Sánchez apuntalará la España federal

Pues sorpresa no ha habido. Eso dicen en el PSOE, donde fluyen las interpretaciones, pero sobre todo las reflexiones, sobre qué objetivos persigue el líder del partido, Pedro Sánchez, para que el transcurso y las conclusiones del 41º Congreso Federal, a celebrar el próximo mes de noviembre, puedan considerarse exitosos. Sorpresa por la convocatoria, no. Sí interrogantes sobre los temas de calado que se abordarán en ese cónclave. Aunque el debate en el seno de la organización no estaba en las fechas del congreso, sí se consideraba seguro que Sánchez no apuraría el límite de plazo para su celebración: octubre de 2025. Todos los dirigentes del PSOE, de cualquier nivel territorial, y los militantes más activos, saben que su partido establece una horquilla de tres a cuatro años entre un congreso y otro; cuando no es así, es decir, si se adelanta, se convierte en extraordinario. Todo está escrito.

El 41º Congreso Federal tendrá lugar en Sevilla tres años y un mes después de celebrarse el anterior. Por tanto, el viejo partido celebrará un congreso ordinario en el que su secretario general pretende dar “varios pasos al frente para coger impulso”, según las fuentes consultadas. En qué dirección, está por definir. Sí saldrá la aprobación del modelo territorial federal para España, se asegura. Nada “revolucionario”, sino el perfeccionamiento de la Declaración de Granada, aprobada el 6 de julio de 2013, auspiciada por el entonces secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y refrendada por todos los barones territoriales. “Puede ser un Granada 2 pero no se alejará del modelo federal para España que está en el acervo político acumulado por el PSOE”. Esta aproximación de un dirigente territorial enlaza con las sugerencias de barones, miembros de la Ejecutiva y parlamentarios.

El debate territorial está llamado a ser un tema central del próximo cónclave socialista, unido inexorablemente a la financiación de las comunidades autónomas. Esta vez el debate no puede ser coyuntural porque sus resoluciones quedarán fijadas. No se trata de un programa electoral, pero los textos del congreso supondrán la actualización del proyecto político de los socialistas. Desde la Declaración de Granada han pasado 11 años y los síntomas de que en Cataluña las aguas del independentismo empezaban a estar agitadas las vislumbró en ese tiempo con claridad, aprensión y preocupación Rubalcaba, que trató, sin éxito, de que Mariano Rajoy las compartiera. El socialista intentó que el líder del PP y presidente del Gobierno accediera a plantear, al menos como estudio, la reforma de la Constitución para perfilar y afinar lo que él, como la mayoría de los socialistas, defendían: un paso más en el avance de la España federal con la España autonómica como punto de partida.

En el PSOE sí consiguió el debate y la aprobación de un extenso documento de máxima relevancia. “La inclusión en la Constitución de los principios de lealtad federal y colaboración”, son frases que recorren el texto. “Quienes siempre hemos defendido la Constitución y el Estado Autonómico planteamos actualizarlo y perfeccionarlo en una perspectiva federal, porque el federalismo debe ser el modelo definitorio de nuestra organización territorial como en otros muchos grandes Estados del mundo”. Este párrafo de la declaración de la ciudad andaluza se considera perfectamente trasladable al futuro texto que salga del congreso de noviembre en Sevilla. Entonces y ahora en el PSOE se descarta la defensa de una España “confederal”. Si en este modelo federal que defenderá el congreso del PSOE cabe una financiación específica para Cataluña, está por ver. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, será la avanzadilla forzosa de las explicaciones del Gobierno sobre el acuerdo fiscal con ERC, aún por desarrollar, al haber sido requerida por el PP a explicar este miércoles en el Senado qué significa y qué consecuencias tendrá para el resto de las comunidades.

No es previsible que la vicepresidenta aporte este miércoles todos los detalles, ni siquiera el grueso, pero sí tratará de tranquilizar al resto de las comunidades autónomas y a los líderes territoriales de su partido. Antes de que el presidente emprenda viaje a China a finales de esta semana, tendrá al menos dos ocasiones para expresar sus intenciones. La máxima expectación se sitúa en el comité federal del próximo sábado del que saldrá la convocatoria del Congreso Federal y en el que enunciará sus principales objetivos. El congreso le da la oportunidad, ya desde su anuncio, de tomar la iniciativa, reconocen distintos interlocutores. La inquietud recorre algunas federaciones y no solo por la financiación de Cataluña, sino por los tambores que anuncian deseos de procurar cambio de líderes territoriales. Ninguno de los actuales secretarios generales encuentra razones para ser desplazado. Tampoco hay seguridad de que desde Ferraz puedan producirse con éxito movimientos para desbancarlos. Sí hay coincidencia de que los contrarios a Sánchez no constituyen una amenaza para el líder socialista. Sí permanecerá la zozobra parlamentaria por ausencia de una mayoría asegurada.