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Sánchez planea el reconocimiento del Estado de Palestina antes del verano

El Gobierno pisa el acelerador y materializará el gesto en plena campaña de las elecciones europeas. El presidente inicia un viaje a Oriente Próximo en el que intentará que los países árabes legitimen también la existencia de Israel

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y el primer ministro belga, Alexander de Croo, el pasado 23 de noviembre en Ramala (Cisjordania).
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y el primer ministro belga, Alexander de Croo, el pasado 23 de noviembre en Ramala (Cisjordania).Luis De Vega Hernández

El Gobierno planea reconocer al Estado palestino en el primer semestre de este año, es decir, antes del verano, según ha confirmado este lunes el propio presidente, Pedro Sánchez, en conversación informal con los periodistas que lo acompañan en un viaje oficial a Oriente Próximo. Sánchez anunció el pasado 9 de marzo que España reconocería a Palestina como Estado “en esta legislatura”, pero el plazo es ahora mucho más corto: antes del verano. Si el compromiso se materializa, coincidirá previsiblemente con la campaña de las elecciones europeas del 9 de junio o se hará en las semanas inmediatamente posteriores. El presidente espera que haya movimientos al respecto en breve. “Hay que estar atentos a las decisiones que se tomen próximamente en Bruselas y Nueva York”, ha asegurado Sánchez

En paralelo, La Moncloa aprovechará viajes como el que comienza hoy para intentar convencer a los países árabes que aún no han reconocido a Israel —como Arabia Saudí y Qatar— de que lo hagan. El presidente aterriza este lunes por la noche en Jordania para iniciar un viaje que le llevará además a Arabia Saudí y a Qatar con un objetivo: tratar de influir en los actores clave de la región para lograr la única solución a la guerra de Gaza que ven viable en La Moncloa: el reconocimiento de la existencia de dos Estados —Israel y Palestina— por parte de toda la comunidad internacional. Ese objetivo requiere que los países occidentales reconozcan a Palestina pero, a la vez, que los árabes lo hagan con Israel. España quiere empujar en ambos sentidos.

La diplomacia española ha buscado en los últimos tiempos concertarse con otros países europeos para no dar en solitario el paso de reconocer al Estado palestino. El pasado día 22 los líderes de España, Eslovenia, Irlanda y Malta aprobaron una declaración conjunta en la que mostraban su disposición a hacerlo “cuando [ese gesto] pueda aportar una contribución positiva y las circunstancias sean las adecuadas”.

De la lista de países dispuestos a dar ese paso se cayeron a última hora Portugal y Bélgica, inmersos en procesos electorales. Malta reconoció ya hace años al Estado palestino por lo que, en realidad, serán solo tres países los que tomarán esta medida: España, Eslovenia e Irlanda. El Gobierno español confía en que otros se sumarán más adelante.

Aunque hace ya una década que el Congreso instó al Gobierno, presidido entonces por Mariano Rajoy, al reconocimiento de Palestina como Estado, la decisión se ha ido demorando. Fuentes diplomáticas estiman que habrá una “ventana de oportunidad” cuando dejen de caer las bombas sobre Gaza —algo que prevén que ocurra en los próximos meses— y antes de que, en noviembre, se celebren las elecciones en Estados Unidos. Esos comicios, si gana Donald Trump, pueden enterrar el apoyo de Washington a la fórmula de los dos Estados..

Ese sería el escenario ideal en el que España aprobaría el reconocimiento del Estado palestino, pero, si no es posible, lo hará igualmente, remarcan las fuentes consultadas. Ante la imposibilidad de que sean los Veintisiete como bloque los que aprueben el reconocimiento —por la cerrada oposición de países como Alemania o Austria y la falta de apoyo de Francia o Italia—, España ha promovido esa “coalición de voluntarios”. Fuentes diplomáticas recuerdan que nueve socios de la UE ya reconocen al Estado palestino; la mayoría son países del Este que lo hicieron cuando aún estaban en la órbita soviética (como Polonia, Hungría, Bulgaria, Rumania, República Checa o Eslovaquia), pero también está Suecia, que lo hizo en solitario en 2014.

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En la gira que inicia hoy, Pedro Sánchez reiterará el apoyo de España a la agencia de la ONU para los refugiados (UNRWA), la exigencia de un alto el fuego inmediato en Gaza (la ofensiva israelí ha causado ya más de 32.000 muertos, en su inmensa mayoría civiles) y la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás. El presidente español, que se ha significado por su condena a la actuación del Gobierno de Benjamín Netanyahu, abogará también por el reconocimiento del Estado israelí por parte de los países árabes que aún no lo han hecho, empezando por Arabia Saudí, que estaba muy cerca de hacerlo cuando el 7 de octubre se produjo el ataque terrorista de Hamás.

Esta es la tercera visita del jefe del Gobierno a la región desde entonces: el 21 de octubre estuvo en una cumbre internacional sobre Gaza en Egipto y en noviembre regresó a este último país y visitó Israel y Palestina junto al primer ministro belga, Alexander de Croo. Arabia Saudí y Qatar tienen, además de su relevancia política en el conflicto, una relación estratégica con EE UU, y son decisivos en la región por motivos políticos y económicos.

Momento “trascendental”

El Gobierno sostiene que el viaje llega en un momento “trascendental”, después de la resolución de la ONU que pide un alto el fuego. España lidera la posición más clara en la UE de reproche a los bombardeos indiscriminados de Israel, y esta visita tiene esa lógica. Sánchez comienza el viaje oficial el martes con una simbólica visita en Jordania a un campo de refugiados de la UNRWA, la organización de la ONU atacada por Israel, que la acusa de ayudar a Hamás, y defendida en todo momento por España mientras otros países congelaban las ayudas. El respaldo al “trabajo fundamental e irremplazable” de la UNWRA, según fuentes del Gobierno, será así muy evidente. Hay 2,4 millones de refugiados palestinos en Jordania.

El viaje en sí es muy simbólico, ya que hacía 15 años, desde José Luis Rodríguez Zapatero, que ningún presidente español visitaba Jordania y Arabia Saudí. Es una visita eminentemente política, como lo fue la que Sánchez y el belga De Croo hicieron en noviembre a Israel, Palestina y Egipto, pero también tiene una pata económica, al visitar dos países que tienen enormes intereses en el Ibex 35 español, donde sus fondos soberanos son principales accionistas de grandes empresas españolas. Según La Moncloa, pese a que los saudíes han comprado un 9,9% de Telefónica, lo que llevó al Gobierno a anunciar la compra del 10% para que el Estado español sea el principal accionista, ese asunto no está, en principio, en la agenda del encuentro entre Sánchez y el príncipe heredero Mohamed Bin Salman.

Sánchez tampoco lleva en la agenda la posibilidad de reclamar el respeto a los derechos humanos en regímenes autoritarios como Arabia Saudí y Qatar. Fuentes de La Moncloa señalan que “hay otros foros” para tratar estas cuestiones.

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