El Rey visita los países Bálticos en plena escalada rusa en Ucrania
Felipe VI viaja este domingo a Estonia, Letonia y Lituania en un viaje oficial en el que también se reunirá con las tropas españolas desplegadas en el flanco Este de la OTAN
Felipe VI retoma su agenda de viajes oficiales, y lo hace con una visita, de domingo a martes, a las tres repúblicas bálticas: Estonia, Letonia y Lituania. En plena escalada rusa en Ucrania ―donde todos los expertos alertan de una intensa ofensiva de verano por parte del Ejército de Vladímir Putin― y cuando todavía dura la resaca del ascenso de la ultraderecha en las elecciones europeas, el Rey inicia un tour de tres días para mostrar el apoyo de España a estas repúblicas exsoviéticas y en el que también sacará tiempo para visitar a las tropas españolas desplegadas en este flanco Este de la OTAN. “Estos países se consideran muy vulnerables frente a Rusia. (...) Y toda solidaridad con ellos es importante y la agradecen”, explica el experto en Seguridad y Defensa internacional Félix Arteaga.
Europa está en una “situación de preguerra”, continúa el experto al teléfono. Es “la situación más peligrosa tras la Segunda Guerra Mundial”, decía la ministra de Defensa, Margarita Robles, hace unos días durante un evento con una decena de embajadoras mujeres en Madrid. Un duro mensaje que cada vez se escucha más alto en las capitales de los 27. Y los Bálticos es una región de lo más activa en este contexto, en el que Rusia representa una amenaza real casi diaria a través de su guerra híbrida: sabotajes, cambios de fronteras, ciberataques y propagación de noticias falsas.
Desde que Rusia se anexionó la península de Crimea hace ahora diez años, las tres repúblicas se pusieron en guardia frente a la amenaza de la vecina Rusia alertando a la Unión Europea y a la OTAN, organizaciones de las que forman parte, de lo que podía venir. Así pues, en febrero de 2022, Moscú dio la orden de seguir con su expansionismo hacia Occidente e invadir Ucrania. “Les entró miedo. Corría el riesgo de que entraran los rusos por allí hasta alcanzar el mar Báltico”, arguye el experto. Estonia, Letonia y Lituania (más a Polonia) empezaron a cobrar importancia en Bruselas y su voz se escucha ahora más que nunca. Tanto es así, que la primera ministra estonia, Kaja Kallas, aparece en todas las quinielas para ser la nueva Alta Representante de la diplomacia comunitaria. De confirmarse, Bruselas estaría, pues, mandado un claro mensaje de advertencia a Moscú.
Estonia, Letonia y Lituania son tres países que cumplen a rajatabla con el compromiso de los países miembros de la OTAN de aportar el 2% del PIB a la Alianza, algo a lo que España no llega ni de lejos, situándose a la cola de sus aliados con una aportación de tan solo el 1,28% de su riqueza. Sin embargo, estas repúblicas, con una población que apenas alcanza los cinco millones de habitantes en su conjunto, “no tienen apenas Ejército (...) y su aviación no tiene capacidad de combate”, explica Arteaga. Por eso España lleva años enviando efectivos a esta zona, que ahora se han vuelto permanentes, lo cual es una “novedad”, explica Arteaga al teléfono para añadir que “el trasfondo [de la presencia del Rey] no es tanto poner de relieve lo que hacemos [el Ejército de España], que también, sino mostrar la solidaridad” con estos países.
Felipe VI visitará, además de los lugares habituales en una visita oficial ―Parlamento, jefatura del Estado, ofrenda floral a los caídos―, el buque anfibio de la Armada Juan Carlos I, que tras efectuar unos ejercicios de disuasión en el Mediterráneo ahora se encuentra frente a Tallin (Estonia); la base militar de Adazi (Letonia), donde España tiene presencia en el marco de la OTAN; y la base aérea de Siauliai (Lituania), para conocer de cerca al contingente español que desde hace una década forma parte de la misión de Policía del Báltico de la Alianza Atlántica. Con esta visita, España “justifica que ha cumplido con la OTAN mostrando que también se le da importancia a esta zona, y que no solo le preocupa el Sur [en referencia al Sahel]”, revela el experto.
España tiene presencia en el Báltico desde hace años como línea fronteriza de la OTAN, pero la guerra en Ucrania ha hecho levantar las espadas y, según Arteaga, existe una necesidad de que las fuerzas desplegadas que van a recibir la presencia de su comandante en jefe (el Rey) por tierra, mar y aire estén a un nivel operativo “muy alto” en estos momentos en los que todo apunta a que Rusia se está rearmando y retomando posiciones de cara a una gran ofensiva de verano, según las informaciones de muchos analistas a las que una fuente comunitaria de máximo nivel le dan toda credibilidad. “La amenaza rusa es factible. Tampoco uno se creía que Rusia fuera a hacer lo que ha hecho”, sentencia Arteaga, doctorado en Relaciones Internacionales y miembro de la red del Real Instituto Elcano, en referencia a la invasión de Ucrania de hace dos años.
Ofrendas, flores y cenas
El viaje oficial comenzará el domingo en Tallin, la capital estonia. Allí se reunirá con el presidente del pequeño país báltico, Alar Karis. Después irá al Riigikogu (Parlamento), un pequeño edificio que corona una colina en el centro de la ciudad. Ya por la tarde, el Rey se embarcará en el Juan Carlos I, el buque insignia de la Armada, que continúa sus ejercicios Dédalo24 en aguas del mar Báltico en su estrategia común de disuasión a Rusia. La semana terminará para Felipe VI ―que el miércoles celebró por todo lo alto el décimo aniversario de su proclamación como jefe del Estado― con una cena en el Palacio Presidencial de Estonia, según ha informado el Ministerio de Exteriores.
El lunes, el Rey se dirigirá a primera ahora a Lituania, donde se reunirá, como es pertinente en una visita oficial, con el presidente de ese país, Gitanas Nauseda. Más tarde acudirá a la ofrenda floral en el memorial por los caídos por la independencia (de Rusia, precisamente) en el cementerio de Antakalnis, en el este del centro de Vilna, la capital del país. También hará un recorrido por la Seimas (Parlamento). La tarde está reservada para la visita a la Base Aérea de Siauliai, (en el norte del país), donde mantendrá un encuentro con el destacamento español (unas 150 personas) que participa en la misión de Policía Aérea del Báltico (BAP) de la OTAN que se encarga desde 2004 de vigilar el cielo de las tres repúblicas exsoviéticas. “Hay invasión del espacio aéreo constantemente y nuestros aviones [del Ejército de España], los cazas, salen a interceptar cada dos por tres”, añade Arteaga. Y es que la aviación de los tres países bálticos “no tiene capacidad de combate”, continúa.
Y finalmente, Letonia, el país con una enorme población rusoparlante (alrededor del 25%). También aquí mantendrá reuniones con el presidente, Edgars Rinkevics, y acudirá a la ofrenda floral en el Monumento a la Libertad en Riga. Allí mismo, Felipe VI se reunirá con la primera ministra, Evika Silina, y visitará la Saeima (Parlamento). Además, el Rey visitará el Museo de la Ocupación ―de Rusia primero, de la Alemania nazi y de la URSS después― como hacen muchos mandatarios de alto nivel que visitan este país. Ese mismo martes, antes de regresar a España, Felipe VI se encontrará con el contingente español en la base militar de Adazi (al norte de la capital), dentro de la misión de la OTAN Presencia Avanzada Reforzada (eFP, en sus siglas en inglés) en la que España cuenta con 650 efectivos. Es una fuerza terrestre muy importante, casi como la que tiene en Líbano, ilustra Arteaga. En definitiva, “son unidades preparadas para lo que se le venga encima”, cierra el experto.
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