas y una gran sala con mesas y sillas donde se les interrogaba frente a la estructura metálica en la que les practicaron la tortura del cocodrilo: un martirio que consiste en colgar sus cuerpos de las manos y pies atados hasta que revientan sus venas, un suplicio habitual contra los presos políticos en las cárceles guineanas.
Las celdas tienen una dimensión de dos por dos metros cuadrados, sin luz natural ni aire. Del techo cuelgan unos largos tubos fluorescentes siempre encendidos para que el preso pierda la noción del tiempo. La cama, sin colchón ni sábanas, es una estrecha estructura de cemento. La comida y las condiciones higiénicas son peores que la de los pabellones. Esta descripción de las celdas subterráneas coincide con los testimonios que los cuatro secuestrados lograron enviar a sus familiares y que constan en la querella judicial que se investiga.
“Carmelo Ovono se solía encontrar en la instancia donde se desarrollaba el interrogatorio, atento a todo lo que se decía. Escribía algo en un papel y se lo entregaba a los agentes, siendo estos los que formulaban las preguntas. En otras ocasiones parecía recibir instrucciones por teléfono”, señala su testimonio.
Un mono naranja
Micha afirma que en una fecha que no puede concretar, entre 2021 y 2022, los secuestrados Feliciano Efa, Martin Obiang Ondo y Bienvenido Ndong salieron de Antorsión, el sótano donde se practican las torturas, y los repartieron por los pabellones. Bienvenido fue instalado en el pabellón de Micha y allí le relató el secuestro y “las brutales torturas dirigidas” por el hijo del dictador. En las mismas estuvieron también presentes Nicolás Obama Nchama, alias Nico, ministro del Interior, e Isaac Nguema Ondo, Papi, director general de seguridad. Los tres figuran como investigados por estos hechos en la causa que sigue la Audiencia Nacional.
Durante sus encuentros en el patio exterior de la prisión, los secuestrados le confesaron como Julio Obama tras pasar un año en las celdas del sótano y debido a su frágil estado de salud fue ingresado varias veces en un hospital de Bata. “En uno de estos traslados, los presos vieron como solo volvía el mono naranja de Julio, por lo que dedujeron que había muerto”, relata el opositor. Los tres secuestrados fueron de nuevo trasladados de los pabellones y desaparecieron durante meses.
Julio Obama falleció en circunstancias no aclaradas, en enero de 2023, semanas después de que el juez Pedraz renunciara a detener a Carmelo Ovono en Madrid y obligara a los policías que le investigaban a que le entregaran la querella presentada por las familias de los secuestrados. Esa misma madrugada tomó un vuelo a Malabo. Desde entonces, pese a tener residencia en España, mujer, una hija, así como propiedades y cuentas en el BBVA, no ha regresado. Tampoco lo han hecho los otros dos altos cargos del Gobierno que viajaban con frecuencia a Madrid.
Venganza y renuncia
Tras varios meses desaparecidos, Bienvenido, Feliciano y Martin, regresaron a los pabellones. Y relataron a Micha que el hijo del presidente Obiang tras conocer el procedimiento judicial abierto contra él en la Audiencia Nacional y regresar a Guinea Ecuatorial, “en venganza les volvió a bajar a Antorsión (las celdas del sótano) para someterles durante tres meses a interrogatorios y torturas con idea de que renunciaran a las acciones legales que había emprendido”.
Micha relata finalmente cómo el hijo de Obiang dirigió el interrogatorio al que él mismo fue sometido. Le preguntó “insistentemente” sobre los miembros que integran el grupo de oposición Coalición para la Restauración Democrática de Guinea Ecuatorial (Cored) y sus planes de financiación y organización. Y se justificó diciendo que “lo ha ordenado el presidente”. Y afirma que las torturas sufridas por Fulgencio Obiang, el otro opositor junto al que fue secuestrado en Togo, fueron también obra de Didi. El “deplorable estado psicológico” de este último obligó al director del centro a pedir que se le trasladara a un centro de dementes. El presidente Obiang se negó.
Micha salió de la prisión de Oveng Azem el pasado mes de julio debido a una grave enfermedad y logró la libertad condicional “por razones humanitarias”, según la documentación que ha presentado a la policía española. Le trasladaron a su pueblo con los ojos vendados y le apuntaron con una pistola en la cabeza frente al jefe del poblado. No ha hecho caso a la última frase que escuchó de boca de sus carceleros: “Si vuelves a hacer algo te mataremos”.
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