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La inmersión lingüística en Cataluña provoca una bronca en la Eurocámara

La presidenta de la Comisión de Peticiones, la popular Dolors Montserrat, rechaza las demandas de posponer el debate sobre el uso del catalán en la escuela entre acusaciones de distraer la atención de las elecciones gallegas y la “metedura de pata” de Feijóo

Parlamento Europeo
Comisión de peticiones del Parlamento Europeo, el pasado diciembre.Kike Rincón (Europa Press)
Silvia Ayuso

“Vergüenza”. “Instrumentalización”. Dos eurodiputadas no españolas han usado estas palabras a cuenta de la nueva bronca ibérica que ha habido en la controvertida Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo presidida por la popular Dolors Montserrat, repetidamente acusada de usar esta especie de ventanilla de atención ciudadana europea para avanzar intereses del PP en Bruselas. Los eurodiputados debatían sobre las conclusiones de la misión de eurodiputados —casi todos en el espectro de la derecha y ultraderecha— que viajaron en diciembre a Barcelona para analizar el modelo de inmersión lingüística en las escuelas catalanas. La izquierda boicoteó la iniciativa y ahora también se ha mostrado muy crítica con sus conclusiones. La eurodiputada socialista Cristina Maestre, ha reprochado que el PP intente decirle a un país qué hacer sobre “una competencia exclusiva de los Estados miembros”.

Los ánimos venían ya caldeados por la agenda de la sesión, que abría con la presentación del borrador del polémico informe sobre la inmersión lingüística en Cataluña, impulsado por las fuerzas más conservadoras de la sala. Rápidamente, se cruzaron en la sala de la Eurocámara las acusaciones al PP de intentar distraer la atención mediática en España con este informe, ante el nerviosismo por las elecciones gallegas del domingo y los recientes cuestionamientos al líder popular, Alberto Núñez Feijóo, por sus negociaciones —o no— con los independentistas catalanes previas a la investidura.

“Se nota mucho que Feijóo ha metido la pata esta semana y ustedes están empeñados en cambiar el ritmo del discurso político en España”, acusó la socialista Cristina Maestre, que lamentó el “paripé” montado y recordó que hay peticionarios que llevan “años” esperando a que se debatan temas “de vida o muerte” en esta comisión, mientras que la cuestión del catalán es “la sexta vez en esta legislatura” que se discute. “No siga ahondando en el daño y desprestigio de esta comisión, aparente imparcial”, le espetó a Montserrat el eurodiputado de Junts Toni Comín, para quien este tipo de sesiones “perjudican la reputación” de toda la Eurocámara.

Los representantes de las formaciones de centro e izquierda, desde socialdemócratas a verdes y la izquierda europeas, habían pedido que el debate se pospusiera porque, argumentaron, recibieron el borrador del informe con menos de 24 horas de tiempo para analizarlo. Normalmente, estos documentos también se cuelgan el día antes en la web de la Eurocámara. En esta ocasión no ha ocurrido, aunque ha sido filtrado a los medios.

Pero Montserrat rechazó sus argumentos. ”El calendario se presentó hace un mes y nadie dijo nada”, replicó, y mantuvo la agenda, ignorando las críticas. Otros eurodiputados, como el conservador alemán Peter Jahr, que participó en la misión de tres días en diciembre a Cataluña, acusó a los críticos de usar el reglamento para eludir el debate.

Los presentes en la Comisión, a la que empezaron a llegar más eurodiputados populares cuando subió el tono de la discusión, pasaron más tiempo discutiendo si se debía empezar a debatir ya el borrador del informe que hablando sobre el mismo. El informe concluye que el Gobierno catalán “no está aplicando actualmente” las sentencias que obligan a garantizar un 25% de clases en español en el sistema educativo y propone una serie de medidas —no vinculantes— para garantizar el mismo tratamiento para el español y el catalán como lengua vehicular de la enseñanza.

La jefa de la misión, la estonia Jana Toom de Renew, el grupo liberal europeo donde se sienta Ciudadanos, se dijo “avergonzada” por la bronca montada y aseguró que las recomendaciones que ha presentado su equipo buscan “presentar un informe equilibrado que represente la diversidad lingüística de Cataluña, a la vez que garantiza que todos los estudiantes tengan el mismo acceso a la educación”. No obstante, la italiana Mariangela Danzì, del Movimiento 5 Estrellas y que también participó en la misión, reconoció que se sintió incómoda por la ausencia de formaciones no conservadoras en el viaje. “Quizás haya habido una instrumentalización del asunto y eso no sirve a los intereses del Parlamento Europeo”, advirtió.

La socialista Maestre acusó a la Comisión de Peticiones “copada por el PP y la ultraderecha española” de intentar decirle a un país qué hacer sobre “una competencia exclusiva de los Estados miembros”. Del mismo modo, la eurodiputada de ERC Diana Riba recordó que “la Comisión [Europea] dejó claro en 2017, y cada vez que ha venido a este comité a hablar de este tema, que no se tienen competencias para abrir esta petición y que, no solo se ha abierto, sino que se ha hecho una misión a Cataluña”.

“Claramente, es una misión de la derecha y la extrema derecha española, no es la posición de la Comisión Europea, ni la del Parlamento Europeo”, recriminó la eurodiputada catalana, que acusó a Montserrat de “aprovechar esta comisión para un show mediático que pagan todos los contribuyentes y para su campaña política”.

La eurodiputada de Cs Maite Pagaza, adelantó que su grupo presentará enmiendas al informe convencida, dijo, que “cuando el Gobierno de un país permite que los derechos fundamentales sean vulnerados, la Comisión Europea sí tiene obligación de actuar”. El debate de este miércoles ha sido apenas la antesala de una discusión que probablemente continuará en los próximos meses. Los eurodiputados tienen de plazo hasta el 1 de marzo para presentar enmiendas al informe antes de ser sometido a votación, según Montserrat el 19 de marzo.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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