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Feijóo fía a la corrupción su ofensiva contra Sánchez, pero se arma para una legislatura larga

El líder del PP cree que ya ha presentado su alternativa y se entrega al cerco al PSOE, bloqueando cualquier acuerdo sobre inmigración. El relevo de Mazón es su principal quebradero de cabeza

Elsa García de Blas
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo mira al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, en el Congreso, este viernes, en los actos del día de la Constitución.
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo mira al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, en el Congreso, este viernes, en los actos del día de la Constitución.Chema Moya (EFE)

En los salones del Congreso, entre canapés y rodeado de periodistas, Alberto Núñez Feijóo parece tranquilo. Por suerte para él, el huracán político que rodeaba al PP por la tragedia de Valencia ha amainado. Ahora, el temporal se ha desplazado a los tribunales, que investigan presuntos casos de corrupción en el Gobierno y en el círculo personal del presidente, y dirige toda su ira contra el PSOE. Así que el líder del PP observa y espera. No necesita hacer mucho más, parece deslizar en las reflexiones que comparte en charlas informales durante el cóctel de conmemoración de la Constitución. Y tampoco tiene prisa, asegura. Feijóo está convencido de que la corrupción será el talón de Aquiles de Pedro Sánchez, pero al mismo tiempo ha asumido que la legislatura puede ser larga. Mientras lanza declaraciones públicas cada vez más duras contra la viabilidad del Gobierno, Feijóo se debate entre el optimismo de un probable vuelco en La Moncloa, según las encuestas, y el realismo de que todavía tendrá que esperar en la oposición un tiempo, que quizá se alargue unos años.

El líder del PP cree que la legislatura “ya no da más de sí”, sentenció el viernes en una conversación informal con periodistas en el Congreso. La agenda judicial que atosiga al presidente, subrayó Feijóo con satisfacción, solo acaba de empezar, así que el PP espera una lenta sangría para los socialistas en los tribunales.

Poco importa cómo terminen los casos que investiga la justicia sobre el entorno personal de Sánchez, el fiscal general y su Gobierno, piensan en el PP, porque lo relevante es el desgaste que provocan al PSOE. En importantes círculos de poder de los populares se admite que varias de esas causas quedarán en nada. “Lo del hermano de Sánchez me parece una gilipollez, eso se va a archivar”, reconoce un presidente autonómico del PP. Otros dirigentes dudan de que el fiscal general del Estado vaya a ser condenado por la supuesta filtración de la negociación del abogado del novio de Isabel Díaz Ayuso con la fiscalía. Y lo mismo con la actividad profesional de la esposa del presidente, Begoña Gómez, que para muchos en el PP es más una cuestión estética que penal.

Lo mollar, opinan en el PP, está en el caso Ábalos, con el empresario Víctor de Aldama como punta de lanza contra el Gobierno, al que los populares dan credibilidad en todas sus acusaciones, aunque todavía no las haya probado, con el argumento de que Anticorrupción le ha excarcelado porque da verosimilitud a su testimonio. La Fiscalía emitió un comunicado diciendo que apoyó su libertad “exclusivamente” porque había reconocido los delitos que se le imputaban. “Lo que tienen peor pinta es lo de Aldama”, analiza un barón del PP. “Ahora, que esto llegue a Sánchez desde el punto de vista penal... es más difícil probarlo, aunque le deja muy tocado”.

Al mismo tiempo, y de forma paradójica, como admiten dirigentes populares, los frentes judiciales contra el Gobierno blindan su alianza con sus socios parlamentarios. “Nadie gana con unas nuevas elecciones generales, por eso van a apoyarle. Ni Puigdemont, al que podría meter un meneo Salvador Illa en las urnas”, opina un barón popular. Constatada esa pétrea alianza con los socios, que Feijóo llamó con sorna “fijos discontinuos”, el líder del PP admite que Sánchez incluso puede sacar adelante los Presupuestos generales para el año que viene, en función de las concesiones que pacte con Junts. Si el presidente socialista consigue unas cuentas públicas, el PP sabe que puede ganar otros dos años en La Moncloa. Así que el principal partido de la oposición solo atisba “el principio del fin del ciclo” de Sánchez. Y nadie sabe cuánto puede durar ese tramo final.

Feijóo, que llegó a la presidencia del PP en 2022 confiando en alcanzar La Moncloa con una guerra relámpago, se tiene que resignar a la espera. ¿Cómo se ve a sí mismo como líder de la oposición, un cargo que pensó que iba a ocupar menos tiempo?, le preguntaron los periodistas el viernes entre canapé y canapé en el Congreso. “Ya he pasado la fase de preocupación por la inacción de presentar una alternativa”, respondió de un tirón. La frase sonaba tan críptica que los periodistas le pidieron que la repitiera, y él lo hizo con idénticas palabras, añadiendo que estaba “muy claro” lo que había dicho. A lo gallego, o a lo Feijóo, el líder del PP sugirió que ya da por cumplida la presentación de su alternativa de Gobierno ―aunque apenas ha esbozado algunas propuestas concretas, como la concentración de la jornada laboral en cuatro días, que luego diluyó― y ahora ya solo tiene que dedicarse a la pura oposición.

Génova cree que su estrategia de ruido y furia contra el Gobierno está funcionando. No hay debate en el PP: la clave es mantener el cerco a Sánchez. Ni agua. El acuerdo sobre los menores migrantes en Canarias es el nuevo Consejo General del Poder Judicial, en el sentido de un asunto en el que el PP impone el bloqueo a cualquier acuerdo, ahora exigiendo al Gobierno un giro total en su política migratoria.

El trasfondo de que sea imposible un pacto de Estado sobre inmigración es la batalla del PP con Vox. Los ultras han ganado oxígeno con la victoria de Donald Trump en EE UU y, envalentonados, han vuelto a amenazar a los Gobiernos populares si acogen a más menores migrantes. Ahora, con tumbarles todos los presupuestos autonómicos. El miércoles, Vox advirtió al PP de que no podía llegar a ningún acuerdo en esta materia con el Gobierno, y el jueves el PP reventó la reunión con el Ejecutivo. Aunque los populares ya pretendían oponerse antes, la secuencia de hechos retrata a los ultras como con la sartén por el mango.

Los barones del PP han recibido, sin embargo, con escepticismo y aparente tranquilidad la nueva amenaza de Vox. Un presidente autonómico que depende de los ultras afirma en privado de forma categórica que está convencido de que va a sacar adelante sus cuentas con el apoyo del partido de Santiago Abascal. La pregunta es si el PP sigue sin tomarle la medida a Vox, que ya le sorprendió rompiendo sus cinco Gobiernos autonómicos en el verano de 2023, o si tiene algún as en la manga.

Feijóo tampoco trasluce ninguna preocupación por la posible inestabilidad de sus Ejecutivos, que sabe que en todo caso pueden prorrogar sus cuentas y seguir gobernando en minoría. El único que sí le preocupa es el presidente valenciano, Carlos Mazón, pero por diferentes motivos.

El barón valenciano es el principal quebradero de cabeza de Feijóo. El líder del PP tiene muy presente que la Comunidad Valenciana es el “cuarto motor electoral” de España, y en estos momentos el PP lo tiene gripado. Feijóo está muy enfadado con Mazón por su gestión de la dana, y siguen sin gustarle sus decisiones, como la de situar al militar Francisco José Gan Pampols como vicepresidente encargado de la reconstrucción de Valencia, según distintas fuentes populares. “El general ha quedado encima como un pesetero”, critica un presidente del PP sobre la petición del militar de que se subiera el sueldo de la vicepresidencia que ha aceptado ocupar.

Los barones del PP creen que el presidente valenciano no podrá levantar su tocado crédito político tras la tragedia, pero todos saben que la operación para dar paso a otro candidato en 2027 será muy delicada. Feijóo advirtió a Mazón este viernes desde el Congreso de que la dirección nacional tendrá la última palabra sobre su candidatura, y que su decisión estará “enchufada a la opinión de los vecinos” de Valencia. Un día antes había mandado a su escudero Miguel Tellado a Valencia a respaldar a Mazón ante la Junta Directiva del PP de la Comunidad Valenciana. Todavía es pronto para hacer movimientos. Los sondeos de intención de voto darán el veredicto sobre Mazón, y Feijóo dictará sentencia.

El jefe de la oposición se afana mientras tanto en tratar de controlar la ansiedad por echar a Sánchez cuanto antes de La Moncloa. La suya, y la de las bases sociales de la derecha. “¿Ansiedad yo? Ninguna. La ansiedad la tienen los españoles”, se zafó este martes. “La ansiedad habita en La Moncloa”, remató el viernes en los salones del Congreso. Feijóo camina por una delgada línea: la de transmitir confianza en el cambio sin parecer impaciente o desesperado.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.
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