El PSE se presenta como el dique que “impedirá” que EH Bildu llegue al poder en Euskadi
El candidato Eneko Andueza se ve “ganador” y está convencido de que los socialistas vascos serán “decisivos e imprescindibles” en la formación del futuro Gobierno vasco
La carrera hasta las elecciones vascas del 21 de abril ya está lanzada. El candidato socialista a lehendakari, Eneko Andueza (Eibar, Gipuzkoa, 44 años), se muestra convencido de que ese día por la noche se convertirá en “la persona que va a tener la llave del rumbo y el futuro del País Vasco”. “Vamos a ganar las elecciones”, afirma, rotundo. Recibe a EL PAÍS este pasado jueves por la mañana en el Parlamento vasco, sin conocer en ese momento la fecha de los comicios autonómicos que Iñigo Urkullu dio a conocer públicamente unas horas después. Andueza intuye que su partido va a ser “imprescindible” y “decisivo” en la conformación del futuro Gobierno autónomo. Si de él depende, EH Bildu seguirá en la oposición: “Lo único que le interesa a EH Bildu es llegar como sea al poder. Pues bien, el partido que va a impedir que EH Bildu gobierne en Euskadi será el PSE-EE”.
“He dicho por activa y por pasiva que no vamos a hacer lehendakari a un candidato de EH Bildu, ni vamos a firmar ningún acuerdo de gobierno con EH Bildu. Lo mantengo. Y dicho esto, si tengo la posibilidad de formar gobierno, buscaré mayorías estables que no nos metan en enredos nacionalistas y sellaré acuerdos con aquellos grupos que estén dispuestos a centrar la política en lo que verdaderamente importa a la ciudadanía, que es mejorar la sanidad, la educación y la seguridad ciudadana. Tengo muy claro con quién no voy a pactar. Y no voy a pactar en ningún caso con Bildu”, declara el candidato y líder de los socialistas vascos desde 2021.
Los malos resultados del PSdeG en Galicia (cinco escaños menos), el tensionamiento de la política nacional o el empate a escaños entre el PNV y EH Bildu que pronostican las encuestas no son un buen presagio para las aspiraciones del PSE. Andueza niega la mayor: “Euskadi no es Galicia. Aquí gobierna el Partido Socialista, tenemos un liderazgo sólido, un partido unido y hemos demostrado capacidad de gestión, de buena gestión. Somos una marca al alza con margen de crecimiento. Salimos con el ánimo de ganar”.
El PSE-EE fue la fuerza más votada en Euskadi en las legislativas de julio de 2023 pese a que los sondeos le situaban como tercera fuerza, recuerda Andueza. En el País Vasco siempre ha ganado el PNV en las autonómicas, excepto en 1986, cuando ganaron los socialistas en plena crisis nacionalista tras la escisión en el PNV. Para la cita del 21 de abril, el sociómetro vasco vaticina una pugna muy cerrada entre los nacionalistas: el PNV obtendría 27 escaños (cuatro menos que hace cuatro años), los mismos que EH Bildu (seis más), y el PSE lograría 11 parlamentarios (uno más).
Si se cumplen estas previsiones, los socialistas jugarán un papel clave en la gobernabilidad, pero Andueza observa un riesgo: “El candidato del PNV se ha declarado independentista y podría firmar un acuerdo con Bildu para lograr ese objetivo. Yo no quiero para Euskadi una reedición del pacto de Lizarra, ni un plan Ibarretxe II, ni muchísimo menos vernos inmersos en un procés a la vasca. Pero no tengo ninguna duda de que si en algún momento el PNV ve en riesgo el futuro del Gobierno vasco se tirará a los brazos de EH Bildu. Ya lo ha hecho en otros momentos más delicados de la historia en Ayuntamientos y diputaciones. Ese riesgo sigue estando ahí si ve peligrar su hegemonía”. Por eso, dice, es “más importante que nunca” que el PSE siga liderando las instituciones”, porque es “la garantía de que en el centro del tablero político estarán los temas que preocupan a los ciudadanos”.
El candidato abertzale Pello Otxandiano ha defendido que gobierne la lista más votada, un planteamiento que se realiza “desde la prepotencia de quien se cree ganador antes de que la gente vote”, apuntilla Andueza. “Quienes lo proponen suelen terminan siendo presos de sus palabras, porque luego quieren gobernar aún no siendo la lista más votada”, añade. El candidato socialista no cierra la puerta a gobernar con un apoyo externo de EH Bildu, una fórmula que está vigente en Navarra, aunque recela de las intenciones del partido de Arnaldo Otegi: “EH Bildu siempre antepone las cuestiones identitarias a las cuestiones pragmáticas. No va a renunciar nunca a la independencia porque supondría una enmienda a la totalidad a todo su recorrido histórico. De ese objetivo no se va a descabalgar y mientras no se descabalgue, nada tienen que hacer con el PSE. Ellos se autodenominan izquierda abertzale, pero de izquierdas tienen muy poco y abertzales, demasiado”.
¿Y la reedición de la alianza PNV-PSE que se mantiene en Ayuntamientos y diputaciones desde 2015 y en el Ejecutivo vasco desde 2016? El candidato del PNV, Imanol Pradales, ya ha reconocido que se siente “cómodo” con esta coalición. Andueza incide en el papel decisivo que va a jugar su formación: “Me atrevo a decir que no es que vayamos a ser decisivos en el próximo Gobierno vasco; vamos a ser imprescindibles en el rumbo que van a tomar las políticas de este país. Las últimas elecciones el PNV ha recibido un castigo y el PSE ha salido premiado. El modelo del PNV está agotado, mientras el nuestro está demostrado que da buenos resultados”.
Sobre la deriva nacionalista que puede adoptar la política vasca si el PNV y EH Bildu salen reforzados en las urnas, el candidato socialista advierte de que “el nivel de autogobierno en el País Vasco es probablemente el más alto de cualquier región europea” porque “se gestiona más de 96 de cada 100 euros recaudados”. En breve se cerrará el traspaso de otras tres competencias (los ferrocarriles de Cercanías, la homologación de títulos universitarios y la política de inmigración), con lo que “esa cifra se verá incrementada”. “La clave es sacar el máximo rendimiento a las competencias que tenemos, se trata de fortalecer las herramientas que nos brinda este autogobierno”, asevera.
Andueza reconoce estar preocupado por el grado de crispación que se da en la política nacional y hace suya una observación realizada por el profesor de sociología Imanol Zubero, exsenador socialista, quien sostiene que España sufre “una brutalización en la política”, más que una polarización. “A mí me preocupa el populismo que está instalado en España y en la sede [nacional del PP] de Génova. El PP se ha tirado a los brazos de la extrema derecha. Su discurso es demagógico, plagado de mentiras, violento e irrespetuoso hacia el adversario. Es terriblemente dañino que un partido que se supone con sentido de Estado esté constantemente poniendo en tela de juicio la calidad de nuestra democracia por el mero objetivo de querer llegar a la Moncloa a toda costa”.
Ve “firme” a Pedro Sánchez, capaz de agotar la legislatura y, ante el problema catalán, “con el ánimo de fortalecer la convivencia, de cerrar las heridas que hay en Cataluña y de no permitir que la ruptura de Cataluña con España pueda ser un hecho, como sucedió con el Gobierno de Mariano Rajoy”. Y desea lo siguiente: “Espero que, que como dice el presidente [José Luis Rodríguez] Zapatero, dentro de unos años podamos decir, al hablar de Cataluña, exactamente lo mismo que decimos actualmente cuando hablamos de ETA y la paz. Fuimos los socialistas quienes lo arreglamos y los que conquistamos la paz para el conjunto de la ciudadanía”.
¿No está pagando el presidente del Gobierno un precio demasiado alto para lograr la gobernabilidad? Andueza opina que “esa misma pregunta se la solían hacer a Zapatero cuando apostó firmemente por el diálogo para conseguir la paz”. El dirigente socialista vasco, que vivió nueve años de su juventud escoltado, lamenta que el comportamiento que está teniendo el PP le retrotrae al pasado violento en Euskadi: “No tuvieron ningún complejo en instrumentalizar a las víctimas del terrorismo, en sacarlas a la calle para reprocharnos cosas absolutamente deleznables, en acusarnos de traicionar a las víctimas, incluso apenas 48 horas antes de que asesinaran a un amigo mío como Isaías Carrasco (edil de Mondragón asesinado en marzo de 2008 por ETA). Nunca han tenido el complejo ni la vergüenza para hacer ese tipo de cosas y es precisamente lo que están haciendo ahora. Calificar como terrorismo las acciones que se vivieron en Cataluña me parece una banalización del terrorismo. Nosotros, que sabemos perfectamente lo que es el terrorismo, podemos decir que lo que sucedió en Cataluña puede calificarse de otras muchas maneras, pero en ningún caso como terrorismo”.
Y concluye con una defensa de la estrategia de su partido en lo que atañe a Cataluña: “Lo que está haciendo el PSOE desde hace más de cinco años es arreglar un problema que generaron, por un lado, los independentistas con sus obsesiones y, por otro lado, el PP con su falta de capacidad para solucionar un problema político terrible en Cataluña que tiene una derivada para el conjunto de la nación”.
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