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Pinarejos se alza contra la enésima planta de biometano en Castilla y León

El proyecto de un centro de tratamiento de purines sacude este pequeño pueblo de Segovia. La plataforma vecinal contraria a la instalación la considera un peligro para la salud y el entorno

Planta de biometano Pinarejos
Manifestación de los vecinos en contra de la planta de biometano que se quiere instalar en Pinarejos, Segovia. Foto cedida por la Plataforma Pinarejos.
Juan Navarro

“Otra vez la misma mierda”, suspiran en Pinarejos (Segovia, 200 habitantes). Quienes pronuncian estas palabras visualizan toneladas de residuos orgánicos y purines de cerdo trasladadas por incontables camiones rumbo al enésimo proyecto de planta de biometano que se tramita en Castilla y León. En 2024, según datos de la Junta, se presentaron 55 propuestas, de las cuales nueve ya han sido aprobadas y 42 están en proceso (las otras cuatro se archivaron). La historia ya la conocen en todas las provincias, no solo de esta comunidad sino de otras donde se proyectan estas instalaciones de biogás. Los opositores a estos centros de producción de energía sostenible temen que acarreen un peaje para las pequeñas localidades donde se ubican: trasiego constante de camiones, malos olores, balsas de almacenamiento de porquería, potencial afección al paisaje y a las aguas subterráneas y la proliferación de macrogranjas porcinas, beneficiadas por tener cerca un lugar donde depositar sus desechos. La creación de empleo y riqueza, añaden, se prevé escasa y pronostican perjuicios a las casas rurales y otros negocios.

La fuente de disgustos para esta pequeña localidad segoviana se debe al proyecto del grupo Mapfre, IAM Carbonzero y Abante por levantar una de estas plantas de biometano a un kilómetro y medio del municipio. La plataforma local creada para protestar contra este empeño se apoya en la memoria trazada por los impulsores para esgrimir que serán necesarias unas 122.000 toneladas anuales de residuos orgánicos para que la factoría opere según los parámetros previstos en un terreno de ocho hectáreas. La ausencia de macrogranjas en los alrededores les hace temer que aparezcan estos grandes focos de cría y engorde de cerdos además del trasiego de decenas de camiones diarios por los alrededores de Pinarejos.

Castilla y León, según datos actualizados del Ministerio de Agricultura, supera los cinco millones de cerdos en su territorio, dos por cada habitante, en una cifra que aumenta notablemente en los últimos años mientras las históricas cabañas de ovejas se reducen. La portavoz del colectivo social, Eva Monllor, expresa su postura: “No estamos en contra de la plantas de biometano, pero sí lo estamos de esta, puesto que dicha planta se situará muy próxima al pueblo y al pinar y es un peligro para la salud de las personas y el entorno”. El pueblo se encuentra cerca de una rica zona de pinares de Cuéllar (Segovia), una enorme extensión arbolada de gran valor ecológico.

Unas 150 personas, equivalente a casi la totalidad del censo, recorrieron el pasado domingo la localidad desde las escuelas hasta el Ayuntamiento para protestar contra la planta de biometano. Allí se han pronunciado los lugareños con un manifiesto conjunto y una carta abierta a Mapfre rogando paralizar el plan. La memoria remitida por las empresas destaca que el residuo tratado vendrá “principalmente de núcleos próximos de cría y engorde de cerdo y de estiércol de gallina” y que “está previsto el enriquecimiento del residuo y la codigestión en la planta con otros cosustratos procedentes tanto de otros residuos agrarios como de residuos ganaderos circundantes al municipio de Pinarejos” y que “igualmente está previsto el aprovechamiento del biofertilizante líquido y sólido obtenido tras el procesado de los residuos”.

Las compañías destacan el auge de esta energía renovable en Europa y que en España, aun creciendo, hay propósitos de ir a más: el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha creado la Hoja de Ruta del Biogás con objetivos de multiplicar por 3,8 la producción de este gas. Estos cálculos estiman que en 2030 el 28% de la producción de energía verde proceda de esta vía. Las quejas de los colectivos opuestos a este biogás radican en los daños medioambientales que causan las instalaciones allí donde se ubican, el perjuicio sobre el medio rural español y las pocas ventajas que acarrea para esos espacios donde se edifican.

El colectivo Ecologistas en Acción ha emitido recientemente un comunicado alertando de que la contaminación por nitratos, “fruto de la actividad agraria y ganadera intensiva”, se ha elevado en España un 50% en 2024, afectando ya a 220.000 personas sin acceso a agua potable. Muchas de ellas se encuentran en municipios de la Ribera del Duero, donde incluso las bodegas se han quejado ante el auge de los centros de tratamiento de biogás.

Eva Monllor subraya el revuelo político municipal generado por esta iniciativa. De los cinco concejales de la corporación de Pinarejos, cuatro pertenecen al PP, que gobierna, y uno a Vox. El alcalde, denuncia ella, “mantiene una postura de inacción total y dice no poderse definir ya que carece de proyecto”, pues aún no han recibido exactamente las bases de la planta. Este desinterés hace que la instalación siga adelante pese a las quejas de dos concejales, del PP también, aunque se mantienen críticos con esta deriva. Sí apoya la planta el de Vox, primo del regidor, que “ha acordado suministrar residuos de gallinas, así que es parte implicada”, dice Monllor. Y agrega: “Los concejales en contra le han explicado que no le van a perjudicar porque hay más plantas de biometano en la comarca y se lo van a comprar exactamente igual, pero le importa una mierda, le da igual perjudicar al pueblo”.

La empresa ha ofrecido a la corporación viajar con gastos pagados a una planta “similar” en Córdoba, abriéndose a que vaya gente de Pinarejos aunque solo si acreditan tener “formación técnica”. Monllor se indigna: “¿Para qué queremos verla si no es igual? Invitan a que vaya gente de la plataforma pero hay que acreditar ser ingeniero. ¿Si no no lo voy a entender? Nadie de la corporación tiene siquiera una licenciatura”.

El director de Desarrollo de Negocios de Carbonzero, Óscar García, acudió hace unos días a la Cadena SER Segovia para reivindicar su propósito, defendiéndolo con afirmaciones que la plataforma social considera imprecisas. Alude a que usarán “paja de cereal”. “Simplemente ese es el único tipo de residuo que vamos a introducir en la planta”, asegura, si bien la memoria plasma el empleo de purines animales. También destacó la transparencia de las empresas y sus contactos con el pueblo, si bien los adversarios insisten en que siempre les han mostrado su negativa y han recibido respuestas “poco serias”, como proponer dar más explicaciones “en el bar con un pincho y un vino”.

García dice: “Nos da un poco de pena, hay mucho desconocimiento y se está difundiendo información técnicamente inconsistente”; a lo que Monllor responde con los argumentos dados por biólogos, ingenieros y comunidad científica que advierten de los riesgos de esas factorías. La plataforma de Pinarejos se marca pequeños objetivos, como que el alcalde manifieste la oposición social al biometano, competencia que está en sus manos, que permitiría cerrar esa vía: “Vamos a seguir utilizando todos los recursos que permita la ley y a convocar más manifestaciones”.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
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