Feijóo retrasa su apuesta en Cataluña a después de las europeas
Fuentes de la ejecutiva del PP instan al partido a distanciarse de la Operación Cataluña: “Lo de la cortina de humo ya lo decíamos sobre el ‘caso Gürtel’ y la Kitchen”. Alejandro Fernández gana opciones para quedarse ante la falta de una alternativa que le gane un congreso
Patada hacia delante hasta el segundo semestre del año. Alberto Núñez Feijóo no tiene prisa para decidir qué proyecto político va a presentar en Cataluña, a pesar de que su discurso nacional pivota sobre el rechazo a la propuesta del PSOE para el problema catalán, la ley de amnistía. El líder del PP ha optado por retrasar el único congreso autonómico que tiene pendiente, el catalán, hasta después de las elecciones europeas del próximo mes de junio, según confirman fuentes de su equipo directo. La dirección nacional del partido quiere decidir antes “el qué, y luego el quién” ―es decir, primero la estrategia y después el liderazgo del partido en Cataluña― y para eso pretende utilizar las europeas como la “súper encuesta” que le ayude a tomar la decisión estratégica en un territorio clave, donde votan casi cinco millones y medio de ciudadanos.
Feijóo tropieza con la estrategia en Cataluña desde que llegó a la presidencia del PP, hace algo más de año y medio, con una sucesión de vaivenes y rectificaciones sobre cuestiones de política catalana. Al líder del PP, además, le urge levantar el vuelo en esa comunidad para superar los exiguos tres escaños que el partido consiguió en las pasadas elecciones catalanas de 2021, teniendo en cuenta que algunos sectores de la dirección creen que pueden celebrarse de nuevo en otoño de este año. Pero Feijóo no mueve todavía ficha, mientras los contactos con Junts, la propuesta de disolución de partidos políticos ―que se ha metido ahora en un cajón― y la Operación Cataluña enmarañan su posición política en el único territorio en el que no se ha despejado aún el congreso del partido.
La última china en el zapato para el proyecto del PP en Cataluña es la presunta utilización de recursos públicos por parte el Gobierno de Mariano Rajoy para la guerra sucia contra el independentismo catalán, la llamada Operación Cataluña, de la que han aparecido nuevas revelaciones periodísticas. La cúpula de Feijóo ha optado por desdeñar estas informaciones argumentando que son una estratagema del Gobierno de Pedro Sánchez para desviar la atención de la amnistía, pero tampoco esta es una decisión unánime en el PP. Fuentes de la ejecutiva creen que habría que romper el silencio sobre este caso y distanciarse de él. “Lo de la cortina de humo ya lo decíamos sobre el caso Gürtel y la Kitchen”, se quejan estas fuentes.
El actual líder del PP catalán, Alejandro Fernández, es el único dirigente del partido que se ha desmarcado en público de la Operación Cataluña. El diputado del Parlament ha desafiado también la línea oficial del PP por los contactos con Junts para la investidura del líder popular, a los que se opuso. Fue a consecuencia de ese choque cuando la dirección nacional barajó destituirle del cargo, para lo que sopesaba celebrar el congreso antes de final del año pasado. Pero al final la cúpula ha tenido que aceptar que no es fácil ganar a Fernández un cónclave interno, porque ha mantenido un discurso ideológicamente coherente que tiene apoyo entre las bases. Tampoco tiene malos datos en las encuestas. El último sondeo CEO catalán, del pasado noviembre, prevé una subida para el PP hasta alcanzar una horquilla de entre 12 y 17 diputados (mientras pronostica una victoria para el PSC con entre 39 y 45 escaños).
“Alejandro ha jugado bien sus cartas”, resume un dirigente de peso del PP catalán, que considera que lo más probable es que el diputado del Parlament continúe al frente del partido porque “no hay nadie para sustituirle”. El exvicesecretario de Organización y actual portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, transmitió a Fernández en privado que la dirección prefería ir a un escenario de distensión.
El congreso interno, por tanto, se celebrará en la segunda mitad del año, aunque Génova no da por seguro a Fernández y asegura que primero hay que definir el qué y después el quién, porque en función del espacio político que se busque representar un perfil encajará más que otro. La dirección medita si debe centrase en disputar el electorado a Ciudadanos, que obtuvo seis escaños en las últimas catalanas, o bien si debe buscar la parte del de la antigua Convergència (hoy transformada en Junts, con 32 diputados), o el de Vox, que cuenta con 12. La cúpula analizará el resultado de los partidos catalanes en las europeas para decidirlo.
El PP catalán tiene también debate interno sobre la estrategia. Unos sectores apuestan por defender un PP “catalanista” y otros por buscar “el espacio de Ciudadanos antes de irse al traste, que se resume en defender los derechos y libertades de todos los catalanes”, apuntan fuentes de ambos. Pero la clave, coinciden algunos de los principales dirigentes catalanes, es que Génova permita al partido en Cataluña pilotar su propio proyecto y renuncie a tutelarlo, porque eso siempre se ha visto con malos ojos en Cataluña. De momento, Feijóo opta por ganar tiempo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.