_
_
_
_
_

Sánchez exhibe su protagonismo internacional y sitúa al PP en “la nada y el lodo”

Feijóo da un paso adelante y otro atrás sobre Palestina: acepta reconocerla como Estado, pero no ahora

En primer plano, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Detrás, en sus escaños, el presidente, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera, María José Montero, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
En primer plano, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Detrás, en sus escaños, el presidente, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera, María José Montero, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.Samuel Sánchez
Xosé Hermida

Pedro Sánchez llegó temprano este miércoles al Congreso resuelto a elevarse sobre el albañal en que se había sumido en las últimas semanas el debate parlamentario. El presidente afrontaba una de sus periódicas y obligadas comparecencias para informar de los acuerdos del último Consejo Europeo, una cita que suele dar pie a hablar de todo menos del motivo de la convocatoria. Pero esta vez Sánchez estaba empeñado en exhibir protagonismo internacional y no caer de nuevo en el frenético tiovivo de acusaciones cruzadas con el PP. Y aunque le costó trabajo, porque Alberto Núñez Feijóo intentó llevar el debate a un terreno más favorable, lo acabó consiguiendo. De tal modo que no se oyó ni una vez la palabra Koldo y la amnistía sonó solo como un eco lejano de una discusión en la que se habló mucho de Ucrania, de Gaza y hasta del Sahel. Un verdadero exotismo para los usos de este Congreso.

Sánchez abrió la jornada con un discurso menos largo de lo habitual en estos casos, unos 36 minutos, y dos ejes principales. Uno, su disposición a reconocer cuanto antes el Estado palestino como respuesta a “uno de los desastres humanitarios más deplorables de este siglo” causado por la respuesta “absolutamente desproporcionada” de Israel a la matanza terrorista de Hamás. Y dos, la necesidad de aumentar el gasto en defensa ante la “beligerancia in crescendo” de la Rusia de Vladímir Putin, no tanto para emprender “una nueva carrera armamentística”, se apresuró a matizar, sino para que Europa sea “respetada”.

Una mayoría de portavoces se atuvo al guion y expuso sus posiciones sobre los asuntos planteados por el presidente, en el caso de la izquierda —y empezando por sus socios gubernamentales de Sumar— para desmarcase del llamamiento a incrementar el arsenal militar. Aitor Esteban, del PNV, y Cristina Valido, de Coalición Canaria, incluso le reprocharon que pasase por alto la explosiva situación en el Sahel. Las excepciones fueron Míriam Nogueras, de Junts, que insistió con el discurso del “expolio fiscal” a Cataluña y volvió a llamar prevaricadores a los jueces; Alberto Catalán, de UPN, que sacó a relucir a ETA, y Santiago Abascal, de Vox, quien dedicó buena parte de su intervención a atacar a Sánchez por su visita a Cuelgamuros, el antiguo Valle de los Caídos, donde, según él, reposan los restos de las “víctimas del PSOE”. “Solo los salvajes y los bárbaros se fotografían con sus víctimas”, remachó. Los socialistas ya ni se inmutan al escuchar las enormidades de la extrema derecha. El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, en cambio, se indignó con Abascal: “Hace falta ser fascista y mala persona, si es que hay alguna diferencia”.

La portavoz parlamentaria de Junts, Míriam Nogueras, interviene en la sesión de control al Gobierno, éste miércoles en el Congreso.
La portavoz parlamentaria de Junts, Míriam Nogueras, interviene en la sesión de control al Gobierno, éste miércoles en el Congreso. Samuel Sánchez

Feijóo se movió entre dos aguas. Empezó ironizando con que Sánchez había hablado tanto de la paz que parecía la “reencarnación de Gandhi” y volvió a insinuar de forma resbaladiza que Marruecos chantajea al presidente tras espiar su móvil. Pero, a los tres minutos de iniciado su discurso, ya estaba hablando de los pactos con EH Bildu, de Puigdemont y de la “corrupción en su entorno personal”. Sánchez, “al verse acorralado, lo que pretende es distraer” con la cuestiones internacionales, argumentó Feijóo.

En la réplica, el presidente explicitó con nitidez sus intenciones. Comentó en tono grave que todas las zonas fronterizas con Europa están en guerra o bajo la amenaza yihadista y que al líder del PP “nunca se le escucha hablar de esto”. “No habla del desastre humano que se está produciendo en Gaza”, insistió, “solo pone cara de circunstancias y silencio incómodo”. Si José María Aznar dice que no se puede reconocer el Estado palestino, a pesar de que el PP lo llevaba en su programa, Feijóo “baja la cabeza y asiente”, perseveró Sánchez. En tono paternalista, llegó a recomendar al líder de la oposición que “estudie” para adquirir mayores conocimientos de política internacional. Y pronunció la letanía que iría repitiendo sin cesar durante toda la mañana: frente al protagonismo internacional de España y sus buenos datos económicos, Feijóo solo opone “el lodo y la nada”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo (en primer término y a la derecha), junto a Miguel Tellado, en la Cámara baja.
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo (en primer término y a la derecha), junto a Miguel Tellado, en la Cámara baja.Samuel Sánchez

Azuzado por Sánchez, el dirigente popular obvió en la política nacional en su contrarréplica y buscó territorios extranjeros más cómodos para él: Venezuela y Marruecos. Sobre el reconocimiento de Palestina había dicho en su primera intervención que se atenía al consenso alcanzado al respecto por el Congreso en 2014, pero que debería esperarse a que den primero el paso “países de más peso”. Luego alegó que “el reconocimiento de un Estado sin condiciones de viabilidad podría ser perjudicial para los palestinos” y añadió nuevos requisitos previos: un alto el fuego en Gaza y la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás. Lo que no salió de labios de Feijóo fue ni un atisbo de condena a la matanza de palestinos, pese a la insistencia con que se lo reclamaron tanto Sánchez como otros portavoces de la izquierda, de Errejón a Gabriel Rufián, de ERC, Oskar Matute, de EH Bildu, o Ione Belarra, de Podemos.

Todos los aliados del Gobierno apoyaron el reconocimiento del Estado palestino. Solo Aitor Esteban, del PNV, introdujo la salvedad de que sus efectos prácticos no irán más allá de un “toque de atención a Israel”. ERC, EH Bildu y Podemos, así como Néstor Rego, del BNG, pidieron la ruptura de relaciones diplomáticas con el país hebreo y criticaron la pasividad internacional, ante la que Sánchez confesó una “frustración enorme”. La izquierda también habló con una sola voz en contra del aumento del gasto en defensa. “El camino no es la escalada belicista que recorre Europa”, sentenció Errejón. Varios pidieron un esfuerzo diplomático en Ucrania, porque, en palabras de Rufián, “con Putin solo se puede empatar”.

El debate dejó además muy patente el malestar del socio minoritario del Gobierno por su papel cada vez más desdibujado. Errejón denunció sin rodeos que el PSOE ha decidido “agudizar la competencia” con Sumar, una “estrategia legítima pero profundamente equivocada”. Se remontó hasta las pasadas elecciones para recordar que el Ejecutivo “se salvó por los pelos” y culminó con una advertencia: “Aquí por separado no se salva nadie”. Sánchez se limitó a proclamar que es bueno que la izquierda “muestre insatisfacción” si a la vez “se valora lo que se hace”. Y evitó sumergirse en mayores honduras. Todo su esfuerzo estaba centrado en recitar, incansable: “La nada y el lodo, señor Feijóo. La nada y el lodo”.

El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón (a la derecha), conversa con el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, este miércoles.
El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón (a la derecha), conversa con el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, este miércoles.Samuel Sánchez

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_