La vuelta al mundo en 56 días del Ejército del Aire
España finaliza, junto a Francia y Alemania, dos meses de ejercicios militares en la zona del Indo-Pacífico y lanza un mensaje de apoyo a sus aliados
Hacia las 9.00 de este viernes, dos cazas del Ejército del Aire y del Espacio elevaban el vuelo 8.000 metros para interceptar a un avión de carga A400M que hacía la ruta entre la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) y la de Morón (Sevilla). Esta demostración, a la que EL PAÍS fue invitado, pone el colofón final al Pacific Skies, una vuelta al mundo en la que el Ejército del Aire y del Espacio, con su agrupación Plus Ultra, ha ido alcanzando importantes hitos para las Fuerzas Armadas. Primer despliegue español en Australia, en la India y en Japón; primera vez que un piloto español se adiestra con un caza indio; primera vez que España posiciona un A400M en las antípodas. “Ha sido una gesta equiparable a las de principios del siglo XX”, sostiene el teniente general Francisco González-Espresati, al mando de esta agrupación. Con este periplo ―que incluye tres ejercicios multinacionales de alto nivel en Alaska (EE UU), Australia y la India―, España, junto a Francia y Alemania, saca músculo militar en una zona lejana, pero considerada de máxima tensión en el contexto internacional: el Indo-Pacífico.
“Cualquier cosa que pase en cualquier lugar del mundo nos afecta a todos”, sostiene González-Espresati. Y es que, aunque lejana para España, la tensión en esa zona es constante y una prioridad para otras potencias de Occidente como Estados Unidos. Pekín reclama Taiwán; Vietnam, Filipinas; Malasia y China se enfrentan con recurrentes escaramuzas en el Mar del Sur de China... Y con el Pacific Skies de este año, que inició el 26 de junio y terminó el 15 de agosto, España, Francia y Alemania lanzan un mensaje de apoyo no solo en el ámbito militar, sino en el diplomático, el político y también el económico. “Europa está con con los aliados de la zona”, declara González-Espresati que asegura le consta que este “es un mensaje que viene de Bruselas”. De hecho, países como Japón, Nueva Zelanda y Australia ya acudieron como invitados a la cumbre de la OTAN del año pasado en Vilna (Lituania).
240 militares del Ejército del Aire y del Espacio han recorrido este verano 400.000 kilómetros para dar esta particular vuelta al mundo en 56 días. Casi medio centenar de aviadores pilotaron durante 667 horas hasta cuatro eurofighters (cazas) y dos aviones de transporte A400M (como el que usó el Ejército en la evacuación de Kabul (Afganistán) en 2021 o desde el que se lanzó ayuda humanitaria a la franja de Gaza el pasado marzo) para participar por primera vez en tres ejercicios multinacionales de alto nivel. “Ha quedado demostrado de lo que somos capaces”, remarca el general Francisco Braco Carbó, recién nombrado Jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA). Braco saca pecho después para presumir de que todos los aparatos involucrados en el Pacific Skies ―28 aviones de combate y 16 grandes aviones cisterna y de transporte― son de fabricación europea. “No estamos solos”, repite Braco en relación a la cooperación entre países que esta misión ha demostrado. Precisamente la exhibición y el impulso de la industria europea de Defensa ―fundamentalmente a través de Airbus― en Asia era uno de los objetivos de la misión, según González-Espresati. “Hay que aprovechar para vender un poco el producto”, continúa.
Alaska (EE UU) fue el primer lugar donde España se estrenó en el ejercicio Arctic Defender. Allí, los cazas simularon un combate entre dos fuerzas aéreas con el mayor realismo posible, explica el Ejército del Aire y el Espacio. 70 naves estuvieron involucradas en un espacio aéreo de 300.000 kilómetros cuadrados y en el que se llegaron a lanzar 24 bombas reales. “No estamos acostumbrados a volar entre montañas de 5.000 metros de altura”, recuerda, aún impresionado, el teniente del Ala 14 Pérez López (27 años), que protagonizó un incidente con un pájaro por el cual tuvieron que sustituir el motor de un caza español por el de uno alemán. Un ejemplo al que el máximo responsable del Ejército del Aire y del Espacio, el general Braco, recurrió para hablar de la cooperación entre “socios, aliados y amigos”. El motor ya ha sido devuelto, bromea.
En el segundo ejercicio (Pitch Black), en el que participaron más de 20 países, el Ejército del Aire consiguió otro de los hitos que han marcado esta particular vuelta al mundo: colocar un avión de transporte A400M en las antípodas, concretamente en Nueva Zelanda. Pilotar en el “inmenso” espacio aéreo del país oceánico fue de lo que más le impresionó a uno de los pilotos. “Volar de noche allí [Australia] es una experiencia. No hay nada más que lenguas de fuego provocadas por los incendios forestales. Y arriba solo había las estrellas”, recuerda el comandante-jefe del Ala 11, Fernando Rojas (37 años). Para finalizar: la India. Allí, España participó en el ejercicio multinacional Tarang Shakti en el que un piloto español pudo dirigir por primera vez cazas indios. “Ha sido un esfuerzo muy grande (...), la cultura es totalmente diferente y hay que adaptarse”, remarca Rojas.
Clima
En los casi dos meses de despliegue, la agrupación Plus Ultra, que será recibida la semana que viene por el rey Felipe VI, ha tenido que trabajar en condiciones muy poco habituales: clima polar en Alaska, tropical en India y desértico en Australia. De hecho, una de las dificultades que vivieron los pilotos y el resto del personal fue volar desde Australia hasta la India en plena época del monzón. O atravesar la “montañosa” Groenlandia. O el salto de más de seis horas entre Alaska y Japón: “Eso, combinado con todo el ambiente internacional, ha sido un desafío”, comenta Rojas.
El teniente Pérez López fue el encargado de realizar uno de los saltos más críticos de todo el periplo precisamente por la cercanía de Rusia. Lo “más estresante” fue planear las contingencias, dice el teniente, “el what if [qué pasa si...]”, explica en referencia a las prevenciones que hay que tomar por si todo sale mal. Poco antes de emprender el vuelo, los colegas de la Luftwaffe alemana fueron interceptados por aviones rusos. “Sabíamos que podía pasar”, recuerda Pérez López. Algo que finalmente no ocurrió.
Pese a haber representado un “éxito rotundo”, según el Ejército, España no volverá a participar en un Pacifis Skies en el corto y medio plazo, desvela el teniente general Francisco González-Espresati. Los militares del Ejército del Aire y del Espacio con “muy buenos y profesionales”, describe, pero hay “escasez de personal”. González-Espresati, sin embargo, revela que España seguramente volverá a Australia en 2026 en algún tipo de misión o ejercicio, pero fuera del marco del Pacific Skies.
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