Sánchez en la ONU: “La democracia libra una batalla por su supervivencia y no puede hacerlo con una mano atada a la espalda”
El presidente español clama contra “la espiral de muerte” en Gaza y Líbano y reclama a Venezuela que frene el acoso a los líderes de la oposición
Pedro Sánchez ha aprovechado el altavoz de su discurso ante la asamblea general de la ONU en Nueva York para lanzar un mensaje duro sobre uno de los asuntos centrales de sus mensajes en los últimos meses: la lucha contra la desinformación, los bulos y el auge de la ultraderecha en buena parte del mundo occidental. El presidente español ha hablado en términos muy explícitos y dramáticos, que no había usado hasta ahora en la ONU, sobre los riesgos que corre la democracia, un asunto sobre el que también debatió estos días en Nueva York con el presidente de Brasil, Lula da Silva, también especialmente preocupado por la ola ultra que invade buena parte del planeta. “El mundo se enfrenta a un riesgo real de retroceso de la democracia”, ha arrancado el presidente. “Derechos que se creían consolidados son hoy cuestionados o revertidos. Una agenda reaccionaria global se abre paso al calor de la desconfianza en las instituciones, la polarización y la reivindicación de un pasado inventado, tan falso como sus proclamas”, ha insistido.
“La democracia libra una batalla por su supervivencia. Y, seamos claros: no deja de ceder terreno ante sus enemigos”, ha analizado. Pero sobre todo, Sánchez cree que los demócratas deben rearmarse para enfrentarse a esta amenaza y buscar nuevas soluciones. “La democracia no puede aspirar a ganar esta batalla con una mano atada a la espalda. Porque se enfrenta a gente sin escrúpulos: activistas de la mentira, los bulos y el odio, dispuestos a partir en dos las sociedades para imponer su agenda regresiva. Es indispensable levantar un escudo que proteja las instituciones democráticas de quienes buscan socavarlas deliberadamente. Ya no basta con proclamar la superioridad moral de la democracia. Es necesario reconocer errores y trabajar por su regeneración interna, por ejemplo, reforzando la transparencia y la rendición de cuentas. Y haciendo que los ciudadanos sientan la democracia como algo cercano, como algo propio, como algo vivo”.
El discurso de Sánchez estaba teñido de denuncias y condenas, especialmente por las guerras en Gaza y Ucrania, pero también por la persecución política que sufre la oposición en Venezuela, a la que también se ha referido exigiendo al régimen de Nicolás Maduro que la detenga, y ha planteado un escenario en que en el mundo, por primera vez en muchos años, no paran de crecer los conflictos. Además ha mostrado su preocupación por el riesgo de que se descontrolen los avances de la inteligencia artificial. Pero Sánchez también ha querido lanzar un mensaje optimista al final del discurso, recordando que a pesar de todas estas amenazas, el mundo no ha parado de mejorar en los últimos años en datos claves del crecimiento. Por eso el jefe del Gobierno español se niega a caer en el pesimismo: “en poco más de medio siglo, la mortalidad infantil se ha reducido del 50% al 4% en el planeta. El número de estudiantes universitarios se ha duplicado en sólo dos décadas. La presencia de mujeres con escaño en parlamentos alcanza el 27%, el doble que en 1990. Y el mundo ha doblado la potencia solar instalada en cuatro años. No aceptemos como inevitable el inicio de una nueva era de violencia y guerras”, ha rematado.
Sánchez ha sido especialmente duro, aún sin citarlo, con Israel y sus ofensivas en la guerra en Gaza y Líbano. Poco antes, en un ambiente menos solemne, en la rueda de prensa de balance del viaje y ante los periodistas, Sánchez había sido rotundo al referirse aún sin citarlo a Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel: “por desgracia tenemos gobernantes que no apuestan por la paz sino por la guerra, es evidente”, llegó a decir. En la el discurso ante la asamblea, Sánchez también fue duro pero en otro tono. “En Palestina asistimos a una insoportable espiral de muerte y devastación que ya se ha extendido al Líbano. Esto supone una escalada del conflicto de la máxima gravedad. Todo lo que vemos a diario en Gaza, y ahora en Líbano, nos hace reflexionar sobre la vigencia misma del derecho internacional humanitario, precisamente cuando celebramos el 75 aniversario de los Convenios de Ginebra. Hago un nuevo llamamiento a alcanzar un alto el fuego, a la liberación de todos los rehenes y al acceso de la ayuda humanitaria”, sentenció.
También sobre Venezuela fue claro, aunque sin hablar expresamente del reconocimiento a la victoria de Edmundo González que le reclaman en la oposición venezolana. La posición de Sánchez, tal como explicó también en la rueda de prensa y antes en una entrevista en la CNN, consiste en que la solución debe lograrse en Venezuela, con un acuerdo entre Gobierno y oposición, impulsado desde fuera. “Quiero reiterar una vez más el compromiso inquebrantable de España con la democracia y la defensa de los derechos humanos en Venezuela, y condenar cualquier detención o amenaza contra los líderes políticos. Es imperativo el respeto de la voluntad del pueblo venezolano, con un recuento de los resultados electorales en condiciones de total transparencia”.
Sánchez también reclama en la ONU una reforma en profundidad de la institución. España defiende el multilateralismo y Sánchez es uno de los grandes adalides de la ONU, al contrario que otros presidentes, como el argentino Javier Milei, que el día había hecho un discurso durísimo contra naciones unidas en el mismo atril, llegando a acusarles de promover el socialismo y de cometer delitos de lesa humanidad por amparar las cuarentenas durante el covid, que él rechaza. Pero su apoyo a la ONU también implica que cree que debe reformarse, y por eso reclamó abiertamente ante el Consejo de Seguridad que se amplíe el número de sus miembros (ahora son 14) y que se elimine el derecho de veto de los cinco países que diseñaron la arquitectura de este organismo multilateral tras la segunda guerra mundial: EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia
Sánchez pide eliminar el veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha defendido en una intervención ante el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York que se debería eliminar el derecho de veto que tienen desde su fundación cinco países -EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido-. Sánchez ha sido muy duro con la situación actual del máximo órgano de la ONU. “Las resoluciones de este órgano no se respetan, el uso del veto resulta en un constante bloqueo, y uno de sus miembros permanentes viola de manera flagrante la Carta de las Naciones Unidas, invadiendo injustificada e ilegalmente a otro país. España defiende un Consejo de Seguridad ampliado con miembros no permanentes, y la abolición del veto. Mientras ese veto se mantenga, apoyaremos todas las iniciativas conducentes a la limitación de su uso”, remató el presidente.
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