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El giro social del PP se queda en un suspiro

La corrupción y la denuncia del “sanchismo” alimentan toda la estrategia parlamentaria de Feijóo

Alberto Núñez Feijóo (derecha), junto a Cuca Gamarra y Miguel Tellado, en el último pleno del Congreso, el pasado miércoles.
Alberto Núñez Feijóo (derecha), junto a Cuca Gamarra y Miguel Tellado, en el último pleno del Congreso, el pasado miércoles.SERGIO PÉREZ (EFE)
Xosé Hermida

Alberto Núñez Feijóo ha desterrado aquello de “derogar el sanchismo”que empleó como uno de sus grandes lemas de la fracasada campaña a las elecciones generales de 2023. Que esa malograda divisa se haya evaporado de su vocabulario no quiere decir que, 15 meses después, el contenido del discurso del líder popular se separe mucho de lo que pretendía connotar entonces. A finales de septiembre, Feijóo anunció un “giro social” y un afán más propositivo, con iniciativas para favorecer la conciliación familiar y laboral o sobre política de vivienda. El movimiento ha durado el tiempo de un suspiro. Todo el esfuerzo parlamentario de los populares vuelve a estar centrado en la denuncia de la corrupción y el “deterioro institucional” de lo que llaman “sanchismo”. Y más con las novedades sobre el caso Koldo y el escándalo por la conducta sexual del dimitido portavoz de Sumar, Íñigo Errejón.

“¿Qué institución asaltará mañana el Gobierno?”; “¿cuánto tiempo van a seguir amparando la corrupción?”: “¿le queda alguna línea roja por traspasar?”; “¿cómo cree usted que van a pasar a la historia este Gobierno y sus ministros?”. Este es el tenor de la mayoría de las preguntas que el PP, con su secretaria general, Cuca Gamarra, y su portavoz parlamentario, Miguel Tellado, a la cabeza, dirigirá este miércoles al Ejecutivo en la sesión de control del Congreso.

Por segunda semana consecutiva, no intervendrá Feijóo al estar ausente Pedro Sánchez, que en la cita anterior acudió a Portugal a una cumbre ibérica y en esta se encuentra de viaje oficial en India. La semana pasada, aun sin su líder, el PP convirtió el pleno en un monográfico dedicado enteramente a la denuncia de la corrupción. Los socialistas se agarraron a la estrategia de que la mejor defensa es un buen ataque y replicaron con la larga retahíla de casos del PP en los últimos años y el fraude fiscal de la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Las peores acusaciones volaron durante tres horas sobre el hemiciclo. Y todo indica que esta semana el cuadro no variará mucho.

De las 10 preguntas que formulará el PP al Ejecutivo, solo tres se ocupan de temas sociales. Una sobre vivienda, otra sobre pesca y una tercera que no resulta aventurado prever que derivará, como las siete restantes, hacia el terreno de lo escandaloso: su destinataria es la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en pleno caso Errejón. La pregunta inicial del diputado Juan Bravo no tenía ninguna relación con el asunto, aunque su enunciado ya estaba revestido de sarcasmo: “¿Considera el monólogo social una forma óptima de llegar a acuerdos?”. Díaz tendrá ración doble, al medirse también a uno de los más afilados estiletes de la bancada popular, Ester Muñoz, que, antes de que estallara el escándalo del dimitido portavoz de Sumar, señalaba en su pregunta a la vicepresidenta por “amparar la corrupción”. Los populares intentaron colocar otra pregunta a la vicepresidenta específicamente sobre Errejón, pero la Mesa no se lo permitió. En la parte socialista del Ejecutivo, el ministro de Transformación Digital, Óscar López, se enfrentará a otra pregunta-acusación del diputado Jaime de los Santos: “¿Ha sido usted ministro para aforarle ante el Tribunal Supremo?”.

Fuera de la sesión de control, el primer partido de la oposición transitó el mismo camino, sin rastro del anunciado giro social, ya desde el inicio del pleno, este martes. El PP intentó sin éxito que el Congreso pidiese la dimisión del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tras la investigación que le ha abierto el Tribunal Supremo por supuestamente revelar secretos del novio de Ayuso. Y lanzó otras dos iniciativas para intentar acorralar con la corrupción y las relaciones con la justicia al ministro Félix Bolaños.


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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.
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