Las voces de las víctimas de la dictadura retumban en el Congreso de los Diputados

No cabía un alma más en el salón de Pasos Perdidos del Congreso de los Diputados en la tarde de este lunes. Era la primera vez que esa Cámara acogía un homenaje a las víctimas del golpe de Estado, la Guerra Civil y la dictadura franquista, aplazado desde el pasado 30 de octubre por la catástrofe de las riadas en Valencia que han dejado 231 personas muertas. Estaba tan llena la sala, que muchos tuvieron que quedarse fuera. “El recinto se nos ha quedado pequeño y eso es una ilusión”, reconocía la presidenta de la Cámara, Francina Armengol. En el mismo lugar donde tantas veces diputados de la derecha y la ultraderecha han cargado contra las leyes de memoria, esta vez iban a ser las voces de las víctimas las que retumbaran entre los muros.

Como la de Consolación Barroso, del colectivo memorialista Amehis de Utrera quien, cuando le tocó el turno de hablar, lo hizo casi gritando. Insistió en que la verdad que han arrojado cientos de exhumaciones (desde el año 2000 se han recuperado los restos de más de 13.600 represaliados, recordó Armengol) debe llevarse a cada rincón y, sobre todo, a las escuelas: “La verdad no es solo que se apruebe una ley de memoria, sino que se lleve a colegios, a institutos, a universidades y que se diga con nombres y apellidos”, reclamó. Se llevó los aplausos de los asistentes.

Barroso explicó que gracias a esos trabajos forenses han podido recibir los restos de sus familiares y tener “un sitio donde llevar unas flores”. También resaltó el valor que tiene para las familias recibir las declaraciones de reparación que les entrega el Gobierno en las que se anulan las condenas emanadas de tribunales de la dictadura. “Es un papel que dice que esa persona era inocente, que la mataron porque quisieron”. Acto seguido, instó al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres —presente en el acto junto al de Cultura, Ernest Urtasun— a que siga emitiendo esos documentos.

El auditorio quedó impresionado con la intervención de Lourdes Herrasti, antropóloga que actualmente trabaja en las exhumaciones del Valle de Cuelgamuros. Entre otras cosas, recordó que el Régimen franquista sacó a miles de represaliados de fosas comunes para llevárselos al mausoleo sin el consentimiento ni autorización de sus familiares. También insistió en una aclaración: “No solo actuamos en un sentido; en Toledo, por ejemplo, hicimos la exhumación de sacerdotes represaliados por la violencia republicana, que también la hubo”.

Según los datos expuestos por la antropóloga, Andalucía, Valencia y Castilla y León son las tres comunidades autónomas que más exhumaciones han llevado a cabo. Resaltó la represión contra las mujeres, aunque precisó un dato: “Solo un 3% de las personas que recuperamos en las fosas son mujeres”. El valor de la entrega digna a los familiares también lo resaltó Francisco Carrión, arqueólogo, quien detalló cómo han avanzado en las labores en el Barranco de Víznar, en Granada, lugar, entre otros muchos, del fusilamiento de Federico García Lorca.

Armengol entregó a las hermanas de Salvador Puig Antich, el último ejecutado a garrote vil en la dictadura, una copia de los diarios de sesiones en los que se hizo referencia a él. Recientemente, ellas mismas habían recibido la declaración del Gobierno que dicta que la sentencia de su hermano fue injusta.

“Sé que es la primera vez que sucede, pero sinceramente, me parece ineludible que el Congreso de los Diputados albergue cada año un homenaje así, un encuentro con familiares de las víctimas, con representantes de asociaciones memorialísticas y con profesionales que llevan trabajando muchos años para ayudarnos a escribir nuestra historia”, dijo la presidenta de la Cámara. “Hay que recordar hacia mañana”, agregó, citando a Lorca, fusilado en 1936.