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El candidato del PP para mediar en la renovación del CGPJ busca un puesto que lo alejará de Bruselas

El Gobierno belga ha designado al comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, como candidato a secretario general del Consejo de Europa

Didier Reynders
El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, ahora candidato belga al Consejo de Europa.OLIVIER MATTHYS (EFE)
Silvia Ayuso

El Gobierno belga ha presentado este miércoles la candidatura del actual comisario de Justicia, Didier Reynders, al puesto de secretario general del Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo. Un paso que podría acabar con los deseos del PP de que el veterano político belga se convierta en el mediador en las negociaciones con el PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ): si su candidatura para dirigir la institución compuesta por 46 Estados del continente sale adelante, lo más probable es que, en algún momento en las próximas semanas o meses, se tome una excedencia de Bruselas, al menos hasta que se produzca la votación final, prevista en junio.

La Comisión Europea no se ha pronunciado aún sobre la petición española para que la negociación para renovar el órgano de gobierno de los jueces, cuyo mandato lleva caducado más de cinco años, sea supervisada por Bruselas. La solicitud, de la que depende el comienzo de las discusiones, le llegó formalmente al Ejecutivo europeo el 23 de diciembre, después del acuerdo alcanzado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de los populares, Alberto Núñez Feijóo, para destrabar las negociaciones. A propuesta del líder del PP, el nombre de Reynders fue puesto sobre la mesa. Para los populares, el liberal belga era la persona “adecuada” y “procedente” para ese papel de mediación. Y aunque el Gobierno no veía con malos ojos a otra posible candidata, como la vicepresidenta Věra Jourová, responsable de Valores y Transparencia, no puso objeciones a la opción Reynders, pese a ser considerado una figura muy cercana al PP y a Cs.

El comisario de Justicia lleva años reclamando a España la renovación urgente del CGPJ y visitó España a finales de 2022, en un intento frustrado de destrabar las negociaciones. El hecho de que poco antes de su viaje se reuniera discretamente con el entonces eurodiputado y hoy mano derecha de Feijóo, Esteban González Pons, pero con nadie del PSOE, provocó malestar en las filas socialistas, al igual que la carta al Gobierno de Sánchez que Reynders envió el pasado noviembre manifestando “serias preocupaciones” por los “debates en curso” sobre la “posible aprobación de una ley de amnistía”, antes incluso de que hubiera un texto sobre la mesa.

En cualquier caso, debido a los tiempos y costumbres que marca la Comisión cuando uno de sus miembros opta a un puesto fuera del Ejecutivo europeo, la opción Reynders se aleja ahora, independientemente de que Bruselas acabe aceptando o no mediar a algún nivel en la disputa, una decisión que podría tardar además semanas. Un portavoz ya dejó claro este lunes que Bruselas se tomará su tiempo, subrayando que no forma parte de sus tareas habituales sino que la renovación del CGPJ es ante todo “responsabilidad” de España, aunque haya accedido a estudiar la propuesta.

El ejemplo más inmediato al caso de Reynders es el de la comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager. Tras anunciar a finales de junio que el Gobierno danés la había postulado para la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Vestager se tomó una excedencia en septiembre para centrarse en su campaña, en una carrera que terminó perdiendo ante la española Nadia Calviño, quien asumió su nuevo cargo el 1 de enero.

La decisión de hacer una pausa no pagada —o de abandonar el puesto definitivamente, como hizo también en el verano el vicepresidente para el Pacto Verde, Frans Timmermans, para dar el salto a la política nacional holandesa— no es necesariamente obligatoria. Eso sí, el Código de Conducta de Comisión Europea, actualizado en 2018, prevé que la decisión queda en manos del presidente —o presidenta, Ursula von der Leyen, en este caso— de la Comisión, quien “teniendo en cuenta las circunstancias particulares del caso, deberá decidir si la participación en dicha campaña electoral es compatible con el cumplimiento de los deberes del miembro” candidato.

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Aquellos que decidan retirarse de la Comisión, agregan las normas, tendrán derecho a una excedencia no pagada. Así sucedió con Vestager hasta su reincorporación a finales de diciembre a su cartera que, precisamente, asumió Reynders durante los meses en que estuvo ausente. Fuentes comunitarias indican que lo más probable es que en el caso ahora del belga, también se siga este procedimiento y se opte por una excedencia al menos temporal. Pero “si se va o no, y cuándo lo hará”, es algo que hablará el propio Reynders con Von der Leyen “directamente”, apostillan fuentes diplomáticas, que advierten también de que todavía es muy pronto para esa charla, ya que su candidatura a Estrasburgo está aún en una “etapa muy preliminar”.

Examen de candidaturas

La decisión sobre su alejamiento de Bruselas dependerá en principio de si la candidatura de Reynders logra llegar a sus últimos estadios. El Consejo de Europa empezará a examinar todas las candidaturas a finales de enero y en marzo comenzará las entrevistas con los postulantes. El objetivo es tener una lista definitiva para la reunión del Comité de Ministros de los 46 países miembros, a comienzos de mayo. De entre los nombres que figuren en esa lista será elegido el próximo secretario o secretaria general, durante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa fijada para el 24 y 25 junio. Aunque las fechas son próximas a las de los comicios europeos, del 6 al 9 de ese mes, son dos procesos totalmente separados para instituciones distintas. Si Reynders figura en la lista final de candidatos, lo más probable es que se tome a partir de ese momento la excedencia para centrarse en su carrera para dirigir el organismo con sede en Estrasburgo dedicado a “promover la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho en Europa y más allá”. Debería asumir el cargo el 1 de octubre.

Es la segunda vez que Reynders opta a este puesto. La primera fue hace justo cinco años, cuando llegó a la final pero perdió ante la croata Marija Pejčinović Burić, que se alzó con 159 votos, frente a los 105 que logró el exministro belga, que acabó convertido en comisario europeo. Una de las claves es si Burić decide volver a postularse o no. Aunque el plazo para presentar candidaturas termina oficialmente este mismo miércoles, fuentes del Consejo de Europa indican que la lista final de candidatos no será publicada de inmediato. Según la prensa belga, Reynders deberá batirse al menos con un rival, el exministro de Cultura estonio Indrek Saar. Un candidato, según el diario belga La Libre, con menos posibilidades por su menor proyección internacional que Reynders, para quien el verdadero obstáculo para lograr el puesto sería una nueva candidatura de Burić.

Para el político belga, dirigir el Consejo de Europa se ha convertido en prácticamente su única opción de mantener una carrera internacional y hasta en política nacional. El exministro de Exteriores, de 65 años, no había ocultado sus aspiraciones a renovar mandato en el seno de la UE, posiblemente en la Comisión. Pero la sorpresiva decisión del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de presentarse como cabeza de lista a las elecciones al Parlamento Europeo por el Movimiento Reformista, oficializada el pasado domingo, acabó con los sueños de Reynders, miembro del mismo partido liberal que aspiraba a esa plaza. Tras conocer que el MR no preveía ningún escaño europeo para él, el todavía comisario belga hizo saber al Gobierno de Alexander de Croo el mismo domingo que quería volver a intentar aspirar al Consejo de Europa, candidatura que ahora el Gobierno belga ha registrado oficialmente ante el organismo internacional este mismo miércoles. Así, el gesto de Charles Michel podría tener un inesperado efecto mariposa en la política española.

Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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